viernes, 29 de diciembre de 2017

la dádiva




pocos entienden ésta soledad,
el hartazgo,
la tristeza.

cuando ser periodista y no tomar la dádiva,
besar la mano,
ponerse de tapete,
cuando no rentarte,
para hablar bien del señor importante,
es hablar de muerte y redundar.

pocos entienden.

y se te cierran puertas
y la renta sube
y la gasolina
y la cámara flaquea
y el ánimo flaquea
y la quincena llega tarde,
cada vez más tarde,
cuando pensar que justicia es más que una palabra,
cuando pensarque lo que vale la pena,
vale la vida.

pero la vida te castiga
y trabajas doble,
el día de descanso lo ocupas para fotografiar una boda
y se eslabonan dos sin descansar,
si te va muy bien un mes sin descansar.

y te compras tu café.

enlas mañanas,
con sus trajes,
 te invitan cafés,
porque los señores importantes compran la dignidad con café,
comida,
con sor juanitas en la  mano,
pero no,
decidiste no agarrar a sor juana,
y le compras café de olla a don chava en las mañanas,
en un vaso de unicel,
si me preguntas a qué sabe la dignidad es a eso,
un café en vaso de unicel
y el jugo de naranja que te han obsequiado éste año,
la señora ya no me deja que le pague,
y esa moneda sirve para bien comer un poco más.




cuando te amenazan,
te cae la lepra
y entiendes,
realmente entiendes el precio de una amistad
y el valor que tienen algunos para mantenerla,
te marginan
en su club de tareas,
revolcando notas,
te saludan las muecas más que de costumbre
y pocos entienden ésta soledad.

y te vuelves más cordial y distante,
saludas al oreja,
al policía,
saludas a cualquiera 
que pudiera vender tu alma,
y valoras a esos pocos.

entonces ves morir a tus amigos,
a tus colegas,
entonces te siguen en la calle,
te intimidan donde pases
y tu sombra,
fiel compañera,
te asusta.

soñé que cuatro tipos me disparaban en la playa
y mi hijo me veía morir.

y cuando te matan,
te matan dos veces,
con la sangre fría
y los compañeros que hacen muecas,
te acribillan de nuevo
y las sor juanitas seguirán de mano en mano.

y el periódico censura lo poco por lo que arriesgas la vida
y tus amigos no te dan trabajo para protegerte
y tienes hambre.

y decides tomar otro trabajo
y morir dos veces.

jueves, 28 de diciembre de 2017

Aladino



Nadie contó,
Lo que sucedió en el palacio, 
Años después de la profecía,
excéntrica, 
pero a aladino,
Nada le bastaba para ser feliz.




caer



hace tiempo que no encuentro la poesía de las cosas simples,
de los clichés de la mañana,
de el silencio sepulcral de las noches.


hace tiempo se me escapa entre la rejilla de la regadera,
con el llanto contenido,
con la muerte a pocos.


hace tiempo mis ojos se ciegan en la mañana,
y no puedo ver más que una claridad dispersa,
lejana.


que los sentimientos se empozan de charco,
que la  brújula del pecho se pierde a nuevo abismo.



que muero a pocos te digo.


que me abandonó el instinto kamikaze,
que se fue girondo,
que Benedetti no me da diabetes,
que los poemas de amor solo me causan diarrea
y el desamor solo me colma de risa,
no de llanto.

que mis alas,
mis palabras,
incendiarias,
no me provocan vértigo,
la adrenalina no me da la curiosidad 
gatuna
de asomarme al tiempo.


cansado supongo.


de mi cuerpo hirsuto,
de mi cabello enredado,
de mi vientre desierto,
de mi pecho de sombras,
de mis piernas de sobras,
de las migajas que no me llevan a ningún sitio.

perdido te digo,
que el sexo de los  cuerpos de ceniza,
son de bocanada.

perdido,
resignado a solo seguir la inercia de billar.


tengo la mala maña de huir,
pero no hay más sitio que habitar,
que la misma soledad compartida,
que la falta de afecto multiplicada,
como la fuerza gravitatoria
promediable,
que me impide volar,
pero no caer.














