Yo – el otro- el espejo
¿Qué sucede cuando en el espejo miras algo que no quieres ver?
Soy la palabra que engloba mi nombre, pero me conforman cientos de rostros, fragmentos, vivencias. Para poder resolver éste trabajo me he cuestionado quién soy, y no he llegado a la certeza lúgubre de descifrarme al contrario me ha llevado a cuestionarme más, cada día más. Soy casilla estrechas, soy padre, fotógrafo, intento de poeta, soy hijo, hermano, pareja. Soy lo que me conforma y mis historias ñ, mis relaciones con el mundo, soy lo que me toca y lo poco que puedo hacer trascender con lo que hago, soy mi visión que me obliga a ver al otro y verlo tal cual mis prejuicios dictan. ¿Pero todo eso soy? ¿En qué realidad soy eso? Sería fácil ibtuír quien soy a partir de intuir en el otro mi papel, pero lo más complicado es decirme a mi quién soy para mi, si mi mera existencia me hace consciente y por tanto soy, buscándome en la filosofía de descartes llegué a un animatrix en el que sólo puedo ser yo bajo la siguiente premisa “ sé que existo porque tengo consciencia de mi mismo de lo demás no estoy seguro” entonces porqué definirme, reconstruirme ¿deconstruirme? Para qué condicionar me bajo normas externas que definen mi realidad. Para qué adaptarme con base en el otro, que igual se constituye de prejuicios y está inscrito en una realidad propia, en una sociedad que se rige por reglas que ejercen el poder sobre otros? En u poema de Jesús lizano en el que habla sobre las personas rectas y las personas curvas, comenta que sobre su discrepancia a la rectitud. La metralla es recta, las reglas son rectas, pero la palabra es curva y los cultos curvos, en otro habla sobre la relación de lo que representa ser adulto, en su “defensa de la inocencia” versa que uno se convierte en adulto cuando oprime. Y prefiero no ser un adulto, prefiero ese estado puro de la anarquía que para él representa ser un niño. Entonces, ¿quién soy? ¿Quién el otro?, ¿qué o quién el espejo? Sigo sin saber, cada día más me pregunto y cada momento me reconstruyo en esas preguntas que no sé contestar.
¿Qué sucede cuando en el espejo miras algo que no quieres ver?
Soy la palabra que engloba mi nombre, pero me conforman cientos de rostros, fragmentos, vivencias. Para poder resolver éste trabajo me he cuestionado quién soy, y no he llegado a la certeza lúgubre de descifrarme al contrario me ha llevado a cuestionarme más, cada día más. Soy casilla estrechas, soy padre, fotógrafo, intento de poeta, soy hijo, hermano, pareja. Soy lo que me conforma y mis historias ñ, mis relaciones con el mundo, soy lo que me toca y lo poco que puedo hacer trascender con lo que hago, soy mi visión que me obliga a ver al otro y verlo tal cual mis prejuicios dictan. ¿Pero todo eso soy? ¿En qué realidad soy eso? Sería fácil ibtuír quien soy a partir de intuir en el otro mi papel, pero lo más complicado es decirme a mi quién soy para mi, si mi mera existencia me hace consciente y por tanto soy, buscándome en la filosofía de descartes llegué a un animatrix en el que sólo puedo ser yo bajo la siguiente premisa “ sé que existo porque tengo consciencia de mi mismo de lo demás no estoy seguro” entonces porqué definirme, reconstruirme ¿deconstruirme? Para qué condicionar me bajo normas externas que definen mi realidad. Para qué adaptarme con base en el otro, que igual se constituye de prejuicios y está inscrito en una realidad propia, en una sociedad que se rige por reglas que ejercen el poder sobre otros? En u poema de Jesús lizano en el que habla sobre las personas rectas y las personas curvas, comenta que sobre su discrepancia a la rectitud. La metralla es recta, las reglas son rectas, pero la palabra es curva y los cultos curvos, en otro habla sobre la relación de lo que representa ser adulto, en su “defensa de la inocencia” versa que uno se convierte en adulto cuando oprime. Y prefiero no ser un adulto, prefiero ese estado puro de la anarquía que para él representa ser un niño. Entonces, ¿quién soy? ¿Quién el otro?, ¿qué o quién el espejo? Sigo sin saber, cada día más me pregunto y cada momento me reconstruyo en esas preguntas que no sé contestar.