domingo, 11 de enero de 2015

Taller Médula Negra- Sebastian Fund




















las semillas de la virgen


Tendremos más noches,
habremos más cuerpos,
acumularemos besos, 
excesos,
pero siempre se vuelve a ti como se vuelve a casa.

tendremos más noches de niebla,
y la lluvia cercará tu cuerpo,
mientras tocar a la primera de las musas sea eterno,
porque me encantas,
como flauta,
me muerdes,
los muslos, el pecho, mi vientre,
exploras en éste cuarto de hotel mi sonrisa,
mientras me vendas los ojos
y estudias,
cual si no conocieras mi cuerpo,
tú me enseñaste a hacer del amor la sonrisa,
con los muslos temblando entramos quedito,
me das tiempo a recordarte,
recorrerte,
tanto tiempo que mi recuerdo te espera,
para recobrarte en la piel primigenia,
mira,
solo esperaste diez años para que mi barba saliera,
que el pequeño muchacho con potencial abrazase
y tu,
con brasas de fuego lento,
me abarcas completo,
para deshacer el silencio,
en la tina la ducha,
de agua hirviendo,
mientras las palabras y el vapor adormecen.

sábado, 10 de enero de 2015

Yo nací cuando nacieron todas las estrellas


Yo nací cuando nacieron todas las estrellas,
Hermosa paradoja, 
Porque yo morí cuando mi mano dictaminó la muerte,
Siempre en contra de las hilanderías del destino,
Me maté, pero evadí a la muerte,
Se cortó el hilo,
 hilo de ámbar, 
Porque todos los dioses lloran ámbar,
Sólo pueden brotar esas gotas de sus ojos,
Sólo así nacen las constelaciones,
Como las gotas de los árboles viejos solo sangran,
Derramando sobre el éter la eterna fuga de la vida,
Porque yo,
Yo nací cuando nacieron todas las estrellas.


Evadí al destino y estoy aquí,
Sin muerte ni vida,
Pero estoy aquí,
En contra y de propia voluntad,
No sé bien a bien qué pasó cuando se rompió el hilo,
Porque tuve uno,
Porque renací en la misma vida muchas veces,
Incontables veces,
Innumerables,
No sé que pasó no lo recuerdo,
Ahora que soy el más mortal de los mortales,
Que sigo, busco, lucho y hablo,
Sigo Siendo la esquizofrenia de dios,
Su mal sueño,
Su negación a despedirse,
Porque los dioses saben,
Hasta ellos saben,
Que deben Sentarse a la mesa de los muertos,
Porque los dioses también mueren,
Los olímpicos lo supieron,
Los que hoy nombras están muertos,
Virtualmente muertos,
Como tu, como yo.
Sólo hay una forma digna de atravesar la muerte,
Saber que estas muerto desde un principio,
Aunque hayas cortado también los hilos del destino,
El espíritu del sueño mantiene,
Despertando cada noche de éste cuerpo,
Con curiosidad.

jueves, 8 de enero de 2015

veintiocho

Sigo siendo terco,
trato de pensar lento lo que opino,
sigo,
un día a la vez,
eternidad cinco minutos,
con un pie tras otro,
desvaneciendo a ratos,
sigo con malas mañas,
de beber café en los lagos,
con mi bicicleta compañera,
aún con unos tabacos en la bolsa,
sigo de tenis,
agarrando la cámara, escribiendo,
sigo niño,
sigo al viento,
escupiendo humo,
respirando fuego,
sigo y con la rodilla algo jodida,
y me quejo de lo que es necesario,
en las espinillas y en los brazos cicatrices,
tengo el mismo arete de hace meses,
el pelo en rizos como mis ideas,
que pretendo no perder un tiempo,
pierdo el ímpetu a ratos,
pero para bien o para mal sé que la pausa,
es el constante, acento al movimiento,
rizos de ideas,
sigo sin lavar los trastes,
y la cama que hecha un caos,
sigo jazmín entre la niebla,
estepario en la ciudad,
sigo, brutalmente honesto,
con la digna y buena mala suerte,
de seguir vivo,
a contracorriente,
sigo recordando,
recapitulando,
tan pretencioso sigo escribiendo,
con una utopía como siempre en referencia,
creo que el contraste da sentido,
creo en el blanco y en el negro
y que los extremos al final pueden tocarse,
creo, que no puedo crear ya desde  nostalgia,
creo, porque no lo sé de cierto,
que nunca más tendré el pecho desierto,
creo en el jaguar que dejó su huella tibia entre la selva,
sé que se conserva lo que no se mata, como el amor,
con cadenas no se apresan las ideas,
creo en el ruiseñor.