viernes, 22 de diciembre de 2017

Nadia

La resistencia siempre ha tenido una poética propia,
El último día que vi a nadia,
Caminando sobre Juárez,
 cargando cajas de cartón,
Ella se mudaba, de la ciudad y de mi vida,
No le di importancia a la despedida,
Pensé podría postergarse el adiós, 
Supuse, como aprendí a suponer,
Que habría más tiempo,
Más risas,
Más rosas en las mesas del tapete azul,
Más mordidas del eco,
Más brazos y abrazos por tenderse.
No sabía, 
Quizá no lo entiendo,
Que sería la última vez que le vea.

Sigo cargando el pendiente con sus cajas,
De ayudarle a embalar los recuerdos,
Acomodarlos uno a uno
Y llevarlos a Comitán.

Me excusé como siempre,
Tampoco me despedí,
Cómo siempre.

No he podido despedirme,
Del dolor que me dejó en el pecho.


Me boté en el sillón,
No es posible que su voz, 
No resuene más.

Y Tengo el silencio de su voz grabado en la nuca.
Caí al sillón verde de la casa de las lechuzas.
Sentí un frío desde el coxis al alma,
Suspiré
Y solo pude ver al abismo.

Ella que me enseñó más de la vida que la misma muerte,
Desapareció.

Entré en shock,
No cabe tanto dolor,
No es ni siquiera imaginable,
No puedo sentirlo.

En shock.

Y borré los detalles,
El sabor a caldo de pollo que me preparaba,
Para alimentarme los días de hambre,
Mientras calentaba la comida,
Me decía mis verdades,
Enteras
Impías.
Me hablaba de Balam, eso lo recuerdo,
“aguanta vara compadre”
Esa frase resuena en mi mente,
Eran tiempos más sencillos,
No por ello menos complicados.

En shock.


Desapareció de la ciudad,
De la cocina,
De los cascos vacíos,
De las escaleras en los lagos,
De los cafés.
Del clericot de vino blanco y manzanas amarillas,
De su casa,
Cuarto de tres por tres metros,
Desapareció recién duchada de casa de shantí,
De mi azotea fumando,
De sus guantes de frío,
Cocina incluída.

Desapareció del baile de mis días,
Se fue de abril
Y danzarte.
¿Cómo concebir tanto dolor?
De lo discursos que combaten,
De los consejos,
Del calor y del frío.


La resistencia siempre ha tenido una poética propia





miércoles, 6 de diciembre de 2017

silencios





El tiempo y la distancia son calculables para un cosmonauta,
he escapado a los cálculos biliares, 
a la matemática bruta y precisa del amor.


distancia,
distante.

he aprendido a hablar,
a usar esa vestimenta del alma,
la casa no es cálida,
y percibo los cuerpos distantes,
las manos distantes,
las mentes distantes,
distintas.


aprendí a correr con el viento,
a huir aletargado de desierto,
pero no hay otro hogar adónde huir.

estás sin estar,
quizá solo espero que el tiempo quebradizo se rompa
y puedas decir sin ataduras
 silencios.









martes, 14 de noviembre de 2017

Moribundo







de tus manos de tierra surgieron las auroras,
poblaste de flores el musgo en mis ojos,
le diste vida a un hombre muerto
peor que muerto,
moribundo.

hay algo peor que habitar el sitio más parco de los sitios,
el más frío de los sitios glaciares,
si,
es estar moribundo,
ni muerto, ni vivo,
moribundo.


ese sitio, 
el no lugar donde sangras,
en donde las dagas te besan la espalda,
y la única certeza es ese cercano acto de magia,
el de desaparición,
esa certeza lúgubre que la vida está en otra parte,
no dónde habita el cuerpo,
no dónde la mente.



con la certeza triste, 
y anhelante de un poco más de vida,
o un poco de muerte
es preciso estar frente al precipicio
y sentir que el espacio entre el salto y el fondo,
es la vida.



