no te culpo,
por no creer en mi, en ti,
o en nada.
no me culpo de no creer en ti, en mi, en nada,
no culpo ni me culpo,
de crear muy poco,
y recrear el nulo
tiempo que se estancó en nuestras manos.
tocar con los dedos tristeza las ventanas de invierno,
las notas de otoño,
que decidí quitar del espejo,
y así
lentamente dejar
de caminar con pies desnudos,
y con los huesos
que se adhieren concretos
a empañados recuerdos.
hay días concreto,
y no,
yo no me juzgo de lastimarte,
o no haberte tomado
de la cintura,
del pelo y haberte seguido,
por que si lo hice,
como me juzgabas ahora,
yo,
si lo hice,
y así,
te seguí y decidiste
sencilla y brutalmente pre-correrme a medias,
negar a medias,
y si algo aprendí de ti,
es no escapar al vacío
si no hay el confort de una mano que salva,
una bala que calma
la ansiedad de los cuerpos.
deje de creerte,
me decías te siguiera,
y te fuiste impaciente,
quemé mis naves,
sentí que lo valdría
quemé mis naves y volé
y yo ahora,
con un palmo de nadas.
agradezco hasta cierto punto,
punto en que fui a la ciudad de los coyotes,
pensando encontrarte,
pero no, ahí no estabas,
te fuiste a ciudad perro,
sin mencionar,
nada.
supe,
que no sabías que querías,
y tristemente supe que no me querías
o a ti por lo menos,
el modus vivendi te precede,
y no se juzga a un alacrán en si mismo.
que buenas lunas te protejan.
somos como somos y no hay por qué disculparnos,
punto,
final
.
"El amor nunca se consuma. Antes de su supuesta consumación, porque falta algo. Después, porque sobra algo y sobrar es otra manera de faltar. Y el instante de su aparente consumación no es más que un vértigo que huye, un relámpago fantasmal que superpone aproximación y alejamiento, lo lleno y lo vacío. Un punto que se borra en el momento mismo de colocarlo. Sólo queda el recuerdo de una posibilidad que pareció realizable. En consecuencia, llamamos consumación a una pérdida. Tal vez una pérdida necesaria. O quizá no."
ResponderEliminarRoberto Juarroz