viernes, 22 de marzo de 2019

tinteros






he querido escribir sobre un tintero y la pluma que habita tus puertos.
he definido al aroma de los alcatraces en tus besos,
como un sinónimo de insomnios,
he auscultado el silencio como la más feroz de tus venganzas,
y me he descubierto desnudo ante el más fiel de los espejos.


he reconocido mis miedos, para comulgar con ellos,
comer la carne de cavafis,
y oler la sangre de caronte,
al abrazarme en mis viajes de Ítaca,
me he ausentado en mi cuerpo al sentir la tinta negra recorrer mi piel,
para por un minuto sentir que soy piel más que un deseo,
y te deseo,
que seas breve en perdonar,
que vuelvas a amar,
y que no tropieces nunca más ante tus mismas piernas,
he volado de rasante lluvia sobre la bicicleta,
abrazo la neblina de mi nostalgia tersa de la infancia terciopelo,
me abrazo tierno al sueño antes que despunte el alba,
mientras un lucero me mantiene aferrado al atardecer,
digna esperanza.

he bebido del maná que emana el viñedo del mar,
he abrazado como europa la grupa de zeus,
y he encontrado el tierno hueco del sexo en mi vientre,
un odre en mi pelvis,
un blando sonido de bala en mi craneo.

he volado con los cuervos sobre la barranca
para salir del mar, 
y de mi laguna,
mental tan permanente,
y he hecho un acuerdo a los recuerdos,
para que la marea no borre como siempre las letras de arena,
no humedezca la brisa los papalotes del mar,
y que éstos no caigan,
en picada kamikaze, al olvido.

he soñado que saltaba al vacío con una muñeca en brazos,
he despertado exhalando el vaho morado de los muertos,
he despertado en cada estertor como un niño renacido,
en éstos, los días más largos del tiempo.


he acordado con mi propia necesidad de caos,
una pausa gigante de cedro,
de roca tosca en el pecho,
he aprendido lento del mar,
que amar,
no siempre es presente,
hoy que desconozco de humo,
aquello que siendo, dejó de ser.


he querido escribir sobre un tintero la pluma,
que te amen los poetas,
y que arda troya conmigo adentro,
por querer que haya alguien que cuente éstas historias,
que insignificantes y faltantes,
son irredimiblemente necesarias.


lunes, 18 de marzo de 2019

antes de que termine el invierno





las noticias avisan el cambio climático,
usamos nuestra chamarra para resistir al miedo,
abajo,
ropa ligera por si la vida nos sonríe 
y que no nos tome por sorpresa,
botas de lluvia,
chalecos ligeros,
pero impermeables,
el silencio nos informó un cambio climático,
y si escuchas atenta a la noche,
y si observas bien las estrellas,
sabrás si mañana habrá otra balacera,
otro muerto,
otra herida abierta,
una niña que no llega a casa,
o un secuestro exprés por la policía.

si escuchas la avenida 
y los autos 
y las sirenas,
sabrás que será larga travesía en el día,
aunque aún no llega el alba,
no siempre lloverá.


el cambio de clima también puede venir al revés,
un día soleado con probabilidad de encuentros,
un beso de lluvia en el margen de error,
una noche nublada con apacibilidad de estiercol,
acá no todo es malo,
pero no todo es bueno.

algunos luchamos por lo poco que queda,
por los ecos de la tierra,
por el sonido del viento,
luchamos contra el miedo y salimos a la calle
y no le hacemos caso a los noticieros,
y caminamos como si en ésta esquina,
anoche no hubiera un muerto,
y crecemos como flores en el pavimento.


vivimos en una tenue solidaridad,
en la calle lees a la gente,
y tratas de hacerle caso al instinto,
si será la niebla que baja  te cuide,
o si los charcos de la mala suerte se cruzan a tu camino.

las noticias anuncian un cambio de clima,
que habrá sol hasta el próximo viernes,
pero ya nos llovió sobre mojado
y decidimos no hacerle caso, 
y salimos a la calle,
las flores de la primavera,
antes que termine el invierno.









