hay una suerte piel morena entre mis manos,
ahora
solo conservo y te conservo,
y no encadené tus muslos en mi boca,
por eso te tengo y no,
por eso me tienes aquí,
bordado entre tus senos.
quizá otro día desnudemos nuestras filias,
y los ojos que brillan en encuentros
ahora
es sublime tenerte
esta noche en mi recuerdo,
el aroma de tus muslos y tu pelo
acurrucado de calor que arropa,
entre dos.
espasmos musculares entre risas,
cánticos de flores,
y la brisa,
de mi sudor enteramente
que te teje y borda los sabores,
piel.
tejedor de sueños y una pluma
que acaricia tu vientre.
desdoblamos n caricias en tu cama,
que no acaban, por felicidades,
momentáneamente eternas,
tibia liquida y honesta
mordida suave,
atas mis manos,
cosquillas en mis labios.
el momento justo en que cae tu ropa
y desbotonas lentamente
la camisa de fuerza que me estrecha,
me vas despojando.
caen mis tabús
cuando quitas ese botón pantalón,
tocas mi plexo,
somos verso,
somos tiempo y casi nada,
somos todo por segundos que no acaba.
nuestros cuerpos se conocen,
y esa noche en calma
escondidos en tu cuarto,
nos amamos protegidos.
ahora
solo conservo y te conservo,
y no encadené tus muslos en mi boca,
por eso te tengo y no,
por eso me tienes aquí,
bordado entre tus senos.
quizá otro día desnudemos nuestras filias,
y los ojos que brillan en encuentros
ahora
es sublime tenerte
esta noche en mi recuerdo,
el aroma de tus muslos y tu pelo
acurrucado de calor que arropa,
entre dos.
espasmos musculares entre risas,
cánticos de flores,
y la brisa,
de mi sudor enteramente
que te teje y borda los sabores,
piel.
tejedor de sueños y una pluma
que acaricia tu vientre.
desdoblamos n caricias en tu cama,
que no acaban, por felicidades,
momentáneamente eternas,
tibia liquida y honesta
mordida suave,
atas mis manos,
cosquillas en mis labios.
el momento justo en que cae tu ropa
y desbotonas lentamente
la camisa de fuerza que me estrecha,
me vas despojando.
caen mis tabús
cuando quitas ese botón pantalón,
tocas mi plexo,
somos verso,
somos tiempo y casi nada,
somos todo por segundos que no acaba.
nuestros cuerpos se conocen,
y esa noche en calma
escondidos en tu cuarto,
nos amamos protegidos.
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