después de todo,
siempre será mi barrio,
con mis huellas tatuadas en los durmientes,
las vías del tren interminables,
es curioso, en el sitio más inhóspito de mi vida
fue ahí donde aprendí el equilibrio.
esos durmientes conocen mi nariz,
y las rayas de coca
la sangre que derramé en las piqueras,
también rayas de navaja en el vientre,
y mi fiel Morfeo me cuidó,
siempre.
de ti mi sangre y mi pasado,
que mantuve enterrado de mis letras,
en las primeras andanzas,
conocí a algunos lobos,
que ahora son fantasmas y chacales
entre lodos,
los pies fueron despojados en sus pasos.
y ahora
para retomar la alegría, vivir armonía,
ser honesto,
o casi honesto vamos,
pues dejar de mentir no ha sido fácil,
ahora son ojos de viento sin tormento,
ni la tormenta de mis puños en un cráneo.
pocas veces fui despiadado
y otras tantas me tocó,
aproveché los recursos que me dieron
y pese a todo,
nunca fui la leyenda que yo quise.
solo la belleza esteparia conservo
siempre conservo,
es parte inherente de ser viento.
no extraño la coca,
ni los porros forjados
con los ojos cerrados en mi cuarto,
menos extraño el floripondo,
la flor que mira a los muertos,
que me bendito castigo
tengo meses de laguna
semanas, de laguna mental,
mi memoria es nula,
pero razono rápido,
resuelvo
así siempre
y me pierdo tan rápido,
pero siempre sé como llegar a casa.
tengo tantas malditas historias,
y mis compañeros que toreaban autos están muertos,
reclutados por el narco,
enterrados en el piso como un puñal para la lluvia,
balazos que los dejaron,
y los pocos muertos vivos que aun he visto,
limpian parabrisas con sus sueños,
por eso hoy no caigo vida,
por eso no caigo muerte,
por eso es hoy.
qué puedo decirte si tu vives en un barrio,
si eres de los pocos que quedaron
nos fuimos al infierno y decidimos,
dejar ésta fatal y estúpida tristeza
para sus apodos,
una bacha pa los de abajo,
para que revivan los muertos mis historias.
que siempre será mi barrio,
y juré nunca pisar de nuevo
las casas donde fumaban piedra
ni aventar golpes sin sentido,
más de tres dientes he tirado,
más de una vez me he derrumbado,
en el puto llanto de ansiedad,
y no basta pedir perdón,
nunca basta,
fui remolino que arrastóal infierno,
a más de uno,
más de dos.
y para él:
que aun no sale del abismo,
la mejor de mis creaciones es tu muerte.
ahora tú,
morirás en mi lugar,
sé que cada acto repercute,
y percute.
siempre será mi barrio,
con mis huellas tatuadas en los durmientes,
las vías del tren interminables,
es curioso, en el sitio más inhóspito de mi vida
fue ahí donde aprendí el equilibrio.
esos durmientes conocen mi nariz,
y las rayas de coca
la sangre que derramé en las piqueras,
también rayas de navaja en el vientre,
y mi fiel Morfeo me cuidó,
siempre.
de ti mi sangre y mi pasado,
que mantuve enterrado de mis letras,
en las primeras andanzas,
conocí a algunos lobos,
que ahora son fantasmas y chacales
entre lodos,
los pies fueron despojados en sus pasos.
y ahora
para retomar la alegría, vivir armonía,
ser honesto,
o casi honesto vamos,
pues dejar de mentir no ha sido fácil,
ahora son ojos de viento sin tormento,
ni la tormenta de mis puños en un cráneo.
pocas veces fui despiadado
y otras tantas me tocó,
aproveché los recursos que me dieron
y pese a todo,
nunca fui la leyenda que yo quise.
solo la belleza esteparia conservo
siempre conservo,
es parte inherente de ser viento.
no extraño la coca,
ni los porros forjados
con los ojos cerrados en mi cuarto,
menos extraño el floripondo,
la flor que mira a los muertos,
que me bendito castigo
tengo meses de laguna
semanas, de laguna mental,
mi memoria es nula,
pero razono rápido,
resuelvo
así siempre
y me pierdo tan rápido,
pero siempre sé como llegar a casa.
tengo tantas malditas historias,
y mis compañeros que toreaban autos están muertos,
reclutados por el narco,
enterrados en el piso como un puñal para la lluvia,
balazos que los dejaron,
y los pocos muertos vivos que aun he visto,
limpian parabrisas con sus sueños,
por eso hoy no caigo vida,
por eso no caigo muerte,
por eso es hoy.
qué puedo decirte si tu vives en un barrio,
si eres de los pocos que quedaron
nos fuimos al infierno y decidimos,
dejar ésta fatal y estúpida tristeza
para sus apodos,
una bacha pa los de abajo,
para que revivan los muertos mis historias.
que siempre será mi barrio,
y juré nunca pisar de nuevo
las casas donde fumaban piedra
ni aventar golpes sin sentido,
más de tres dientes he tirado,
más de una vez me he derrumbado,
en el puto llanto de ansiedad,
y no basta pedir perdón,
nunca basta,
fui remolino que arrastóal infierno,
a más de uno,
más de dos.
y para él:
que aun no sale del abismo,
la mejor de mis creaciones es tu muerte.
ahora tú,
morirás en mi lugar,
sé que cada acto repercute,
y percute.