jueves, 28 de abril de 2022

Flores y cartas

 Hace una hora que estaba durmiendo a Kai, nuestro ritual de sueño cuenta con varios círculos, generalmente le pongo música y en sus caprichos aleatorios me va pidiendo que le cambie la canción, entonces me empiezo a hacer el dormido para que ella me siga, pero se ha vuelto una hábil niña en el arte de embaucarme para no dormir, me pide el brazo, el izquierdo, que secuestra indefinidamente, se acomoda, me dice, te amo, cuando más dormido me hago para corroborar que sigo despierto, me delata la sonrisa, pero antes de todo eso  ella dice "había una vez" y empieza a contarme un cuento que no tiene pies ni cabeza, pero que varía de personaje, ayer fueron leones, hoy yo le conté un cuento de una nube que no hacía caso a su padre y se perdía en el bosque de nubes, hasta que su padre la encontró y se abrazaron, no le gustó, soy malo para las moralejas, así que me pidió otro cuento, le conté de una nube camaleón, que se transformaba en águila y en dragón, que se fue a la cima del mundo para ver si era redondo, éste cuento no tuvo nudo, pensé que sería mejor decirle que regresó con sus padres y les llevó regalos, que los abrazó y les trajo muchas historias, me pidió que lo contara de nuevo, detalles más, detalles menos, entre la música que empezó siendo thank you de Dido, y se siguió con un playlist de cantantes gringas de los dos miles, con Sinnead O Connor, y nothing compares to you vi tu notificación y empecé a trazar una carta para ti, que te alborotara las neuronas, pensé en mi lengua, pensé en la tuya, en tu útero... y por alguna razón me pregunté si existía un idioma universal, así va mi mente, pensé que el silencio podría ser el único idioma universal, supongo que la ausencia existe aquí o en marte, y que su forma de interpretarlo también es el modo en que interpelamos ante el mundo. pensé en tus silencios, en tu duelo, pensé en mis silencios, en los que vinieron después de la muerte de lupe, (mi primera novia) y lo desconcertante para quienes me pretendían, pensé en los miedos, y los anhelos que conllevan, también su carga volátil de imaginar posibilidades y el negarlas para que la vida no duela, la existencia no duela, para que el silencio que es esa ausencia con la que solo se pueden establecer monólogos internos y diálogos con los anhelos que se cargan y el repudio a ellos, porque también sé que guardar silencio es guardar mucho.  

terminó la canción de Sinnead o connor, y kai me dijo te amo, sonreí y delaté mi habitar despierto, me volvió a pedir leche y que le picaban los mosquitos, ganaba tiempo a nuestro ritual antes de dormir, hace algunos berrinches que fui mediando, desperté con la idea de escribirte y el coro de Underneath it all.

encendí la compu mi penúltimo tabaco y me puse a escribirte, y pienso en tus silencios, y las palabras que traza tu mente y en lo embelezado que quedé a tus ojos cuando me saludaste y yo no entendía bien el articular de ningún idioma. pienso en que te ronda también una época compleja, y que solo puedo acariciarte la mente y darte cuentos sin nudos para que cuando éstas letras regresen puedan traer historias.

te escriben los ojos que encandilas.

Eka






Santa María

 "mi madre tiene 91 años y su mente no es líneal, su tiempo es libre"


cada objeto que me rodea contiene una carga o un peso, algunos lo yuxtaponen con cierta levedad. ese peso es externo y ajeno a lo que representa para mi, el primer ejercicio en el taller de Elvira Santamaría, fue exponer un objeto que nos desagradara, pero que conservamos. cada participante del laboratorio mostró su objeto, y si bien cada uno fue distinto, había constantes en su origen o significado y en que contenía para el poseedor, una tensión simbólica. mi Objeto, entre la duda, fueron las aretes de oro que pertenecieron a mi Abuela. Tensión simbólica te digo, ¿Cómo alguien que ha fotografiado desde la resistencia antiminera lo que precisamente puede dejar de existir, a causa de ese oro a veces, usa esos aretes? Me han causado infecciones y me empecino en usarlos cuando nadie me ve.

 Tensión simbólica... Mi abuela murió de cáncer en la aguda carencia de éste sistema, que desecha, aquello que no produce, a aquellos que no le son útiles, que escupe a lo que no es utilitario, justo como éste sistema escupió a mi abuela, por vieja, por cancerosa, así ha escupido ese lado de mi que busca crear Arte por si mismo. Tensión, Simbólica, cómo despojarme de el único objeto de valor que poseía mi abuela y que terminó en mis manos. No, no me despojaré de esos aretes, pero a través del laboratorio entendí cómo identificar esa tensión y despojarla, entenderla, resignificarla.

Resiliencia, así, sin más el tema del laboratorio... Resiliencia y cómo los procesos creativos ayudan a forjarla, entenderla, estructurarla y reestructurarla, alimentarla y poder dotar no del poder ajeno que nos da la búsqueda de resistir para demostrar y exponernos como seres que resisten a los embates de la vida uno a uno, esperaba una fórmula, una metodología estructurada y no en la respuesta hallar, más preguntas, pero si hubo algo que entendí después de el taller, es que estoy demacrado desde la idea del goce, del disfrutar, y poder reivindicar la idea del placer es en si ya una forma de re-existir, más que de resistir.

En el tiempo de lo utilitario, en el camino que nos enseñan que todo debe tener sentido, orden, un plan, una meta, en ese discurso cuestioné en un principio la idea del performance, al sentirme inscrito en ese pensamiento, fue cuando redescubrí la rebeldía, esa, la necesaria para darle significado a todo objeto que estaba en el proceso de la pieza "macuilli" cinco veces cinco, hilos rojos, en el piso, que bien pudieron ser 25 de mis ancestros con sus destinos rotos y no los de Elvira, una mesa redonda, donde inició el mundo, un volcán de barro que se abre para contener agua y un sinfín de números, que van al infinito, en dos, tres, diez idiomas distintos, pegados por ese barro primigenio sobre una mesa redonda en una pared blanca de la facultad de danza, que atraviesa todos los números, que son cuenta en una línea, algunos desfasados, cúspides de muerte o quizá de vida, llegó un número y Elvira dice, en una sala con tres testigos "mi madre tiene 91 años y su mente no es líneal, su tiempo es libre" y todo, aunque no tenga sentido, tiene sentido.



miércoles, 27 de abril de 2022

de-s-obras

 

vivo caminando una cordillera de sueños,
bordeando y sorteando aquello que no deseo,
aquello que no te deseo,
porque siempre he sido el teequivocas,
el siemprelacagas,
el buenamante de los malosmodos,
y aunque me han dicho amor,
y ha sido honesto,
a veces no he creído, a veces no he querido,
y las duras que duelen cuando maduras,
son las promesas que no supe mentener.

vivo caminando en el valle de los muertos,
de los amoresmuertos,
de los idealesmuertos,
de los asesinados,
de mis asesinadas,
y la que ya nunca apareció.



a veces me hago mi enemigo,
y en esos días es difícil abrazar
 la belleza y su intermitente inmensidad,
estoy cansado de pedir disculpas,
incluso de algunas culpas que no me pertenecen,
de las cosas que no supe decir que no,
de algunas que dije, va, si.

