me he descubierto desnudo,
desnudo de palabras,
en la casa que me siento a escribir éstas letras,
había un cartel que decía:
"las palabras son la vestimenta del alma"
nos hemos tejido palabras para ataviarnos,
a modo sastre,
a modo frack,
me he descubierto desnudo cada día,
tratando de vestirme en los inviernos solos.
en ésta casa,
enfrente de una hamaca y una bicicleta encadenada,
con hojas que parecen orejas de elefante,
que escuchan el clap clap,
de las teclas.
mis dedos caen verticales,
sobre un teclado horizontal.
yo les dicto,
ellas obedecen.
quisiera que nos hiciéramos ropas mutuas,
que construyéramos lento.
sentados,
tejiéramos nuestras nuestras palabras,
un parche aquí,
un remiendo acá,
un trozo de piel cubierta,
un asomo del corazón deshilachado,
un poco de vísceras en los argumentos,
pero siempre sentados,
formándonos.
he hecho una pausa para forjar un cigarro,
hay una escoba empolvada,
una silla con hojas de naranjo,
con los recuerdos en que acomodaba el patio,
recogía frutitas,
comía moras que reventaban como pitufos kamikaze.
he descubierto en mi necedad y tristezas la voz de un niño.
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