sábado, 16 de marzo de 2019

afirmaciones





soy la intensidad del mar,
la arrogancia del viento,
la invisible humildad de la humanidad,
la soberbia ensimismada,

soy la empática brisa de la arena,
esa caricia del tiempo, que te arruga la piel,
soy injusto,
y soy violento,
 de nudillos, que no tocarán la tierra,
soy talento,
que tira pa lante,
el que media,
con suavidad en la palabra,
soy el amor entre un volcán y la tormenta,
el hijo de los cerros,
hermano del colibrí que abraza siempre a un hada con su pierna,
bosque de neblina,
ojos de musgo,
tierra mojada,
soy las disculpas a las que no me atreví,
y las veces que me agaché ante lo que era injusto,
soy sobrino nieto del puño del 68,
y la empatía paisaje que te hace entrar en ese viaje
que estamos destrozando lo que somos,
que soy tierra
y mucho más.

el orgulloso hijo de la rosa de los vientos,
soy la resaca del temblor,
y la calma.


tengo la inmensidad de la arena,
en su mínimo elemento,
porque sé que soy nada, lo soy todo,
sé cual es mi pierna coja,
y cual es mi abrazo solidario,
soy aleteo de mariposa,
aunque tengo ojos de brisa y de tornado,
tengo brasas en los brazos,
y cuando no tengo visión trato de tener algo de tacto,
soy la palmera que se dobla,
pero que decide no caerse

soy el amante de Morfeo,
el encantador de cobras,
el enamorado de la muerte,
soy el fiel amigo de los trenes,
el frágil,
el nuncamente,
el dado que improvisa la suerte,
soy poesía que ha perdido a sus amigos,
que no debían morir.

soy la montaña que pretenden expropiarte,
el seno de la tierra,
el pubis delta de los ríos,
soy negación de la represa que destruye,
y el quijote que pelea contra los molinos de viento,
eólicas que destruyen lo que siento,
el paciente a la ignorancia,
el que se equivoca irremediablemente,
el que no ha querido escribir un libro,
el que se niega a titularse,
el que planea,
como gaviota,
ser un buen maestro,
el que no te juzga golpeador,
el que ha aprendido de tu voz y tu palabra,
el que poco enseña,
pero siempre sirve a un mal ejemplo,
el que aprendió a ser feliz sin tener un clavo,
el que debe su ropa
y su sangre a sus amigos.

solo me someto a la ley de los tercios,
soy el temeroso niño de su sombra,
el que no se va a salvar,
soy el que por hoy está perdido
y se decide a decirse lo que soy.



miércoles, 6 de marzo de 2019

distinto




éstos no dejan de ser versos tristes,
camino con paso fino,
seduciendo a la vida,
para retar a la muerte,
a que me posea.


estoy haciéndolo distinto, 
aunque quizá todo igual,
fue necesario el insomnio,
para limpiar el cuarto,
ir empaquetando la ropa
y releyendo las cartas,
las notas,
las fotos,
para archivarlas,
delicadamente rotas,
en la basura.

no lloré, 
hasta entendí un par de cosas,
no enfurecí,
hasta fui amable en el auto,
con el tipo cualquiera de siempre.


mis amigos me han enseñado,
del agradecimiento en el azar,
me han obsequiado un libro,
una sonrisa,
una seducción,
me han dado palabra y abrazos,
centro,
eje 
también hay los que hablan de más,
sin conocerte.

tampoco te conozco,
según pienso,
pero estoy más calmo,
ordenando prioridades ,
por orden alfabético,
hasta llegar a la "K"
y saber que no me importas en la medida que existes,
si no en la medida de kai.


de contar mi dolor,
me han centrado en lo indispensable,
y le he vuelto a prender luces a los fantasmas,
y una vela para que encuentres tu camino,
por error la rompí,
o eso supongo.


deambulo en el calor,
en la camaradería,
en el estertor,
la más dulce y justificada alegría.

deambulo roto pero tranquilo,
con la esperanza niña de cuatro meses que volverá para verme,
mientras,
sigo en mi mente construyendo una casa,
en la que habita su cuarto,
adornándolo, 
con los peluches que ganaré en las maquinas de las terminales,
de mis paraderos de ningún lugar.










 me enamoré del río y de la calma, del sudor fresco que destilan mis albañiles, del café, de la fruta, de mis hijos. me enamoré de éstas roc...