Pero no basta con cerrar los ojos y decir, estoy cansado.

he errado en lo correcto,
mis modos nunca han sido prudentes
y mi palabra aunque afilada no siempre acertó en la diana.

dejé la pluma y la letra intacta,
para poder leerla y tragarme mis palabras,
no siempre fueron del ácido que se esperaba,
pero casi irónico que solo de las más dulces me arrepiento,
porque esos sentires eran ciertos,
y releer me hace ver que creé un panteón de palabras,
de amor,
de las que soy el único que sigue llevando flores.


también entiendo en esa parte que participo en ser constante,
porque me acerqué, y me cerqué en ideales que están dos pasos más allá,
de lo que puedo dar.

también me pude enamorar de dulces creativos fantasmas,
puse en nombres ilusiones 
y me dediqué a amar.


mis amigos dejaron de creer en mis letras,
mis amantes se cansaron de esperarlas,
mis sonidos se hicieron huecos,
en los recovecos de las alcobas que habité,
de las que pude huir.

no siempre he sido un paria,
antes de abrazar ese destino en realidad tuve sueños y deseos,
de los que yo quería habitar


habité algunas felicidades propias,
me adueñé de algunas antes y hasta llegar el cansancio.

habitante pasajero,
dueño de la soledad,
caminante de brújula imantada,
sin saber adónde ir,
el intenso,
el fraterno,
el que ya no quiere discutir,
si,
a
todo.

tiempo no me falta,
vida ya me sobra,
para que siga ésta obra de vivir.








martes, 11 de enero de 2022

corazón

 


Jamás sentí tan dulcemente roto el pecho

y solo queda agradecer,
por las noches y la compañía,
por la claridad y por el cuerpo,
agradecer el anhelo,
agradecer al deseo,
por la sinceridad,
por el cuidado,
por el cariño,
por el nudo desnudo de mostrarme sin piel,
por la honestidad,
la disparidad,
por el cariño mutuo que no se conjuga en un nosotros,
por la templaza y la credulidad,
por la calidez,
gracias a las noches compañeras y a la escucha,
por la espasmódica verdad en que no soy lo que tu buscas,
por saber que poco busco 
que poco ofrezco en ésta villa llena de pasado,
tan carente de futuro,
tan colmada de presente.

Gracias a la gracia que te colma,
al camino,
al andar.

domingo, 9 de enero de 2022

ésto no es una reflexión

 si pudieras elegir vivir un momento de nuevo, con la piel, el tacto, lo harías? cual sería? estoy viendo una película cursi y me llegó esa pregunta al salir a fumar, el anhelo, le dicen, re gresaría al primer beso, el primero que elegí, el primero que yo decidí, y sería a Lupe, mi vecina, después de esa sabia decisipon, entiendo porque se fue aún nmás mi seguridad, se fue con las primeras paladas meses después, sobre ella, ni siquiera estuve ahí, no sé qué hubiera hecho, recuerdo poco, solo que tenía 13 años, y me dijeron saliendo de la secundaria que se había muerto, sin tacto, de golpe, certero, como debía ser... ayer cumplí 35 años, y ha sido el peor cumpleaños de mi vida, debería estar acostado con kai, mi hija, en lugar de fugarme de ello, no me atreví a hacer mi texto anual de balance, ni siquiera me atrevo a enfrentar lo que pasa, mi vida es un cagadero en  lo que me importa. y lo poco que ha dependido de mi lo he llevado al límite, estoy cansado de buscar a la muerte, cansado de vivir y es justo y está bien.

para mi desgracia, ahora que tengo motivos para vivir ya no lo anhelo, me da una infinita pereza mi presente, la falta de logros tangibles, la falta de autonomía, y si pudiera evadir todo eso, regresaría al punto exacto previo a mi primer beso, al que llegué decidido, con temple, ese que yo pedí y me diría, No.


la fui cagando de forma sublime, no había gran guía, todo improvisado, todo meco, todo idiota, necesitaba pertenecer y nunca me adapté al barrio, pero quería encajar, no sentirme solo, como en la casa, como en ésta casa ahora azul llena de parches, y capas de pintura, estabamos cuarteados, cada quien se salvó como pudo y donde pudo refugiarse, mi hermano no sé, lo desconozco desde la pubertad, desde su pubertad, no sabía que a los 11 ya estaba deprimido, mi madre se enfocó en el trabajo, y está bien, yo pues, hallé las drogas y en ellas la compañía de los rechazados, nunca me sentí hasta entonces tan parte de algo, quizá despúes de golpear a mi padre y que él me golpeara y el barrio me diera la espalda, nunca volví a sentirme cobijado, me volví un despatriado, uno con suerte, tuve que dejar a los pocos amigos que hice cuando debí dejar de consumir, hubiera querido morir ahí, la agonía de vivir sin drogas es algo que no le deseo a nadie, a nadie...

dejaría mis "logros" por volver a vivir? solo hay dos, a medias y uno que no podría dejar y es ser papá de Kai, con Balam he sido ausente, omiso, casi que no soy su padre, pero está bien... si no existiera ella la responsabilidad de estar aquí sería casi nula, enamorarme de la vida y luchar por ella casi que suena a que vale la pena. he vivido de más, hay temas que no tocaré. 


ni siquiera antes volvería, volvería a cuando aprendí a decir si y no... ya no quiero la sensación en el vientre que tengo después de tener relaciones, el hueco, el vacío... no sería un gran sacrificio, si lo piensas, todo sería distinto, pero, seguro habría un anhelo, del imposible, de la única persona que me hace feliz, en mi cómoda vida de mierda, de miedos... tu qué harías? de dónde reiniciarías tu vida, la reiniciarías? 









jueves, 26 de agosto de 2021

bla

 


quiero retomar el espacio sin prisa de la risa,
no tener que huir de mi mismo,
quiero no escapar del dolor al placer, 
caer del placer al dolor,
ver la hora y salir a prisa
a aprisionarme fuera de la habitación,
porque la humedad de la ropa no es poca,
si mi cuerpo está seco,
si mi corazón de kamikaze ya no decide caer,
por voluntad, 
en picada.

y éste pecho ruge,
aúlla el embrujo para partir con la luna iluminando el camino,
el sendero,
y no importa,
y mi pecho ruge,
embrujado,
para partir, lento en el tiempo
que éste no escuche.


porque cada día me cuesta más vivir, 
quiero abrasar con lo que queda de éste fuego el amor que conservo,
a veces viene ese desamor en venganza a cobrarse la renta
y días como hoy que manejo bajo puentes y flores y lotos,
y veo la luna,
amarilla,
distante,
y me aíslo en el silencio,
me aisló en lo turbulento de ésta laguna,
mental,
tan cuadrada.


a veces mi pecho aún aúlla con el poco amor,
en el clamor de éste dolor ausente,
y no caen los párpados y se quedan parados al borde de éste oasis hueco del vientre,
cuna de espejismos para el que tiene sed de huracanes,
pero ya solo soy tormenta,
de arena.



tengo roto el silencio,
y el caos que me habita no halla el hilo,
para asirlo antes de que llegue el crepúsculo,
y la noche me acribilla,
con sus estrellas y ausencias,
distancias,
carencias,

y mi saliva ya no es como una bala,
mi lengua pierde el tiro de arquero
de asestar en el pecho y atravesarme en él en el lecho de un abrazo


y solo quiero cambiarme de ropa,
de ciudad y de nombre,
cambiarme de amor y abandonar lo que amo,
justo como me tocó a mi.

cambiarme de bando,
habitar una oficina y una camisa,
tener las certezas que escucho
y que nunca he tenido,
o de ser realista nunca he querido,
pero mi corazón ruge,
y me voy lento refunfuñando al abismo del tiempo,
mi corazón ruge
y me voy lento abrazando la paz del silencio a casa.