creo que he aprendido algunas lecciones,
variaciones contundentes de no tener verdades absolutas,
sigo recordando mis verdades,
invitando a mi mesa a los demonios,
sirviéndoles café,
tirando sorbos pa los muertos,
leyendo a veces a Girondo,
descubriendo nuevos poetas en el paso,
sigo creyendo en los escritores de la luz,
en el arte honesto,
tal vez el que no se excusa en el discurso,
en el que fluye como el río deja pensando,
sintiendo con fraternalismo a mis amigos,
sé que me he ganado algunos enemigos,
a pulso y por mi boca,
sé que no me gusta usar los puños,
pero sé que también sé usarlos.

sé que estoy contento,
sin vanagloriar ni minimizar el pasado,
en su cajón va cada cosa,
a veces se me cansan las ideas,
pero ya no tengo un llanto,
tan contenido,

sé que he vivido,
y nadie podrá negarlo,
y aún falta camino por labrar,
creo que llegaré al valhalla,
creo que descansaremos de éste infierno,
que nací en invierno y tuve pulmonía a los veinte días,
he estado que beso a la muerte muchas veces,
y no sé,
porque no sé con certeza porqué sigo vivo,
pero agradezco por estarlo,
tengo mucho presente,
y me distraigo a cada paso,
que puedo observar y ver el horizonte,
pero la luz del atardecer no está cegando en mi paso,
sigo, creo, siento y amo a mis amigos,
que son dignos todos sus errores,
sé que se puede contar conmigo hasta uno y hasta cien,
sé guardar secretos,
no se ve bien con los ojos,
solo los del corazón.


Veintiocho eneros hoy se lucen,
para darme ésta tranquila felicidad.  

ocho de enero



las lunas llenas se siguen acumulando,
los caminos esperan seguir siendo recorridos,
8 de enero,
28(mil) años...


miércoles, 7 de enero de 2015

Buen viaje señor Julio

Uno va dejando una huella paraíso,
En el piso, tendidos duelen las fotos de los muertos aún vivos,
Los que apropio con belleza,
la sangre no se lava con el llanto,
el canto tampoco sirve mucho si no viene del alma,
Quisiera creer que existe el karma,
Así los ojos más corruptos se quedarían sin dientes,
Una oración un verso,
Difundir la enseñanza digna de tus manos,
La pluma nos enseñó con un poco de soberbia,
Que se pude ser digno incluso en tiempos represivos,


Y es que tenemos un arma más interesante,
En nuestras manos, está la pluma,
Esa herramienta que puede otorgar justicia,
Labrar un mundo crítico y etéreo,
En esta tierra que se pobla de miseria,
En las tintas en que se alberga la crítica esperanza,
Con la pluma labraremos tu camino al cielo,
Espero también que lo entrevistes por nosotros,

Escuché que el diablo es una invención del ego,
Para deslindar nuestras responsabilidades pasionales,
Pero espero puedas entrevistarlo de mi parte,
La esperanza es:
Cuida a tu manada y honra su memoria,
Porque con su muerte me moría,
Hay que darle vida a muchas notas,
No son ideas a medias,
Gracias por el legado,
Gracias por las gracias,
Que te colmaron.

