pensé que ese día vendría,
vestido de colores y fiesta,
creí en las flores como protesta
y fotografié marchas de estudiantes.
era 2012,
y lo admito,
soñaba más,
tenía una firme esperanza,
de no perder la templanza,
ahora sé que esa palabra
al igual que justicia,
son más que letras fúnebres,
institucionales.
me corrieron de la jornada estatal,
y encaré a un policía,
en una marcha de los carmelitas,
y por ser un ciclista
y me decían anarquista,
mucho antes de serlo.
como todo fan,
era crédulo e ingenuo,
desafortunadamente,
la vida me trató mal,
y se me fue quitando lo imbécil.
aunque eso se haya escribió antes
se dice que esa falsa sensación,
de tener el control
del futuro,
era el último mal arrebatado a pandora.
no sé cómo me he hecho más pragmático,
cada día más incrédulo,
supongo que fue cuando se institucionalizó la esperanza,
que encontré la balanza,
dejé de creer,
pero no de gritar,
no de hacer,
de no saber,
que la sucesión de esos días victoriosos,
son uno a uno,
son paso a paso.
un día creí que llegaría ese día de victoria,
de colores y fiesta,
creía en salvadores,
en redentores históricos,
y te juro que quiero tragar mis palabras.
soñé,
con amaneceres fantasma,
que nadie claudicaría,
y me quedé solo,
por no callar cuando me tapaban la boca,
cuando no cerré los ojos entre el shock.
hubo fraude en ese 2012,
no es necesario decirlo,
y he fotografiado
y he escrito,
y he hecho poemas a las balas,
y he abrazado a los que no debían morir,
hablé de sicarios y de secretarios,
y me acosaron,
me exiliaron en mi propio pueblo.
viví hambres,
pasé las duras y las maduras,
y la he librado por poco,
por el buen amor de los muchos,
que he fotografiado desde el alma
y seguiré luchando éstas luchas,
por visibilizar oprimidos,
porque creo firme y congruente,
que lo que vale la pena,
vale la vida,
que uno cree y no es por uno,
es por dos o tres,
cuatro, cinco o seis que se ama,
que mantenerse en pie ha sido mi victoria diara.
he visto llorar y caer,
claudicar,
traicionar,
pero no he dejado de creer,
que el horizonte se alcanza.
he visto morir y matar,
me redimí de un cobarde,,
y más de una vez,
lo he sentido todo
por defender lo que creo,
por sentir en mis gritos,
por saber que mis puños,
no se pueden mantener pendulares,
aunque llegara la seca.
he dado palabras de aliento,
he creído en la gente,
a algunos que consideré mis amigos,
me fueron dando la espalda
y sigue valiendo la pena,
por dos o tres,
por cinco o seis.
no cerré los ojos cuando tenían salitre,
cuando mis lágrimas me cerraban el pecho.
hace poco me dijeron de extrema derecha,
por no creer,
en la esperanza,
institucionalizada.
por no creer en ésta democracia.
y sigo aquí,
hablando con mis muertos para que me den consejos,
y escribo porque un día voy a morir,
la vida asciende,
y seguro nos trasciende,
ya lo dije después de leer al buen pessoa,
que somos solo un ciclo,
y se trata de quedar bien satisfechos,
porque no quiero padres nuestros,
ni rosarios en tus manos,
deja que me abracen tiernos los gusanos,
porque no lo sé,
pero quizá después de todo,
nos volvamos a reunir,
tomemos un café,
fumemos un cigarro.
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