1

 He perdido el sentido, nunca he tenido rumbo, pero siempre ha sido claro a los lugares a los que no he querido ir. me fui conformando para hacer de mi palabra mi vestimenta, para que mi lengua fuera mi alma, de algún modo me cansé de hablar, de decir, de buscar en la palabra dar confort y aliento, dar.  

ya no sé si son las muertes, en que cada una se ha llevado algo, ya no sé si son las mil vidas vividas en una sola que me han llevado al cansancio, al hartazgo, al hastío, a veces creo que las mujeres que más amé en esa balanza de reciprocidades se han vuelto aquellas que más me odian, y les fallé, y me fallé al no ser lo que ellas querían de mi o en el existir diario.

solía hacer recuentos alegres cada año, donde en cada pérdida retomaba algo positivo, un hálito de esperanza que me diera un espacio para soñar, para creer que la vida no nos había arrebatado nada, que la oportunidad diaria de un renacer era lo importante, viví a mi modo, lo sé. pero hoy entre las carencias de olvidos llegan a apresarme los recuerdos recrudecidos de la felicidad y poco más el contraste en el arrebato de su finitud, y mi responsabilidad en esa ausencia a lo pleno. porque sé que he perdido el tiempo tratando de olvidar, la más grande ironía de decir olvido es recordar.


no pretendo hacer un recuento de lo que me duele, eso solía ayudarme a darme la esperanza de ser un sobreviviente, de decir, he vivido y nadie podrá negarlo. Y si he sobrevivido, de tanto y tantas, incluso a pesar  y en contra mía. sobreviví al frío, a veinte días de pulmonía, a otros inviernos, sobreviví al casi rapto de esa amable señora que me quería llevar a pasear, sobreviví a mis propias travesuras y gracias a otros reflejos que frenaron a tiempo, a mis escapes en bicicleta, a mis borracheras, a un pazón de coca, sobreviví a un incendio, que yo provoqué, a esa gana de niño de ver todo incendiando, sobreviví incluso a mis miedos, al amor, al desamor, a la sobredosis, a la falta de sentido, sobreviví al narco, a los policías, sobreviví fotoperiodista en un estado en guerra, sobreviví a choques, a pistolas, a asaltos, a suicidios a ausencias a saltos, sobreviví a la muerte de los que amé, de las que amé, a la muerte del amor y a mi instinto suicida, no sé cómo, pero sobreviví a 55 pastillas de medicamento controlado, sobreviví a la depresión, al alcohol, a las monas, con reflejos en la bicicleta, con calma de no huir al ver a esos tipos con machetes, a la amenaza, a lo cotidiano, siempre he sido una brasa encendida y casi siempre supe qué decir cuando alguien se iba y confortaba a los que se quedaban. sobreviví a las lenguas de serpiente y las de seda, a encontrarme en esa majestuosa monstruosidad con un espejo y ver lo sublime que es ser un monstruo, a mi rodilla jodida, al anexo, a la puñalada en el vientre, creí que esa jodida valentía de salir casi ileso, ajustar la latitud de la sonrisa y andar no se acabaría, pero siempre hay algo que apaga la sed que busca beberse todos los huracanes y hoy no sé cual fue.

el año pasado se suicidó noty, también monse, los policías mataron a jerry, varios más, así y asa.


quizá el sentido de éstas letras no es más que buscar un recuento absurdo que no abuse de la ironía del olvido, cada día más distante, cada día más incrédulo, cada día me siento más torpe en la augusta falta de sentido, porque dejé de escribir al ir siendo bloqueado de los lugares donde tenía sentido escribir, dejé de acomodar mi cámara en el cinto y salir a mirar mudo el mundo.


perdí la gratitud, en mi ingratitud, en la ciega necesidad de cuidar lo que queda del corazón, que tiene ganas de andar el camino para partir a enterrarse en el lodo, y buscar un renacer en el ser uno con la nada. pero no, el vacío ya no me atrae, y me acerco al precipicio y ya no siento la adrenalina tensa de querer saltar, y ante la vastedad y magnitud de lo infinito, solo se me ocurre escupir al infinito.


quisiera darte palabras que sanen o una carta que te entregue como solía ser un yo, la esperanza, la vida, la muerte, pero poco hallo cuando requiero ser profundo, a veces me habla el mar, a veces escucho al viento, a veces solo ponía mi mano en el pecho y cerraba los ojos, pero tiene tiempo que no me atrevo a ponerme en los rituales que me acomodaban el espíritu. solo sé que cada día que creo en menos creo en ti, y agradezco que escribas, que leas, que escuches, que estés con tu corazón roto y desmenuzando las letras precisas para buscar entender, porque tienes mucho que decir, o tengo mucho por ver, desde ti.









miércoles, 7 de julio de 2021

no sé decir



siento pulsiones de amor,
pero no sé hablar de amor sin ser tirano,
dictador,
esclavo,
quiero decir amor sin decir cadena,
sin decir quiero ser y poseer,
para ver,
que me he sometido a la esclavitud de las dictaduras invisibles.

quiero decir amor,
no ser omiso,
quiero sentir amor
y no ir a las charlas,
y grandes cátedras de poesía,
a escuchar en las tertulias,
 como dicen ambrosía con la seductora voz de la alegría,
inocente, de esa misma alma mía que me guía 
a hacer lo mismo,
ser uno hegemonía,
privilegio,
pero,
tampoco quiero ser esclavo u oprimido,
por ese dual camino he decidido no decir amor.

hoy que me reprocho,
rechazo y me río,
y que la culpa de la libertad,
de manejarme en la otredad de no decir amor,
poesía,
tertulia o ambrosía,
que mi mente me guía para no saber decir amor,
sin ser dictador,
esclavo.


perdí mis límites y cedí a caprichos,
me olvidé de mi estando en par,
me puse en un mal lugar,
después,
se me culpó de todo
y yo me tragué las culpas,
algunas que no entendía,
otras que no debía, 
y ahora solo me reprocho de las que no me pertenecen,
y parece que perecen en la aliteración de mis patrones,
que me provocan rebeliones,
que me provocan.


la vida me ha guiñado el ojo,
la disciplina me ha venido bien,
me recuperé de la rodilla,
he vuelto a saltar,
a reír,
a no prestarle atención a las malas lenguas,
y aprender de nuevo a no tomarme tan enserio,
a abrazarme en soledad,
decir criterio,
a dejar lejos a quienes quieren obligarme a ser,
a hacer,
a tomar partido,
fracturar lo herido,
he decidido tomar café,
fumarme mil tabacos,
roncar como león sin que nadie me moleste,
dormir solo.


después de decir amor me lavé los dientes,
acaricié mi frente,
me toqué mi vientre.





miércoles, 9 de junio de 2021

Las moiras

 


I

EL SEMIDIOS

Entrar a ese cuarto era la prueba final, las hilanderas tejían en videotape, tenían sus gorros negros con los que no se podía ver sus rostros, con su dedo índice y medio cortó una cinta, la que veía atenta y consternada, solo podía intuir su expresión, la primer hilandera gira, y me mira, ¿quieres ser un dios o un mortal? justo con la expresión protocolaria de quien está a punto de conceder un honor, el máximo supongo, ser un dios, o un mortal.
 pero yo, rechacé ambas, saco el aire soberbio de nariz, ella  exhala, decepcionada y me sopló polvo al rostro.

¿Qué se espera de un ser en rebeldía?


Desperté.


II
ESTADÍSTICA

La primera hilandera con un giro del cuello advierte mi presencia, siguen de espaldas, la segunda observa, asombrada un videotape, saca un aire de su nariz y ríe apenada, asombrada, sorprendida "a veces nos equivocamos", me mira con la cinta en sus dedos, y con movimiento de tijera, percibo sus dientes asomarse.
desperté.

"a veces nos equivocamos"

En ese asombro, en ese punto en el que nuestras decisiones son nuestras, podemos escapar de las estadísticas de quienes dictan el destino desde el inicio, pero en ese punto ciego, en que tomamos decisiones bajo las que no estábamos determinados a ser,  seres limitados, predecibles. Si, escapé del destino

¿escapé a otro?


III

DESTINO

Entro al cuarto, la tercera hilandera no ve ningún videotape, sostiene una cinta en su mano, me la ofrece "Puedes empezar desde el principio", la oportunidad de cambiar todo, "no es lo que siempre habías deseado" en su otra mano tiene un muñeco, exhalo ese aire soberbio de la nariz, ella sonríe.


despierto

sin saber si soy dueño de nada, tampoco sin saber si soy un dios o un mortal, sin saber si escapé de mi destino, o pude crear otro, no importa, acomodo el muñeco en los brazos de mi hija.

y la arropo.




domingo, 6 de junio de 2021

cero quizá



¿como despejar la incógnita de la ausencia? llegaste matemática, llegaste única, unitaria, común y taria, llegaste a moverme el mundo, a cambiar el eje, llegaste a mi que soy uno, a enseñarme, a ensañarme el cero.
antes de la existencia simbólica y unitaria del cero, no podría haber representado la ausencia. uno de mis mayores miedos en la vida es el olvido, porque tengo muy mala memoria, he olvidado las llaves en el café, el libro, olvidé llegar a tiempo o llegar tarde, olvidé que fui el amor de una vida, y en ese cúmulo de olvidos fui olvidado.
cero, ausencia te digo, miedo al olvido, antes de que cumplieras un año no supe de ti por meses, y si bien me tiré a la ausencia de mi entre los insomnios que llegaban a más de setenta horas, entre las miradas y los brazos en que pude refugiarme, entre lo endeble y frágil solo entendí la existencia del cero, por ti, antes era yo, el principio y fin del todo, en la vida, en el egoísmo fúnebre que me regalé para entender y subsistir, sobre existir ante el sin sentido de ser.
y ser en éste mundo, en ésta realidad.
Entonces supe de ti de nuevo y supe que te volvería a ver y muy pronto, cuando te vi la primera vez, te tomé la primera imagen de tu vida, en tu dormir apacible de recién nacida me pasó algo similar que con Balam, supe irremediablemente que, en ésta semántica binaria, mi existir, sin ti, sin Balam, es un cero. y subí al bus y sufrí la más larga torturas de mi existencia, ¿qué tal si no me recordabas? iba por ti para pasar una semana en unidad, pero... si no querías irte conmigo si te daba miedo acercarte a éste ser que llevabas meses sin ver, ¿si no me recordabas? un miedo, uno, único, nuevo, insondable. toqué la puerta con el nervio de cristal fino. te vi, poco recuerdo lo demás, sonreíste, y en ki pecho floreció un campo de amapolas. ahora vienes a mi y voy a ti, pero cada que te vas, o te llevo, tengo ese terror, ilógico, irracional. que el día que te vuelva a ver, sencillamente, no me recuerdes.
y me voy haciendo ausencia cada día que pasa y no te veo, y me voy borrando y si, puede ser supongo en el fondo, algo muy egoístael pensar en mi, que pase un día que me veas y no sonrías, que no me recuerdes, y que en esa ausencia de mi se evapore tu risa, y yo entienda, que dejé de existir. cero punto cero punto, cero... hoy te dejo un avatar de mi existencia.

domingo, 23 de mayo de 2021

sonrisa de la selva



los días lóbregos,
labriegos y sordos ocultan sus silencios,
pero algún día vuelven a brillar
y es necesario recordar,
porque la vida es así
y ésta, mi mala memoria necesita me-morar


viene la lluvia memoria niña,
es hora de ir a la cuna,
es hora de decir amor para no decir tu nombre,
y apagar la luz,
encender el espejo, 
cepillarte los dientes.

viene la noche pasos de tigrillo,
es hora de ir a la mar,
en un abrazo de amar,
arropar el silencio para que duermas,
si digo tu nombre es la sonrisa,
si digo brisa es encender el alba 
y la rosa de los vientos que te arrulla en calma,
amar de nuevo al despertar éste horizonte, 
para verte renacer,
abrir los párpados,
sonreír,
recargarte en mi.

y viene el sueño a veces pesadilla,
me cuentas que te perseguían unos tigrillos,
¿de dónde sacaste esa tortura?
hoy que tu sueño es mi cordura,
pero otro día me despertaste,
me dijiste que bailabas con leones,
sonreíste y devoraste,
como nunca el desayuno,
el desatino en mi dislexia me hace que corrijas mis errores,
mis horrores,
que sanes los colores que han sido tanto gris,
y con tu risa tanta luz es mi contraste.

viene la tarde llega el hambre,
y el sigilo de la luz que enternece a la oscuridad,
porque la sombra no es mala,
y siempre existe,
porque la luz también ciega 
aunque persiste,
y sin su policroma majestad no entenderíamos los colores,
ni su ausencia.

vienen los números y palabras desfilando,
afinando el pulso,
cabalgando,
viene mi hija,
viene niebla,
dulce susurro de la selva,
vienen ríos, ella es viento,
eres el mar en su inmensidad,
que me hace ver que todo infinito es pequeñito,
viene la parvada que anuncia la mañana,
viene tu pelo ondulando el mundo,
dando la ternura de tu boca a la palabra,
viene mi nombre papá eka,
viene la mágica continuación de mi, éstos días,
vienes en tus ojos diminutos,
vienes en tus aprendizajes infinitos,
a resarcir el miedo,
a quitarme la angustiante soledad.







miércoles, 28 de abril de 2021

descreencias

 


cuándo cesará mi ausencia,
augusta silente demencia de paradojas,
ya me cansé de la ironía,
de ésta falta de sincronía vengativa,
que pone en renta mi vida,
o mi alma,
pero sobran almas,
y del profundo mar en calma no surgen para mi las espirales.


no sé que me falta para creer en mi,
o quizá si,
solo soy asintomático.

así que es buen momento para retomar la creencia
y credulidades,
me diré qué creo,
o en qué creo.

creo en el silencio que acompaña,
que hace de una maraña de hilos las palabras,
creo que la belleza y su fealdad,
en la mística maldad que me acompaña,
en la ternura lúgubre de los gatos,
creo que cada perro tiene porte,
y es distinto el distintivo membrete que lleva cada carta,
creo que me he faltado 
me he fallado,
que creo que por no creer he descreído a muchos
y muchas,
que me dejaron dos gramos de fé,
creo que puedo hacer poesía,
no sé porqué tengo ese don,
que si bien he cultivado,
he podido desperdiciar sobremanera,
creo en el acto sobrevaluado de sucumbir de la templanza,
y creo que he aprendido más de mis cobardías que de anversos,
creo en universos,
y en pensamientos circulares,
creo,
que en ese 3.141516 está el círculo que no se cierra,
y que ahí habita mi cambiar éste destino,
creo en mis piernas cortas,
mi torso largo,
creo en mi hija y la esperanza,
en la fé y no creo en ningún dios,
no creo en la policía,
y a veces si en la poesía,
creo en la libertad de cada ave,
que se condiciona para el calor del sur,
creo en la armonía,
posibildad escondida de entopía,
y que la palabrería solo se esconde en los discursos,
creo en mi vejez prematura,
y en la confianza en unos pocos amigos,
creo que crear es un acto de magia,
y que en ese acto de prestidigitación 
se sucumbe a la ambición,
o la falta de sentido,
creo en la sincronía,
aunque venga san judas tadeo a enseñarme las causas perdidas,
creo que cada día me asusta abrir los ojos,
y no tener más éste sueño,
de volver a renacer,
creo en el revolver que no me escupió el plomo en la cara,
pero no creo que mi mano blanda un cuchillo nunca,
como el que me rosó la piel,
creo que las preguntas pueden ser respuestas,
muy profundas e imprudentes,
creo que mi memoria es ciega,
y que me acomodo en los olores y el tacto,
los sabores y el acto,
de poder decir amor con la boca llena,
sé que dicen que tengo un don,
pero solo siento un deber,
y para crear y creer,
que no lo quiero poseer,
no quiero ser la pose que sostenga esa incongruencia,
pero no sé cómo vivir,
malvivir,
malparir la responsabilidad sin firmar la responsiva,
que me diga que todo paisaje tiende a desaparecer.

creo que nunca es suficiente,
pero a veces es demasiado,
creo en la cuerda floja,
y en la llama de las hilanderas,
creo que a veces se equivocan,
y se ríen agradecidas con una forma socarrona,
creo en la muerte,
que es la vida,
y la salida,
a nuevos universos


reproche

 



hay noches que camino


hace poco descubro que siento mucho coraje de la nada,
me estorba el ladrido de mi vecino,
o la calma con que camina el de enfrente,
me estorba el sol,
me quema la sombra,


a veces me sorprende que una mujer tan bella haya decidido tener una hija conmigo.


hay días en que me quema la lluvia


escribir desde el estertor del alma,
desde el enfurecido mar en calma,
desde el viento.

escribir con la vena rota,
con la ceja corta,
el pelo largo y la ceguera,
¿para qué escribir?
perdí el sabor y el gusto,
perdí el tacto,
la fe,
la confianza,
y por más que busco en rincones lúgubres donde hallarla,
no me siento solo y más que solo cuando callo,
yo que he sido vasallo del viento,
y ahora no soy ni poca cosa.

tengo los labios cortados,
coartados de la falta de templanza,
veo mi cuerpo y me asusta,
que llegue a ser lo que busca,
para darse cuenta que la vida estaba en otra parte.

pero no llego al fondo,
en ésta alberca del alma todo es nada,
de ésta bocanada.

no busco amor para hacer el amor,
no busco ceniza para hacer fuego,
no sé,
qué
busco.

y me hago bizco,
y tonto,
y ronco a medio día.


pero no estoy aquí más que para cantar ésta poca alegría,
te veo en el pelo de tu madre,
y a mi en ciertos gestos,
te veo en tus abuelas,
en mis abuelas,
te veo en todo esa falta de esperanza que le tengo al mundo,
y pienso que puedo hacerme una pizca de una sal mejor.

veo la luna entre las nubes,
escucho entre tu pecho al mar y al viento,
me disgusta ser violento,
que llega cuando se desborda ésta ira a la que le puse límites,
pero son diques para un gran río,



si hablo de amor hablo de mis promesas rotas,
en las que fuíme rompiendo el corazón,
esternón volátil de sillón sobre la luna,
descorchar una cerveza en la vastedad del infinito,
y derramar las lágrimas,
nunca quise hacer cosas de las que pudiera arrepentirme,
pero parece que caminar lejos de mi ya no es posible.

y cómo hay cosas de las que uno no quisiera poder arrepentirse,
también hay incomodidades que no me permiten la risa en los momentos buenos,
a qué altura del vuelo destrocé otros sueños,
yo que no quería llevarme a nadie,
me he llevado más que la calma.

















viernes, 23 de abril de 2021

coaching del fracaso

 



la derrota sabe a promesa rota,
a fotos,
lotos
y pocos silencios incómodos que no expresan,
los silencios,

me sabe a tabaco,
a ron prohibido,
a llenarme la boca de palabras
de saberme tantas
para no usar ninguna ,
 siempre nunca por no saber decir adiós,
o decir, quédate,
la cagué.


dije que no quería volver a escribir poesía,
y yo que sigo siendo el paria,
que paría con la punta de la lengua un universo,
pero ya no me creo,
ni un diez por ciento,
perdí la ambición absurda de un espacio mejor para soñar,
para rodar, andar, caminar silencios


la derrota sabe a llanto,
que me rompe el canto,
y a éste tabaco lánguido que no me quiero acabar,
me levanto con el vacío del espejo,
sin el ánimo de renacer.


mi rostro sigue siendo un diario,
de asesinatos,
estadísticas,
promesas electorales.


una coche bomba explota,
dos albañiles evitan un asalto,
una vacuna que ha fallado,
y el sistema de castas sigue haciendo prioridades,
y yo,
¿yo qué?
pero la realidad es que mi irrealidad nada lee,
nada sabe,
nada existe sin final,
y todo final es previsible.

pienso que no me mataré,
que me falta valentía,
y me sobra insomnio,
que seme acaba la paciencia,
que me explota éste demonio,
que soy,
por eso quiero ser cada vez más humano
para ser más raciocinio, menos sueño,
y poder volarme el seso,
poder explotar en sexo,
pero no.

pero,
humano al fin,
sigo sueño, sigo roto,
sigo poco a poco buscando fotos,
archivos, otros,
mundos posibles en los que existí.

 me falta un lente y una calle,
una media noche pa jugarle al kamikaze y terminar abrazado a un poste
con un vato fumando crico y dándome un coaching del fracaso,
y creer que también como él sigo siendo afortunado,


acá ya todo está muerto,
donde nunca pasa nada.











miércoles, 14 de abril de 2021

asegunes

 


siempre quise dejar éste traje sin arrugas,
sin un polvo extra,
sin una pelusa en la solapa,
pero me fui entregando tanto a la muerte,
que me quedé sin vida,
y solo se me frunció el ceño.



quise,
dejar mis ojos estériles con los estoperoles francos de la juventud,
el oropel de los dientes, y su brillante lustre,
dejar,
la sedosa suavidad de mi piel sin escamas,
te digo,
siempre me he querido morir, 
aunque muy pocas veces me he intentado matar,
y resulta que cuando eso pasa solo pesa
 y me estresa que en realidad,
no pasa y me caga,
despertar,
con dolor de cabeza y una cruda de realidad,
de haber hecho un desmadre,
de haberme llevado al taxista,
al optimista,
o al que creía en mi entre las patas,
o no, también quedarme un poco ahí cada que no me voy,
pocas veces he buscado matarme,
pero varias si he buscado morir,
para mi desgracia kamikaze, la suerte se hizo costumbre
y la costumbre experiencia,
y a veces cuando veo los guiños en las películas,
adivino los finales,
y me ahorro las historias
y las histerias,
y me pasa que me cansa,
el conocer a las moiras 
y las alcurnias,
los ghettos y los panfletos,

y leo todo entre líneas,
las líneas más crueles de éste imperceptible imperfecto,
y me alejo de algunos quienes fueron amigos,
y me acerco un cigarro,
y brindo por los cariños fraternos que conservo,
es curioso,
la ironía que fue de verme siempre en las calles,
es ahora que si me ves seré tan fugaz que vas a pedir un deseo.


y despierto  desierto, después
de no morir o no matarme,
triste y crudo de realidad,
y solo,
y me lavo los dientes y tiendo la cama,
me busco en las endorfinas tétricas del nihilismo,
y me aviento a valer verga o a dormir,
lo que me de la gana,
me aviento a callar y fallar,
pero para entonces  mi cuerpo me pesa,
y el sexo,
y los párpados,
y los sueños,
la imaginación,
y me pesa que se me pase la vida en un cigarro,
tanto que ya ni reto al policía ni al taxista,
que me cansé de putear muros,
duros rostros bastante inmaduros reflejados en mi ira de risa,
porque me cansé de ir tumbando dientes,
porque nunca se me acabó la suerte,
pero entendí en el hartazgo a verme en el ejecutado,
porque quizá,
en el fondo,
aunque me veo en él,
quisiera yo jalar mi gatillo y escupir mi cien al pavimento,
con una velocidad en el vacío de 9.8 metros sobre segundo,
pero no se me cae la cabeza a explotar como fuego artificial en el pavimento,
y solo se me cae el lapicero,
o el vaso de agua,
y en mi descuido dejo caer mi esperanza,
y no,
no ejecuto,
porque en realidad el que busca motivos para vivir soy yo.




siempre quise dejar mi cadaver,
 exquisito,
jugoso,
radiante,
lutroso,
siempre me gustó jugar a la suerte o a seductor con la muerte,
para quejarme por costumbre,
reírme con cara de viento en la lumbre,
pero ya de seducir a la muerte me salieron llagas,
y muchos cansancios,
porque la vida me ha sorprendido tanto y tantas veces,
que se me apagó el fuego y la gana, me salieron canas,
y dejé de pelear,
con el taxista y con el microbusero,
porque a mi el punk me falló primero,
antes que la rodilla,
y mi mayor anarquía se volvió no matarme,
y en mi entrega involuntaria,
me mantiene la experiencia más que la voluntad,
porque la mayor pérdida no es para mi lo que venga,
es para otros que yo me vaya,
dejando pendientes,
de oro,
diamantes de ojos,
si algo entendí con mis muertos,
es a no querer dejar los pendientes,
si no muero  o no me mato,
no es por mi,
es por mi madre,
por mis hijos,
si no me mato,
es porque aún hay quien me ama,
y me calma y me abraza,
y me siente con fe,
porque yo dejé dejé de tener en mi,
y les creo un poco,
y quizá aún tengo mucho por hacer,
y vivir,
resisitir,


y sigo escribiendo en contra mía,
para entender la alegría,
que me colma,
por ir sonriente abrazando ésta ironía,
de seguir,
intensa y jodidamente vivo,







jueves, 4 de marzo de 2021

no sé cómo nombrar ésto



¿qué es ser un hombre?

En la tarde recibí la llamada, "Oye fulano se puso mal, agarró la carretera para su pueblo y a medio camino le empezó a doler, está varado en el puerto y no puede manejar, va con sus niños y su pareja" hace poco más de medio año me hice la vascetomía, así como él hace unos días, le dije que no era prudente que manejara, aunque es una operación poco invasiva, como toda intervención debe tener ciertos cuidados para evitar complicaciones, no hizo caso y lo entiendo como hombres no habituamos hacerle caso a los doctores y deslindamos nuestro cuidado a nuestras compañeras, desde hábitos de cuidado básicos como las rutinas de aseo personal a las hogareñas, el cuidado personal es permeado por todo un imaginario que nos lleva a cuestionar poco y deslindarnos de las responsabilidades sobre nosotros, cuando tenemos una compañera habitamos infantiles papeles en que esperamos de la pareja un cuidado casi materno. La decisión de la vasectomía, me fue difícil, pensé que no podría una pareja tomarme para una relación seria, pensé que quería formar una familia nuclear, aunque ya no tenga condiciones económicas para ello, pensé en muchas cosas, ninguna realmente tiene sentido.

si bien tenemos muchos privilegios y a éstas alturas en que la opresión que hemos tenido consciente o inconsciente se hace presente con la necesaria rebeldía femenina, sé que ellas hacen su trabajo, generan espacios de sanación, de concordia, de cuidado entre muchas, aún con sus divisiones por los motivos que sean, desde el acoso callejero a temprana edad, a violencias mayores, es algo que debemos replantear. Pero, ¿nosotros qué? reconocernos frágiles ante otros hombres es difícil, tenemos una crisis constante al saber que esa fragilidad que tenemos es permeada por nuestra propia falta de saber comunicarnos entre nosotros, de forma auténtica, como hombre he llorado poco ante otros, nos transgrede el amor y ternura entre nosotros, a veces es más violento el cariño, es aterrador, y a veces la única forma de defender esa ternura es de forma violenta. Me gusta dar abrazos y aprender a hacerlo y dar un beso en la mejilla a otros hombres ha sido primero difícil por mis propios tabúes, aquellos cercanos han aceptado esa licencia conmigo, y siempre hay una tensión que se genera alrededor, nos miran violentos, violentados, por una acción de ternura, de amor.

¿cómo está?  " dice, que aún vive" llegamos a su encuentro veinte minutos más tarde, no podía mantenerse erguido. no quejarnos de el dolor es síntoma de ese abandono personal, no sabemos decir que nos sentimos mal, no sabemos expresarlo, va de lo físico a lo emocional, impreso por una gran gama de omisiones, desde la comunicación a la expresión. Como muchos hombres que se sienten vulnerables  he tenido que instruirme en la violencia y he sido violento, en ésta victimización siempre busqué motivos para tener la razón de mi lado cuando debí ejercer uno de esos actos. Y si, lo admito no me gusta, la sensación de temblar ante un congénere, de querer llorar por no querer pelear, pero a veces al final lo he hecho, golpearme con otro hombre que también quiere llorar, pero debe reafirmar su masculinidad, y al final estamos rotos y con ganas de, pero sin poder llorar.

nunca he tenido miedo de ser violentado por quienes han sido mis compañeras, la amenaza física constante son otros hombres, justo antier un tipo se bajó de su auto después de no querer dejarme pasar, y ya sabes, echar luces, acelerar, cerrarme el paso "mira, no me voy a pelear contigo" él no esperaba esa respuesta, se quedó desarmado, no quiero pelear, ya no, estoy harto de tener que hacerlo sin entender bien porqué.


A mi mejor amigo de la secundaria lo asesinaron a balazos, por chocar el hombro de otro hombre,  marcamos territorios desde calles, hasta nuestras parejas, en la época del poseer, nos hemos hecho desechables, como las bolsas de plástico.

 ¿porqué no querer habitar la insanidad de patrones? ¿porqué preferimos matarnos y matarlas? porque habitamos privilegios, aunque no creo que sea tan sencillo englobarlo así. Educar y reeducarme no me será sencillo. En la redacción de un periódico tuve un punto en que me quebré, una mujer de vestido rojo en la cuneta de una carretera, pensé en lo que vivió Nadia antes de ser asesinada, pensé en lo cotidiano que eso es. me cuesta ver mi propia monstruosidad, reconocerla. me cuesta decir, que soy un hombre que mide 1.75 centímetros, que se siente frágil, que ya no quiere tener que defender, violentamente, la ternura. ah y que no sabe cuidar de si mismo.


viernes, 26 de febrero de 2021

cada día existe un chale diferente

 si comparo lo que no me gusta de ser hombre con lo que me han compartido sobre lo que les disgusta a las mujeres sobre ser mujeres, las constantes siguen siendo los actos de poder que desplegamos sobre nosotros. 

pensé en escribir sobre lo que no me gusta de ser hombre, y en general también tiene que ver con otros hombres, pienso en lo mucho que cojeamos en la brecha de comunicación y comprensión entre nosotros, en como ésta falta de comprensión está fracturada desde la ternura, desde la posibilidad de expresarnos afecto, y como el afecto parece que es un acto más violento que la violencia misma, y es que puede ser tan simple como darnos un abrazo, pero muchos ni eso sabemos hacer, es curioso que hay hombres que prefieren los actos de violencia explicita a los actos de amor, y bueno, de ahí venimos, de los traumas que nos generamos entre nosotros. nos castigamos denostando la masculinidad de otros, buscando ubicarnos en la cúspide de lo que implica ser un vato, como si solo existiera una forma de serlo, como si esa verdad absoluta fuera el único logro reconocible para otros o para si mismos, así es como el hombre hizo a dios a su imagen y semejanza, y como castigo, en cada figura de "él" lo sexualizó, y lo despojó de su sexo. 

Me pregunto ahora desde donde me cuesta encajar con otros hombres y las constantes con los que si encajo. me pregunto cómo se formó en mi imaginario lo que es ser un hombre, y de lo que lleno de esa aspiración, también lo que me gusta de mi propia representación y lo que me molesta de mi, cada que llego a una pregunta me pierdo, porque me lleva a otras más profundas, y desde éste aislamiento a pocas respuestas he llegado, solo a un conflicto constante con las cosas en que me asfixio.

lo cierto es que me cuesta relacionarme cada vez más con otros, comparto menos y comparo la chamba que hacen las morras en todo sentido, para tener espacios de sanación y libertad, y solo sé que las admiro, porque los espacios de sanación los he hallado con ellas en su mayoría, pero poco he podido explicarme qué es lo que está roto. con otros, siempre hallo un muro, un "no chille compa" si no explícito, si imperceptible, la verdad no recuerdo cuando fue la última vez que vi a otro hombre llorar, o yo mismo, cuando le he confiado mi llanto a otro, estoy torcido te digo, desde el afecto, desde la sensibilidad, desde el abrazo y la lágrima.

¿qué podría no gustarme de ser hombre? si vivo en un privilegio constante, mis enemigos naturales son otros hombres, y replico indistinto del género desplantes de poder, desde alzar la voz en una reunión, o un juicio queme posiciona en un lugar de poder. y bien, si mi miedo son otros hombres, que en su búsqueda de reafirmarse me puedan dañar, física o emocionalmente. Nunca he tenido miedo de que mi pareja me ahorque, me vulnere, me mate, me viole. mi mayor temor si camino en la noche es que otro hombre me agreda o la policía, que eso si se ha dado más seguido. 

Pero, como todo ser que se siente vulnerable me he tenido que instruir en el uso de mi cuerpo como un instrumento para lastimar, y quizá ahí se esconde una de mis respuestas, porque no solo me instruí en el cuerpo para lastimar, me inscribí en lenguaje, ¿qué tan torcidos estamos? desde el albur por ejemplo, el despliegue de poder es el que verbalmente penetra a otro, qué tan torcido es, que el acto de conjuntar los cuerpos define al que es poderoso como aquél que usa su sexo, aunque parezca que solo son palabras, para lastimar a otro, pero así nos hacemos, que el ejemplo de un gran acto de amor, sea una forma salvaje de expresar poder, sé que soy parcial y que me faltan muchos puntos por empatar, pero desde ese despliegue de poder también nos relacionamos con las mujeres, así nos enseñan que el sexo, es una acto de dominio, de sometimiento y no de placer conjunto y amor, quizá. estamos rotos dese la empatía, y no sé encontrar un espacio de sanación, he hallado a muy pocos que estén dispuestos a admitirse frágiles, débiles, vulnerables, y con los que me pueda admitir igual. he encontrado pocos que admitan que ésta competencia insana en la que ser más alto, corpulento o que encaje más en ese estrecho e inalcanzable molde de lo que debe representar ser un hombre, también admita que nos está matando desde el alma. que nos está matando desde los hombros que chocamos y que también esconde complicidades retorcidas que están matando a otras, no sabemos amar, y no nos toca deslindar esa responsabilidad al contexto, en ese punto si hay que ser bien pragmático y buscar un amar distinto, también, un amarse distinto, un cuidarse distinto.

De las cosas que más me han gustado de las feministas, es como reivindican la interseccionalidad, como no buscan que la feminidad sea un acto hegémonico en el que deban caber todas, porque las veo reconocerse desde sus distintas formas de ser, la aceptación e inclusión desde sus diferencias, es algo que a nosotros nos hace falta, reconocernos distintos, aceptarnos distintos, querernos distintos, respetarnos, distintos, con las formas distintas en que queremos ser hombres y no nos atrevemos, por miedo a otros hombres.










martes, 2 de febrero de 2021

Calma

 la prisión de la prisa impresion


vivir a prisa 

Nací sin prisa, demoré dos días más de lo pensado,


la prisión de la prisa impresiona, vivir rápido, vivirlo todo, pero resulta que el todo que me enseñaron a creer que era el todo, solo era la pieza de otro sueño, del de alguien más, que cumple su sueño al buscar mi prisa. Compra, produce, crea, consume eso que te enseñan te hará feliz, pero que engrosa los bolsillos de alguien, que lucra, con tu prisa por vivir. me adoctrinaron a vivir a prisa, porque me vendieron la idea que la vida es corta, breve que si no logras plasmar tu nombre inmortal en una placa, en una fotografía en un muro conmemorativo, en un libro, entonces tu existencia efímera no habrá tenido sentido, pero no... yo no quiero eso. 

Me enseñaron a correr, a la escuela para llegar cinco minutos antes, a cumplir las ideas de otros, pero, cuando se ausentó por siempre mi padre y no tuve de quién cumplir expectativas indulgentes e imbuidas, me quedé en un vacío, al no saber a quién perteneces o adónde llenar el hueco que depositan en ti. es difícil, porque el hueco no es su ausencia, el hueco en su figura de éste plano entra una dosis de desconcierto y quizá al no saber dónde depositar eso que faltaba, inició en mi la sobredosis de rebeldía.

te enseñan lo que debes ser, te instruyen, te obligan, adoctrinan, a cumplir sueños ajenos en lapsos imposibles, la prisa te digo, por ser y hacer para cumplir la realización la búsqueda de lo que te imponen es ser feliz. la imposición grande que roba lo cotidiano, el abrazo, la caricia, porque en el fondo eso que es cotidiano es lo que nos roban, esos cinco minutos de eternidad en que somos plenos, y quizá si, felices.