A julio Scherer.

lunes, 5 de enero de 2015

"delirios"







No intentes convencerme de torpeza
con los delirios de tu mente loca:
mi razón es al par luz y firmeza,
firmeza y luz como el cristal de roca.

Semejante al nocturno peregrino,
mi esperanza inmortal no mira el suelo;
no viendo más que sombra en el camino,
sólo contempla el esplendor del cielo.


A Gloria - Delirios Salvador Díaz Mirón

Nunca Más....



domingo, 28 de diciembre de 2014

mírate

Soy el niño que te llevaba rosas,
 todos
                     los
                                       días,
todos los putos días te llevé una rosa,
en todas esas pesadillas despierto,
también te vi besar a otro fulano.
Soy el pequeño adulto pendejo que traías de un ala,
y lo sabías, olímpicamente,
de manera limpia y metódica,
azarosa,
 te busqué por donde caminabas,
pero no regresé al café,
no recordé el libro que leías,
tampoco recuerdo ser tan nervioso como entonces.
Soy el mismo imbécil que si lleva serenata,
que te muerde los labios y que apedrea con furia tu ventana,
que moría de celos,
el mismo al que le llorabas infinito,
pidiendo a gritos que tirara la botella,
que recogiera mis piernas del quicio del balcón.
Ese mismo que agachaba la mirada cuando le encontraste el toque,
ese bonche de marihuana,
de la más encabronadamente buena que pude conseguir.

El mocos triste que golpeó su padre,
y que después golpeó a su padre,
al que se le murió la novia y el mejor amigo,
ese mismo que cayó de rodillas pidiéndote perdón,
por madrear a ese pendejo,
después de que le regresaste la sonrisa.

Ese mismo que nunca se acordó de tu cumpleaños,
que te decoró con flores la cama,
que viste tirado lleno de vómito en las patas,
que al borde de la diabetes te leía a Benedetti
y para que rieras,
te buscaba y besuqeaba a escondidas en el paruqe
que te decía eres hermosa y ponía sonrisa de james dean,
el mismo que corrió tu padre,
al que le pegaste la patada en los huevos cuando te fuiste con ese cabrón.

Soy ese cabrón que ya no bebe,
que te fue tan pinche fiel que no creerías,
que brinco de cama en rama,
que te dibujaba cuentos pa dormir bajo la colcha,
que te besaba la espalda,
que se quedaba en el amanecer.

ese al que le enseñaste a coger con el alma,
a fallar con calma,
el mismo que ya no habla de ti.


Y mírame,
acá, tan perfecto hoy para la ti de entonces,
tu tan perfecta para ese imbécil que solía
adornarte con rositas de papiroflexia la cama.

viernes, 26 de diciembre de 2014

A ella

Hice de ella el amanecer, 
 la noche,
 la espera, 
La esperanza,
De ella tejí la tarde,
De Su impaciencia por ser distinta, 
Me hice otro,
 único,
 fue sexo,
También amor,
Bebí café y fumé media caja pensándole una noche,
Sentí sus zapatillas enterrarse en mi lomo,
Le dibujé un cuento con montañas bajo la piel,
Mientras le costaba desnudarse,
Tenía la palabra, que era atavío del alma,
La boca en su orgasmo,
Sentí su marasmo suspiro,
La admiración,
Decepción,
La  cachetada 
y el beso, 
en que hundió colmillo en mi labio,
La agilidad tigre,
La parsimonia del desierto,
Una día hablaba como puta mientras estaba quieta,
Otro era la grupa de un toro y decía poemas,
Ella me hizo sentir viejo,
O como un chamaco,
Los versos que grita,
Las groserías en calma,
"Eres un pendejo"
Y Me mandó un beso al aire,
Me mandó un día a la chingada,
Regresó en la tarde 
Las preguntas que  hizo,
El silencio.
Ella era la poesía,
La quilla de un barco,
 el soporte
También meretriz,
Era madre y regazo,
 la ilusión, el desapego,
Pedestre, 
terrestre,
Etérea,
Era la compañía en el auto,
A veces le construí castillos,
En la arena más blanca y pura,
También fue musa 
Y vaya conocí su desprecio,
 hipocresía, 
 bella, excepto por  el hoyo en su cabeza,
Inteligente, tanto que inaccesible,
Su sonrisa agria,
Dulce enojo.


