hace tiempo que no encuentro la poesía de las cosas simples,
de los clichés de la mañana,
de el silencio sepulcral de las noches.
hace tiempo se me escapa entre la rejilla de la regadera,
con el llanto contenido,
con la muerte a pocos.
hace tiempo mis ojos se ciegan en la mañana,
y no puedo ver más que una claridad dispersa,
lejana.
que los sentimientos se empozan de charco,
que la brújula del pecho se pierde a nuevo abismo.
que muero a pocos te digo.
que me abandonó el instinto kamikaze,
que se fue girondo,
que Benedetti no me da diabetes,
que los poemas de amor solo me causan diarrea
y el desamor solo me colma de risa,
no de llanto.
que mis alas,
mis palabras,
incendiarias,
no me provocan vértigo,
la adrenalina no me da la curiosidad
gatuna
de asomarme al tiempo.
cansado supongo.
de mi cuerpo hirsuto,
de mi cabello enredado,
de mi vientre desierto,
de mi pecho de sombras,
de mis piernas de sobras,
de las migajas que no me llevan a ningún sitio.
perdido te digo,
que el sexo de los cuerpos de ceniza,
son de bocanada.
perdido,
resignado a solo seguir la inercia de billar.
tengo la mala maña de huir,
pero no hay más sitio que habitar,
que la misma soledad compartida,
que la falta de afecto multiplicada,
como la fuerza gravitatoria
promediable,
que me impide volar,
pero no caer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario