lunes, 29 de abril de 2013

existe

el resultado de vivir en una cultura que te enseña a condicionar el comportamiento, como al mejor estilo de pavlov, es que el amor deja de ser una decisión y pasa a ser un método de control, por tanto resta libertad.

la palabra amo implica a un esclavo y el qué no esta dispuesto a dotar el poder por sobre uno así como asumir el poder por sobre otro desconoce el real significado de tal idea.

el "amo" que usa su poder sobre el esclavo por su autosatisfacción egolatra abusa de ese poder, cosa que se revierte en una cadena aparentemente interminable, mientras más egolatra sea un individuo más le cuesta dejar atrás a sus amados.

la decisión de amar se transforma en algo inconsciente y como tal se lucha por el anhelo a la libertad de quién logra condicionar de tal forma a su amado.
el amor es libertad, la libertad de decidir compartirse con alguien, de obsequiarse y asumirse con empatía.
aquél que no tiene amor por sobre si no puede otorgarle a alguien más dicho atributo, sé que la seguridad que se halla en una pareja debe ser reciproca, para no perecer en un juego de espejos empañados que terminan por volverse una tortura.
agradezco a mis relaciones previas, que en si han sido bellas y fatales, gracias a esas mujeres, sé que no sé lo que quiero, pero si lo que no quiero.
hoy soy tan libre de enamorarme como de amar, y no es una cuestión de fidelidad corporea o no como tal, esa se da por añadidura y decisión formal, incluso en las relaciones tabús hay ritos que no se rompen.
y bueno a pesar de tener etapas de promiscuidad y de celibato no creo en el amor, sé que existe.

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