A ella, la fui  formando de sonrisas distintas,
Tan distintas,
Ser un habitante y pasajero,
Tiene el precio
Y el desprecio,
De no hallar,
Ni hallarse en alguien más,
Hoy que soy y son tan parte mía,
Que tuve todo teniendo nada,
Que tengo nada y lo tengo nada,
La única, 
Palabra,
Es
Gracias por la gracia que  te colma.

jueves, 25 de diciembre de 2014

Profanar

Hay cosas sacras que no se deben profanar con palabras,
ciertas memorias,
Ciertos labios, 
 ciertos desiertos no se deben profanar con los pasos,
los momentos incómodos, 
los más cómodos momentos,
Hay dolores sacros que no se pueden profanar,
 El lenguaje se inventó, 
Se profanó la naturalidad del peligro,
De la calma, 
Mírame, intentado profano y ufano, 
Desviar el curso de lo sacro.

martes, 23 de diciembre de 2014

Auténtica


Soñar como niño,
evitar el ecocidio del alma,
Temerle de nuevo a los fantasmas,
Sonreírle a las aves,
En barcos de madera evadiendo tiburones,
Subir del mar en calma al árbol,
Rasparse hasta los codos,
La odisea de soñar con dinosaurios,
Procurar en cada aventura,
Al batallón de niños que corren,
Sin las cadenas de oro de un adulto.

Viajar como niño entre dragones,
Palos de escoba como espadas,
Sin Las sagradas artimañas de los grandes de apedrear el alma.

Sentir en el abrazo los latidos,
Volar un papalote.

 Cazar mariposas, soplarles vuelo,
Con el olor de azúcar en el viento,
El ciento de cantores de las ramas,
Romper un vidrio jugando a la pelota,
Huir como un proscrito,
Construir puertos en riachuelos,
Diques y tener barcos hoja de árbol,
Volar papalotes.

Correr y brincar hasta tocar el cielo,
Subir al columpio impulsarse como nunca,
Caer, llorar desgarrado,
Por perder,
El más valiente de todos los muñecos,
El más heroico entre los héroes de la infancia,
Trazar mapas,
Desenterrar tesoros,
ensuciarse de gloria,
Cazar dinosaurios,
Vivir en la prehistoria,
Por qué hay buenos y malos,
No lo sé,
Que una caja enorme es un cuartel,
Que los detalles incomprensibles de los grandes,
Sean eternamente incomprensibles.

Que los logros sigan siendo ser el que más salta,
Ser el más intrépido expedicionario,
Andar en bicicleta sin salir huyendo,
Correr más rápido que el viento,
No ser del ciento de gigantes que portan uniformes,
Ser y sólo ser sonrisa,
Que la brisa no rebase,
Los cimientos de la auténtica felicidad. 

martes, 16 de diciembre de 2014

perfecto...

Le quité lo absoluto al dolor,
mientras los cardos florecían en el otoño,
yo reverdecía en otoño,
le quité el absoluto contraste a la felicidad,
por eso ando,
ando como que ando,
desnudo,
sigo solitario e inmune,
la muerte me ha tocado tantas veces,
que se volvió costumbre,
el casi ser atropellado cada tercer día,
hoy fue el tercero.
Ya me cansé de decir que he vivido,
que nadie podrá negarlo,
le quité el absoluto al amor,
tanto que se deslava la memoria,
que me desgasta inútilmente,
este grito tierno.

Murió soledad abuela,
nunca lo dije,
fui el nieto predilecto,
el pródigo,
por eso hoy que se me escurre el llanto,
de tanto contenerlo,
me asusta llenar los mares de nuevo,
quemar el cielo con magma.

He tan muerto tantas veces,
que no he vivido nunca,
qué importan las camas vacías,
los epitafios de mis soledades,
que importan si en cada caricia he muerto,
de las formas más dulces he muerto,
morir se me hizo costumbre,
y le quité lo absoluto al dolor,
para no llenar los mares,
para no quemar los cielos.

¿por qué usted no se suicida?
me dijo Leonardo,
realmente me pregunté cómo se pregunta un niño,
con los porqués a medias,
me invitaste a invitarle café a mis demonios,
hoy que camino solo,
como animal herido,
sangrando y desangrando,
como el que sabe,
que ya está muerto.

Le quité el absoluto a la muerte,
a la vida,
al amor y al desamor,
a la luz y a la sombra,
digamos que hoy,
soy un perfecto,
mediocre.

lunes, 15 de diciembre de 2014

Adal Perez


barbitas

No dejes que te trague el mar,
no dejes que te lleve,
no lo hagas por ti,
conocerte es un placer egoísta,
el mar devora,
quiero que tu devores a la mar.
Es curioso,
soy un maestro ilusionista,
soy el perfecto equilibrista,
en el asedio a las barricadas del alma,
del desapego.
Pero no a ti,
no te vayas,
sálvate busca salidas,
no me importa si son de arena,
hallarás más que las respuestas que buscas,
hallarás las preguntas que tanto amas,
que no te lleve la marea,
no a ti.
Que no te trague el agua,
hazlo por mi,
no concibo el presente sin presencia,
tu presencia,
es curioso cargar tantas ausencias,
a las pocas horas de conocerte, eras ya indispensable,
y sabes que no dilapido la palabra,
apenas la digo en éstos tiempos,
eres amigo,
fraterno y eres alma,
besa solo la mar en calma,
no dejes que te lleve.

Tu sabes tú mar,
de tus ideas y tus silencios,
de tu llanto y de tu canto,

¿Qué es el amor? 
Preguntas,
yo quisiera tenerte una respuesta,
definitiva,
no ilusoria como todas las que conozco,
¿qué es el amor?
preguntas,
 y quisiera tenerte una respuesta concreta,
no quiero escribirte un epitafio de pluma,
te convertiste en alguien,
indispensable,
te elegí como hermano,
y tú a mí,
que no te lleve la marea,
que te absuelvan tus ideas,
que puedas dormir y hacerlo a gusto,
que despiertes desierto si lo gustas,
pero dispuesto a seguir construyendo la memoria.

domingo, 14 de diciembre de 2014

nosotros



tantos muertos sin epitafio,
tanta rabia contenida,
tantas lágrimas al piso,
con la mejilla y una bota,
tantos casquillos,
tanta sangre.

cae lentamente,
un cuerpo,
una vida,
se alza lento,
un puño, una voz,
no estaban armados,
cae lentamente.

caen sobre el impuesto de piso,
sobre la marihuana a granel,
sobre ti,
sobre mi.

tantos muertos sin epitafio,
tantos agonizando,
otros gozando esa crueldad desde la cómoda,
y Tu
y Yo
...
..
.








Vida cotidiana







y tu, disparas.

Te supo barata la sangre,
cada gota derramada.
la manzana de la discordia, fue sembrada con petróleo,
brotó del hambre,
de las esquinas sucias de cemento,
de thiner se tiñen las calles,
el pavimento de orines con los niños debajo,
te supo barata la sangre,
porque no la viste,
la negaste,
nació la inconformidad,
con ella la necesidad de protegerte,
de aquellos que decías que protegías,
compraste almas, las vestiste y diste armas,
de soldados, policías, granaderos,
apuntaste a los inconformes,
te supo la sangre derramada,
pero te cegaban los billetes,
los cargaste por montones,
como los cuerpos que se esparcían sin vida,
también por montones,
repartías las migajas,
gobierno de mierda eso repartías,
en éste holocausto del poder nos deslindaste la culpa,
casi nos la creemos,
o lo hicimos por un rato,
por el maltrato, nos separaste en opiniones,
que como bolas de nieve chocaban entre sí,
nosotros, éramos esas bolas de nieve,
dicen que no justificas nuestros actos,
nos satanizas.


una roca choca contra un escudo,
un policía amaga a un desnudo,
una molotov explota,
desenfundó, cortó cartucho dentro de su boca,
un ser humano se inmola de ira,
y tu,
disparas.

lunes, 8 de diciembre de 2014

Capítulo zero

Tal vez regrese del olvido,
como fantasma de ciudad en las aceras,
montando mi bicicleta y sonriendo furtivo,
tal vez regrese, no lo sé,
con un expreso en un pequeño vaso,
tal vez ahora si me tomes del brazo
y no mires atrás.

le falté el respeto a la memoria,
que moría incesante cada noche,
que soy el mago y el perfecto equilibrista,
en las vías del tren,
esas interminables amantes que no se tocan,
aprendí, que las musas,
tampoco se deben besar.


Quizá podamos ahondar en los motivos,
de esa bella temerosa ruptura,
en que esa fue la única cura,
a lo que se transformaba en un miasma.

he estado en ires y venires interminables,
en silencios impostergables,
en mutua mirada al suelo después de conocer el vuelo,
tal vez regrese del olvido sin explicaciones,
sin soluciones ni respuestas,
en ésta gama cromática de olvidos,
con unos más verdes que otros,
éste oxido de plomo del otoño, que  como rama seca,
fue el más intenso y más breve,
aunque escuché por ahí,
que la fuerza de la experiencia no se compara a la suerte del principiante,
desde hace tiempo que le apuesto más a la experiencia que a la suerte,
en tu juventud una bella carta,
que la vida me puso enfrente, 
como espejismo, como espejo.

pero yo no me juego todo en las cartas
y tampoco juego más que ruleta rusa,
por eso es un bello día para sonreírle a tu ausencia,
que por tenerte respeto no dueles, 
y por tenerte ternura me ha conmovido,
mi capacidad de sobrellevar, 
el pesar del alma,
que con tibia calma te escribo en el frío,
de mi azotea roja,
de diciembre breve que se asoma antes releer capítulos.

sábado, 6 de diciembre de 2014

Y del divino acto.

Puedo ser mago,
en el divino arte de la desaparición,
en un movimiento de manos desaparecí entre la gente,
ese día de agosto, me subí al metro, lloré,
no como un niño,
ni como los astutos,
lloré sacando mocos,
lloré, como fantasma
y a escondidas con la gente.
Aprendí el divino arte de la mano de los muertos,
esos que se van asomando en lugares comunes,
por eso no visito las vías,
por eso no camino las mismas calles,
las mismas ciudades,
para darles tiempo a que sean distintas,
que esos divinos magos
de esos que si desaparezcan.

Aprendiz de la divinidad de los muertos,
del amor muerto,
del no-nato-muerto,
del yo-estoy-muerto,
del yo-reviví cinco días de estar-muerto,
del yo, que sigue bien pinche-muerto.

aprendí del amor muerto,
No de ese que se va muriendo a pocos,
de eso que medio vive o revive,
del absoluto acto de magia,
aprendí de la muerte a desaparecer.

Guadalupe,
de un día a otro,
de un te amo delirante,
delirio de camilla,
no fui a su funeral,
no sé dónde está su tumba,
se esfumó,
el shock de la negación,
de la poca aceptación a la vida,
aprendí pues a llegar a ese límite,
mi límite no fue más sencillo,
supe coquetearle a la muerte,
como todo muchacho lo hace,
inocente.

aprendí del arte,
que se va y viene,
una y otra
                          y otra vez,
la mágica huida de las camas,
de las fiestas,
de los amaneceres,
de los cafés,
de las calles,
de los atardeceres amarillentos,
que por más amarillos fueron grises.

en mis actos mágicos, me di cuenta,
la vida sigue,
seguirá.
Uno se desaparece por miedo,
a ser indispensable,
o dispensable, que en mi caso es lo mismo,
desparecer del amar tan intenso como el viento,
y perderse al ir trastocando las vidas,
uno se desaparece por miedo,
también por amor.

de los amigos,
desparecí de mi,
tanto que me perdí y no me encuentro,
desparecí nombre,
mi tótem,
mis costumbres,
de mis ritos,
sigo estando en las esquinas,
en los mismos sitios,
ausente,
a veces me muestro y me muestro pues honesto,
no hay otra forma,
solo así se puede reaparecer los domingos de la memoria,
sacudirse el polvo de la playera negra,
escupir los camaleónicos
y leónicos pelambres.

Cuando uno tiene ese instinto suicida,
solo se aprende el divino arte por amor ajeno,
no arrastrar a nadie,
no llevarse a nadie,
ser habitante pasajero,
en ésta inmensidad de universo,

los aprendices no me sorprenden,
no me causa la euforia de ese acto casi onírico,
ni me siento estupefacto,
es una desidia de aplauso,
dejé los trucos
y empecé a respetar más las apariciones,
no me interesa si no llegan en la hora dicha,
o en la no dicha de no llegar tampoco tengo un lío,
siento una ternura inconfundible que no me intriga,
de los actos de magia.

martes, 2 de diciembre de 2014

Citando a Girondo

y por más empeño que ponga en concebirlo, 
no me es posible ni tan siquiera imaginar 
que pueda hacerse el amor más que volando.

Oliverio Girondo- no sé, me importa un pito.



soy triste y pedestre,
ella, fue etérea y volátil,
es curioso,
cuando hallas,
realmente hallas a la que vuela,
resulta que vuela más rápido que tu,
que el vuelo que uno tiene,
es vuelo mariposa
sigilosa,
sensación de alcanzar nubes,
cuando tocas la copa del árbol,
y vienes de ser pequeña oruga.


soy triste y pedestre,
ella, fue etérea y volátil,
y si, es terriblemente curioso,
cuando realmente hallas a la que vuela,

resulta que el propio aleteo,
es tan insignificante
a la magnitud del cielo,
un bello cielo ajeno,
tan ajeno ahora.

cuando montas su bella espalda,
y te abrazas al vientre,
hay un vértigo infinito,
que me contiene,
que me detuvo,
suspendido en el aire y más arriba
donde no hay aire
y solo se puede vivir respirando de su boca.


bueno,
 uno vuela,
 o cree que vuela,
pero si no has alcanzado la estratosfera
abrazado a su cintura,
no conoces
   nada

lunes, 1 de diciembre de 2014

láminas de zinc y bajo la lluvia


Aprendí que mi patria era el barrio,
pensé que los niños siempre serían niños,
que siempre me ganarían jugando pelota,
aprendí el arte de jugar canicas,
de volar papalotes,
aprendí del narco a menudeo,
de los solventes,
de mis compañeros golpeados por sus padres.

aprendí de la niña violada por su padre,
del hermano que asaltó a mano armada,
de decir vengo de otra patria,
ser acuchillado.

Aprendí a negarlo,
a ver a los niños que jugaban,
y vaya que jugaban la pelota,
a forjar entre los rieles,
a ser carne de cañón de los narcos,
ser reclutados. nunca más ser vistos,
a ver la pelota que rebota sola en el olvido.
                                                                                      
“esos güeyes eran estacas” me dijeron,
ten cuidado a quienes miras,
supe, nunca más entré a esa cancha,
que a los gemelos les quitaron la plaza de la coca,
a uno le mocharon una pierna,
de un escopetazo,
su hermano apareció semanas antes,
sin oreja y un nulo de ilusiones,
supe que la necesidad de los sin voz,
es una despensa en cada campaña,
que les dan atole con el dedo pa calmar el hambre,
que cada mil promesas llegan nuevas.