de tus manos de tierra surgieron las auroras,
poblaste de flores el musgo de mis ojos,
le diste vida a un hombre muerto
peor que muerto,


llegaste con las manos pobladas de flores
y tu lengua de rubíes,
llegaste al tapanco mientras dormía,
tu te ibas a trabajar y a la escuela,
yo desempleado de la vida,
inútil,
inutilizable.


me diste vida y muerte,
es un gesto que se aprecia,
me armaste,
reconstruiste,
me despojaste,
y me arropas.


un día estaremos muertos
y nada de ésto tendrá importancia,
ni las historias
y no seremos ni el polvo del polvo,
quizá almas,
quizá versos,
o besos
en el aire,
que solo nosotros no dimos.

moribundo te digo,
con tus labios de arroyo,
me diste de beber.






domingo, 12 de noviembre de 2017

limítrofe




me enceguece la edad
y pareciese que no hay patio dónde jugar,
me ensordece.

y lo importante ya no es necesario,
y lo necesario ya no es importante,
y se me quita el tacto,
el lúdico tacto,
impaciente pacto,
de infancia con la vida.

y me quedo con mi mundo
mi billetera,
mi sonrisa 
mis fantasmas
intactos
y sin cantos,
se difumina la sonrisa infante.



y se van acumulando las cuentas
y los años
y las deudas,
los montos crecen,
y las cosas se acumulan.


mientras,
 se van enmoheciendo los balones
las pistolas de dardos,
y hay más trabajo
y un lúdico abismo,
con papeles sobre folders,
y en el archivero de lo importante,
con polvo,
soldados sobre patos de hule,
dinosaurios.


no me hace gracia éste juego de adulto
y no tener más juguetes
que mi cámara y mi ordenador,
un trozo cuadrado de mundo,
que por más aristas,
en su interior es circular.


pensé que podría defenderme,
de la prisa de un adulto
y siento la frustración 
limítrofe,
que cansa.











jueves, 2 de noviembre de 2017

cuerpo






algún día diré de éste cuerpo,
que subió a trenes andantes,
que dio buenos golpes,
que también resistió muchos,
que corrió a 64 kilómetros por hora en una bicicleta,
que trepó paredes,
que subió montañas.


que pudo beber hasta el amanecer,
que rió,
que folló,
que escupió a dios cuando creía en dios,
que calló,
porque la voz es del cuerpo como el color de los ojos.

he vivido rápido,
con el reloj en contra,
pero mi cuerpo cambia y me asustó,
lo finito de sus posibilidades.



y me tengo que hacer con él de ciertas despedidas.
no habrá más paredes escaladas en un tiempo,
ni 64 kilómetros por hora
y diré de éste cuerpo muchas historias,
ahora queda una nueva lección por aprehender,
que es aprender de mi nuevo cuerpo,
y de mi nueva mente,
(nuevamente)
que todo es un efímero aprendizaje, 
que si bien puedo no saltar más lejos,
si puedo volar más alto,
aprender más calmo,
recitar más parco,
de lo que creo y lo que no.



jugué a la vida como se le juega a la muerte
y me rompí la pierna
me di cuenta de lo frágil que soy
y me sobrepuse.

he aprendido más del ajedrez en la derrota,
he perdido amigos
y algunas certezas con cada uno de ellos.

cada vez más huraño,
cada vez más cadaver,
más cauto más sobrio
y más historia que hombre en éste cuerpo,
más sueños por bordar,
viajes por abordar.

sé que no soy el niño que ve a la vejez como el verdugo de un andante,
sé que no soy el muchacho que reta a la muerte,
sé que soy un hombre
aunque no sé bien lo que me forma,
sé que entiendo ya esas cosas,
que aún las anhelo un poco,
pero también me sé un poco más constante,
igual de delirante
y el ímpetu es distinto,
pero sé que el movimiento de mi cuerpo,
se adaptará a mi mente
y lo que necesité prontamente,
más allá de las píldoras de los achaques,
es saber morir,
saber envejecer.

