jueves, 8 de enero de 2015

veintiocho

Sigo siendo terco,
trato de pensar lento lo que opino,
sigo,
un día a la vez,
eternidad cinco minutos,
con un pie tras otro,
desvaneciendo a ratos,
sigo con malas mañas,
de beber café en los lagos,
con mi bicicleta compañera,
aún con unos tabacos en la bolsa,
sigo de tenis,
agarrando la cámara, escribiendo,
sigo niño,
sigo al viento,
escupiendo humo,
respirando fuego,
sigo y con la rodilla algo jodida,
y me quejo de lo que es necesario,
en las espinillas y en los brazos cicatrices,
tengo el mismo arete de hace meses,
el pelo en rizos como mis ideas,
que pretendo no perder un tiempo,
pierdo el ímpetu a ratos,
pero para bien o para mal sé que la pausa,
es el constante, acento al movimiento,
rizos de ideas,
sigo sin lavar los trastes,
y la cama que hecha un caos,
sigo jazmín entre la niebla,
estepario en la ciudad,
sigo, brutalmente honesto,
con la digna y buena mala suerte,
de seguir vivo,
a contracorriente,
sigo recordando,
recapitulando,
tan pretencioso sigo escribiendo,
con una utopía como siempre en referencia,
creo que el contraste da sentido,
creo en el blanco y en el negro
y que los extremos al final pueden tocarse,
creo, que no puedo crear ya desde  nostalgia,
creo, porque no lo sé de cierto,
que nunca más tendré el pecho desierto,
creo en el jaguar que dejó su huella tibia entre la selva,
sé que se conserva lo que no se mata, como el amor,
con cadenas no se apresan las ideas,
creo en el ruiseñor.

creo que he aprendido algunas lecciones,
variaciones contundentes de no tener verdades absolutas,
sigo recordando mis verdades,
invitando a mi mesa a los demonios,
sirviéndoles café,
tirando sorbos pa los muertos,
leyendo a veces a Girondo,
descubriendo nuevos poetas en el paso,
sigo creyendo en los escritores de la luz,
en el arte honesto,
tal vez el que no se excusa en el discurso,
en el que fluye como el río deja pensando,
sintiendo con fraternalismo a mis amigos,
sé que me he ganado algunos enemigos,
a pulso y por mi boca,
sé que no me gusta usar los puños,
pero sé que también sé usarlos.

sé que estoy contento,
sin vanagloriar ni minimizar el pasado,
en su cajón va cada cosa,
a veces se me cansan las ideas,
pero ya no tengo un llanto,
tan contenido,

sé que he vivido,
y nadie podrá negarlo,
y aún falta camino por labrar,
creo que llegaré al valhalla,
creo que descansaremos de éste infierno,
que nací en invierno y tuve pulmonía a los veinte días,
he estado que beso a la muerte muchas veces,
y no sé,
porque no sé con certeza porqué sigo vivo,
pero agradezco por estarlo,
tengo mucho presente,
y me distraigo a cada paso,
que puedo observar y ver el horizonte,
pero la luz del atardecer no está cegando en mi paso,
sigo, creo, siento y amo a mis amigos,
que son dignos todos sus errores,
sé que se puede contar conmigo hasta uno y hasta cien,
sé guardar secretos,
no se ve bien con los ojos,
solo los del corazón.


Veintiocho eneros hoy se lucen,
para darme ésta tranquila felicidad.  

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