Sé que el hambre no se mata sola,
entre techos de lámina,
entre los que se fueron al gabacho,
tu me dueles por ser de los de abajo,
pero nadie te juzga,
nadie te cobija,
estuve ahí, no me lo contaron,
entre latas de activo, entre los hambreados,
estuve ahí, no me lo recuerdes,
que yo sé ser manada de los lobos.

Me cuidaron,
nunca supe porque,
se fumaron todas las piedra,
estuve ahí, todos moríamos,
ya ni la policía nos trepaba.
Dieciocho gritaron,
todos corrieron a esconderse,
estuve ahí.


Aprendí que mi patria era mi barrio,
fui el de los menos que salió,
corrí,
con suerte.

para el camino de ésta oscuridad


No me deja dormir el dolor de la tierra,
la vida de los muertos,
nos faltan 43 de éste infierno,
y millares que no llegarán jamás.

mi insomnio tiene de nombre sicarios,
de altos y corruptos mandatarios,
de impunidad,
de ausencia de justicia,
de falta de humildad.
Sé que no sé demasiado,
y sé que es necesario
la coherencia y templanza,
el silencio y el grito,
todo acomodado en si digno lugar.

la ley sabe a billetes,
y  a los grilletes de la pobreza del alma,
solo el espíritu en combate conocerá el Valhala,
para ser y ser un ser libre,
solo necesito la correcta humildad,
saber reconocer mis errores,
abrazar mis aciertos y saber que en verdad,
hoy, éste hoy es gestión de un cambio,
que lo necesario se hará,
que no se callarán verdades,
aunque con cautela y muchos cuidados se deba bien pisar,
solo el piso recuerda nunca al que es tu hermano,
de sangre de pensamiento o espiritualidad,
sea lo que eso signifique,
será que tendré tiempo de verdad.

Tengo la certeza que el hartazgo también impulsa,
no te dejes,
no te canses,
se sensato y a priori,
aprende a pensar futuro.
Muchos huyeron, es entendible,
no hablaré de fe ciega,
tampoco creo en dios,
pero,
creo en la palabra,
la enseñanza,
digna, ética,
 estoica,
creo que en éste lugar siempre habrá opciones,
y la decisión de no por ello claudicar.

Mi insomnio lleva nombres, cifras y lugares,
lo banal es variable,
no negociable para los demás,
encontrar el juguete que mi hijo buscaba,
puede no afectar en nada el universo,
pero es un buen comienzo pa’ poder mirar.

Sentir la brisa fría del comienzo de diciembre,
aprender a enseñar,
con el corazón en mano,
porque pese a la tormenta,
siempre habrá motivos pa reir, jugar, besar,
abrazar, labrar nuevos caminos,
tenerles miedo, esperanza, humanidad.

en lo que buscamos una fraterna sonrisa eterna,
que te sepa despertar.
No me dejan dormir 43 ausencias,
desde mi trinchera ahora puedo recordar,
honrar y darles su presencia,
la correcta presencia,
que merecen bien tener,
no quiero una esperanza mansa,
no quiero acción sin pensamiento,
sin el sentimiento que caracteriza andar,
con frente en alto puño arriba,
que no es fácil es correcto,
y sé la pausa que da sentido al movimiento,
un respiro, para correr, también para  gritar,

Una vela a encendida a los que faltan,
que nos iluminen el camino de la oscuridad.

 me enamoré del río y de la calma, del sudor fresco que destilan mis albañiles, del café, de la fruta, de mis hijos. me enamoré de éstas roc...