con un cuerpo,
que peleó hasta la fatiga 

lunes, 23 de octubre de 2017

1.2






es un día más del infierno,
el silencio entre la mar de lo incierto,
me petrifican entre la voz de gitanos,
mi corazón es expulsado del viento,
y presiento que hablar solo, igual que de muchacho es acierto,
desperté bajo el amanecer abrazando a mis muertos,
me disparó en el pecho ese señor del hostal de mis sueños
y recorro la sabana como un recuerdo,
que me despierta el vértigo al caer de ese cielo,
y ya no tengo en mis manos tatuados momentos,
que ayudarán a sobrellevar la paradoja del tiempo,
con clonación revivieron recuerdos,


en la mañana durante el café,
un ataque armado dejó en el suelo un hombre muerto,
hallaron con un vestido rojo,
estrangulada a la inmaculada madre del ciento
de palomas de la paz que surcaban el cielo.
dos niños preguntarán a un dios,
sobre la injusticia del templo.


dos ejecutados,
degollados desde la sonrisa a lo etéreo,
 no cruzarán al barquero,
mientras en las noticias relatan que el clima no mejorará 
pronostican la tormenta en el desierto
y no quiero despegar para cruzar con el amor sobre el pecho,
cada piedra edificada bajo los pies, 
me encuentran en cuclillas con llanto desangrante interno.

dicen que se suicidó en la bañera cortándose el pecho,
y yo no les creo
que es normal éste infierno.


entre la luz de la farola voy corriendo,
me persigue gritando el bicéfalo estertor de dos lobos 
que cruzan con pudor lo que pasa poréste suelo
degollado,
su cuerpo frío y las caricias le hacían pensar que estaba muerto.

domingo, 22 de octubre de 2017

camino a casa





es difícil llamar hogar,
 al lugar en que no te tengo.


recorrí la ciudad del despertar,
todo el lugar es incierto,
estar lejos es la resaca de amor,
la cruda de afecto,
es la pelota sin aire,
es inanición,
 desasociego,
y en todo el mar te deseo.

eres la luna que me lleva a casa,
y solo pasa que la sabana para un león es desierto,
que éste lobo no tiene momento,
de descansar, 
lamerse heridas.
 acariciarse en el viento,
te recorrí con la ciudad, 
con la arena del tiempo
y tus dunas perfectas,
y tus ojos de tierra,
y tu piel morena,
es todo mi templo.

entre cocodrilos de chazarilla blanca,
chacales de traje,
gatos con corbata
y un palacio de asbesto,
te he percibido como la ausencia que  retorna y detesto.



un alienigena con rastas,
una señora con flores de palma,
y entre los gritos de aquellos niños solo veo un silencio.


y entre la calma solo veo girandote el pelo,
y mi ciudad es desierto,
con absoluta parsimonia entre los murales y credos,

y solo percibo que me percibo en la cama,
en posición fetal expulsado sideral,
un cosmonauta atrapado en el tiempo,
solo tengo silencio.

llegar a casa y ver la luz apagada,
encandilada la encrucijada 
de no querer entrar a recibir el silencio,
tristeando en el templo,
que tu ausencia domestica me domestica y me quiebro,
y no me gusta éste juego.
en que mis ojos se quieren hacer agua y desierto.

y solo pasa que en dos días regresas a casa
y entiendo del desorden que soy tuyo y sin ti,
de regreso a casa,
vi a narciso en un café hablando de amor y de apegos,
y solo pienso en el jaguar comiendo el pan de los muertos,
y una manzana en la azotea de un hogar,
que sin muebles se va a amoldar al despertar de su espejo.





martes, 10 de octubre de 2017

saberes



si la realidad fuera más cercana a lo que veo
y no a lo que siento,
no estaría atrapado en mi cuerpo,
en mi mundo,
con éstas reglas del tacto,
con la parsimonia de viento.

si la realidad,
volátil, 
expansiva,
fuera lo que siento.



seguiría teniendo más dudas que certezas,
quizá menos ímpetu que expresos,
no habría besos que calmaran ésta sed de paquidermo,
ni poema que sanara el alma.

si creyera que mi cuerpo es más que una extensión,
y fuera consciente del silencio,
si tuviera en el nacer de la creación de la palabra,
si no fuera un digno cobarde,
si la antiética no me ganara el respeto,
si hubiera menos vida que muerte,
si no fuera un esclavo,
peón de mi suerte,
quizá,
entendería




viernes, 6 de octubre de 2017

¿qué es un fotoperiodista?



¿qué es un fotoperiodista?
quisiera dejar la poesía del otro lado,
y no decir que son los ojos compañeros,
que guían a un ciego sin su lazarillo,
de no caer al abismo,
es el filtro presencial de la desgracia,
el que ve al muerto,
el que te lo lleva al papel,
el que se juega el cuero,
para que ese ciego no se caiga,
el que también habla,
de lo que es el sabor del amanecer.



¿quién es un fotoperiodista?
muchos no lo estudiaron por oficio,
se formaron detrás de otros en las calles,
en las conferencias,
con los tips que te dan los amigos,
con la búsqueda a contracorriente,
de lo que debe y no debe ser.

los que miran incrédulos,
 al político,
al editor,
al salario,
los que se alínean,
pero llevan las cartas a la mesa,
los que se alimentan de flaqueza,
para no recibir la bonanza,
de la corrupción del alma.

ese que vive en un cuarto muy pequeño,
donde no caben los sueños,
al que su salario se le fue en un libro de foto,
de salgado o de koudelka,
el que mira bien sensible,
lo que nadie debería ver
y valiente,
afila el ojo quita el llanto
y hace un click.




¿porqué nos matan?
para qué,
nos arrebatan éstas ganas,
de ver con las verdades que uno carga en los ojos,
que incomoda a muchos tipos,
que ocultan lo que está pasando en ésta pinche realidad.






martes, 26 de septiembre de 2017

réplica






estamos aquí esperando réplicas, 
aunque doblega el miedo,
  la incertidumbre ya no pasma,
estamos esperando en los escombros,
que más escombros lleguen,
para acarrearlos en cadena,
y hacer patria,
 del sitio del que nunca fuimos.

hemos visto la muerte y la esperanza enfrente,
en ésta ciudad que renace de sus cloacas,
de sus mamposterías y sus cristales,
de sus trabes rotas,
de sus puentes,
ciudad que revive
en donde lo que basta,
es la solidaridad para estar,
en donde alzar un puño es convertirse en héroe.


estamos esperando en los escombros
y nunca otra vida había valido tanto.

adentro de las casas, cuando no llueve gotea
y solo se puede agradecer a la mano compañera,
a la lluvia que escampa.


nunca la presencia de ministros y soldados,
 nos había estorbado tanto,
con su indiferencia cínica de enterrar más a los que ya están enterrados,
de querer quemar los árboles caídos,
del presidente municipal que se llevaba las cajas de insulina.

pero aquí la gente se organiza,
se reparte y no se deja,
la réplica viene,
y aunque doblegando,
organizando y haciéndonos más justos,
para reconstruir tras el temblor.


nunca pese a todo ellos nos habían estorbado tanto,
para repartir lo justo entre los necesarios,
para seguir buscando en esperanza,
lo que la fe ciega y templanza,
 jamás nos había otorgado.


viene réplica estertor de tierra,
viene la mano con su líquido amor,
viene la pala ciñendo el niño,
viene al paso en silla luciendo bondad en esplendor,
viene tormenta,
vienen pesadillas,
viene el abrazo de confort,
en
réplica









viernes, 22 de septiembre de 2017



-¿fumas?, y me veo consumiéndome en el humo, en las brasas, me veo con el rabillo del ojo como una colilla, consumiéndose en el cenicero, -no, solo tabaco. respiro hondo poniendo los dedos cruzados tras las nuca. solo se distingue la osa mayor en el cielo, pese a las nubes grises de ciudad, aún hay días de estrellas, y noches.  la osa mayor... parece un sartén. -¿porqué no fumas? 
he lidiado con esa necedad varias veces, y he oscilado en respuestas muy complejas, no gracias, soy adicto. si me pagas los siguientes meses de peda me la juego.  no quiero, soy adicto. -porque no lo necesito.  


un sartén, no le veo forma de osa. vuelvo a verla, curiosa.  me veo consumiéndome en humo, saco la cajetilla.

 en la mesa, en igualdad de condiciones dos ejércitos, nunca me ha gustado ganar, o competir, en el cuarto, giran cuervos con caballos, alfiles, ratas de frack, giran en vertiginosa espiral, estilistas, estatuas, ancianos, giran en sueños los durmientes de la calle, vitrinas, letreros, giran.

-te toca.- tiro al azar, no me gusta competir, he aprendido más de mis derrotas que de las victorias, mis victorias, como mi último tiro han sido azarosas, las que me importan.

un cuarto con elefantes andróginos y huacales con poetas, verticales. 

creo que solo me esfuerzo para ganar cuando el otro es soberbio y déspota.  supongo que eso es a lo que le saben las victorias a los demás, la adrenalina que siente el apostador, la pelea del borracho, el tabaco con coca.











domingo, 17 de septiembre de 2017

shock




¿en dónde está la muerte?

antes,
cuando niño,
 pensé que la muerte vendría tocando la puerta,
avisando lenta a las despedidas,
que les daría tiempo.

será que me hago viejo,
pero ya no siento que aunque toque la puerta,
habrá tiempo de despedirse,
vi a mi abuela morir en un cáncer muy lento,
desgastante.


no fue mi primera muerte
y viendo las cosas a contraluz,
fui afortunado con su tortuosa y muerte lenta,,
me dio el tiempo exacto para despedirme,
un año.


la primera muerte me llegó en la pubertad,
con el nombre de mi primera novia,
si bien fue cosa de dos semanas,
el tiempo es inexacto en éste caso,
su muerte fue,
tan natural,
como un virus lo es.


uno espera como le pintan en los cuentos de hadas,
que la niña se compone
y hay un felices por suerte,
pero no,
no creo en un dios bendito ni malévolo,
eso es de otro cuento,
pero aprendí a odiar a la vida,
gracias a la muerte.


peor que las despedidas,
ahora entiendo,
es no despedirse.


nunca conocí a mis abuelos,
mis figuras masculinas son precarias
mi cercanía a la muerte es femenino.


cuando supe de Nadia,
mi NadiaVera,
caí al sillón,
entré en shock.

no he salido de el
...
..
.


¿dónde está la muerte?


acabo de ver una inmensa lista,
casi mil trescientas mujeres,
asesinadas.



muchas sin identificar

pensé que la muerte vendría tocando la puerta
y que habría tiempo de despedirse
y antes habría un felices por suerte,
y habría alguien a quien dar gracias.



casi mil trescientos cuerpos,
que tuvieron nombre.





























martes, 12 de septiembre de 2017

Tengo





veo trozos de los edificios cayendo,
la tierra se cuartea,
llega la tormenta,
 los cuadros caen,
las fotos se despegan de los muros
y las ventanas se rompen,
la casa se inunda.


pero quisiera borrar eso,
y empezar el texto,
con una palaba:

Tengo
.


me gusta empezar algunos textos con la palabra,
tengo.


he tratado de repetirlo,
para sentir la fortuna sobre mi.

y porque la vida es así,
suele arrebatar lo más íntimo,
lo más permanente,
lo imperecedero,
y suele llegar el invierno,
con el olor de los muertos,
con las lunas de octubre,
con el presagio,
que debimos guardar en las cavas,
 un par extra de todo.


porque la vida es así


y vendrán más muertos
y carencias,
y vendrán más lluvias 
más terremotos,
tormentas.



pero también viene el día, 
después de la tormenta y su ojo,
después de los daños,
y las torres en el suelo,
y después del invierno,
y la reconstrucción de cielos,
de deshacerse de escombros,
levantarse,
sacudirse impávido la solapa,
andar, 
con un par de ladrillos,
de palas,
de manos extra,
de ojos que cuidan las espaldas.

la labor, 
explosiva de la destrucción,
puede ser obra de un hombre solo,
pero la reconstructiva,
de los lazos,
de los brazos,
las miradas,
el aliento,
no es de uno solo,
o una sola.


por eso he regresado a casa,
con la ciudad en llamas,
con los brazos quemados,
igual la frente,
que pese a mi andar cabizbajo,
ha mantenido la frente muy alto.


he regresado a casa,
con tus brazos en flores,
con gripa,
con pan,
y tu,
con sopa para curarme.

sé que el mundo se cae,
pero me gusta empezar un texto con la palabra tengo.

y por éste día te tengo,
y necesito poco más.













jueves, 7 de septiembre de 2017

kamikaze, el viento divino




algunos días,
de esos, 
los difíciles,
los días en que el trabajo cansa de más
y el esfuerzo se ve de menos,
me asomo al cielo
y observo aviones de papel.


esos días,
en que llevar verdades a la mesa,
exponer ésta tierra de flaquezas,
fotografiar a la muerte en la esquina,
ver de cerca la vida,
sentir pasos,
me asomo al cielo y pienso en esos pilotos,
fugaces.

siempre he admirado a los kamikazes,
ese afán suicida,
de no doblarse a la muerte
aventarse de frente,
sin otra espectativa,
que ganarse,
ese pedacito de universo que decidieron colgarse,
como insignia.

el fin de su búsqueda,
puede ser estúpida,
como el fin de la búsqueda de cualquier otro,
pero su disciplina,
la lealtad al propio honor,
contra todo instinto,
y lanzarse,
kamikaze por el aire.


quizá aún zurcan el cielo
.


hay días de esos,
los difíciles,
en los que pensar que actuar de ésta forma,
antiética,
es una garantía,
 suicida,
irreductible.


bien pienso,
que no es por uno,
es por dos
o tres
que amo,
que vale la pena ver el alba,
darles un sitio lindo para habitar.







martes, 5 de septiembre de 2017

casa



aprendimos a contar el tiempo,
 bajo las lunas y las tormentas,
la hora en que preparas la comida, 
cuando regreso del trabajo.

hicimos de la cama un espacio de tregua,
en dónde hablar y ver películas,
en dónde abrazar,
y abrasarnos 
con las brasas de los brazos,
con los trozos de peleas,
colgar guantes,
amar.

un sitio de tregua,
donde contar los sueños
y pasar tormentas 
y lunas
y contarlas.

aprendimos los rituales,
despertar,
poner café,
desyunarlo con un cigarro,
despedirme con un beso al aire,
"be safe ok?"
i promess,
nos mandamos mensaje.

las mañanas son ciegas sin ti,
los días de lluvia te prometen en casa,
poco a poco se fueron poblando las paredes,
mis fotos,
tus colores,
los libros,
tu hermana,
Balam en la chimenea,
un construx,
otra mesa,
monedas en la ventana,
cajas de cigarros,
las cajas que decoraste,
hogar de greip,
nuestra gata.


las mañanas son ciegas sin ti.

y se han ido acumulando a la cuenta,
de lunas y de tormentas,
veo el mundo pasar,
entre la muerte y los muertos,
más lluvia,
más días,
más tardes y soles,
más tu y más yo en el cuarto,
y el mundo gira,
y en la casa solo pasa que atardece.

has cocinado la vida de forma exquisita, 
le has agregado ajo a mis gustos,
casi herméticos,
le has puesto sal a mi vida,
y estoy aquí,
viéndote estudiar enfrente de mi.

has aprendido a amarme pacientemente,
yo cada vez me quedo más,
me voy menos,
necesito pococada vez y poco más de ti.


y le has puesto sal a mi vida.

bajo las tormentas descubriste el más grande de mis miedos,
y me abrazas,
con luna y las tormentas,
con los libros y los restos  
y las memorias y las cajas,
de greip y de cigarros.

las mañanas son ciegas sin ti 
y aquí estoy contigo,
esperando que calme el agua para volver  a casa.







re cordis

 Tuve miedo, justo como debía ser, justo cómo se antepone ante todas las decisiones importantes te digo, pero también había mucho amor en la...