 Pero no, eso no debe ser, la caricia no cabe en el mundo de la prisa, del llegar más lejos que otros, que otras, de llegar antes y cumplir, eso que te hará feliz. He tenido ciertos logros, en su momento pensé que sacrificio era eso, cambiar la caricia y los cinco minutos en la comida que me podía dar, por mandar antes el periódico o llegar puntual a la oficina para evitar un retardo. Imponernos un ritmo, que jodido, competir, por lograr algo que es intangible, ser mejor... pero, ¿qué es ser mejor en ésta dinámica de  lo cotidiano? por éste día no me importa llegar al barrio con un mejor auto o un mejor estéreo, como le sucedió a algún vecinos que encontraron en esa prisa enlistarse en la maña y conseguir a cambio de esa brevedad el espacio de gloria. He tenido logros te digo, y podría enlistarlos, en un par de becas, algún premio... lo curioso, es en esa realización individual el descubrimiento, todo lo que se perdió, esos cinco minutos de caricia, de sobremesa, por llegar a esa supuesta cúspide de felicidad, pero yo solo encontré un vacío, que estaba en mi, en mi pecho en eso que me dijeron era ser feliz, pero para mi no lo era, porque no importa cuanto logres si el hueco es llenar expectativas ajenas, siempre faltará algo, una cúspide más alta.


Y quizá es porque a la vida llegué dos días tarde,  de lo programado. pero aprendí a prisa a andar de prisa, a competir, a saber en qué no podía competir aunque eso significase no estar en los sueños que se tienen de mi. la maquinaria me robó cinco minutos, en cada comida, en cada sobremesa, porque me dijeron que la felicidad estaba en otra parte, en un título o en los ojos de los demás, pero sobre todo en el sitio siempre en el que  aún no había llegado, ni llegaré

y los perdices son nada cuando te das cuenta que no tuve la paciencia para estar, con mi hijo, con mis  ex parejas, para lograr esa realización individual, porque pensé que el reconocimiento era más importante que cualquier sonrisa, o caricia, o que cualquier cinco minutos de sobremesa, todo es aprendizaje, y hoy no tengo prisa, de aguantar la risa, para vernos como espejo dar calma al alma, porque la prisa de la impresión te impresiona. 

hoy me fumo un tabaco a esos cinco minutos perdidos, en que se me ha ido la vida, buscando cumplir la imposición de ser de un ser que no existe, porque eso que proyecto está solo en mi, y en esa prisa, a mi, solo me debo calma.





viernes, 22 de enero de 2021

Bushido


Hace poco me explicaron el Término "bushido" es un ideograma compuesto por tres Kanjis, el primero, es el cielo, la armonía, lo celestial, el segundo es una jota invertida, es como una cimitarra, que rompe lo armónico, y el tercero simboliza al equilibrio, en una traducción reduccionista sería como le llaman "el camino del guerrero" pero, en realidad, todo aquel que busca restaurar el equilibrio practica éste camino.

vivir en un barrio no fue sencillo, y cohabitar otros tampoco, la impotencia de ser agredido o vivir pasivo agresiones a quienes quieres y sentir la impotencia de no saber cómo responder ante ello me generó traumas, me quitó la paz, la tranquilidad, me quitó la inocencia,  a punta de vergazos, en carne propia o ajena. poco a poco fui adoctrinado a ejercer violencia o violencias,  mi ego se revela ante si cuando lo hago y me justifica a buscar tener razón, razones o motivos para ello, hace un par de años vi un documental, América Armada, en el cual uno de los tres casos se desarrollaba en Colombia, donde madres de víctimas de asesinato otorgaban el indulto a quienes habían tomado la vida de sus seres, aquellos a los que les pertenecían y les pertenecían, no entendí, el asesinato de Nadia y Ruben me tenía más cegado aún, restaurar el equilibrio te digo, aún no acomodo esa parte dentro mío, a nivel muy consciente sé que eso rompe un círculo de violencia y cambia de eje, no solo a quienes dan éste indulto, no imagino estar en los zapatos de alguien que ha tomado una vida y a cambio recibe a una madre así.

me he instruido en los caminos de violencia te digo y he luchado, peleado, berreado en ésta vida, por actos injustos que suceden a mi costado y también me han sucedido. Lo cierto es que no me gusta pelear, pero me disgusta más lo injusto, y sé que he podido por un lado si, "salvar", "rescatar"... apoyar.
pero del otro lado siempre queda una herida abierta, un ápice de dolor que sigue generando odio a aquellos a los que le tiré los dientes, y si bien no he visto adónde va esa frustración sé que va a algún lugar, nos educan a los hombres a no enfrentarnos al dolor de perder una "batalla", y seguimos perpetuando los caminos de la violencia, engrandeciendo el círculo y jactándonos de haber ganado, pero es síntoma de ver la vida como un progreso, pero en el progreso también nos enceguecen a pensar que todo aquello que se gana en un lado no se resta en otro, ver a los ojos de aquellos con los que he peleado y ver el miedo, resignación, dolor, me ha hecho ver mi propia mosntruosidad "inmediatamente después de que mueren los mosntruos, mueren los héroes, porque la naturaleza del héroe es monstruosa" dijo Calasso.

He roto el equilibrio, muchas veces y me he justificado ante ello, porque mi ego se revela a saberme monstruoso. Y sé que puedo dar cariño y que en esa búsqueda de preservar lo que amo, he tirado varios dientes, pero siempre me cuestiono, si eso solo es un eslabón más de eso que me sobrepasa y en lo que estoy inscrito, estoy aprendiendo, que restaurar lo ya roto es el fin, que el autocontrol es el medio que mantiene el temple, para que en una caricia, se redireccione esa energía, y así, pueda decidir qué es lo más justo para no perpetuar el dolor y eslabonarlo, y en efecto, no hablo solo de tirar dientes, porque eso lo puede hacer cualquiera.



jueves, 14 de enero de 2021

Balam 14/01/2021

 Hoy te enfrentas a tu primera muerte Balam, y se me hace difícil darle un nombre tan determinante a algo tan complejo, me gustaría decir algo profundo y sincero que te sanara el alma, a veces entre tantos duelos es difícil recordar el primero, me tocó un poco más grande que tu, fue mi primera novia, y si bien la muerte trae  secuelas,  también trae algunas enseñanzas, que se dejan ver con el tiempo. algunas culpas también y cuestionamientos profundos, más cuando nos tocade pequeños, lo primero que me vino a la mente es lo injusto que puede ser la vida para los que nos quedamos, que no sabemos repartirnos el dolor y quisieramos sanar a los que nos rodean sin saber que también debemos sanar nosotros, el shock, el mundo gira alrededor y no sabes qué pasa, todo se siente irreal, como si fuera una película, la capacidad de entendimiento que uno tiene se vuelve nula, y es como si no estuviera pasando, el shock, es tan fuerte que muchos no salen de él, la capacidad de negar lo que nos pasa para no verlo, no dalre nombre y enfrebtarlo si bien es una herramienta también se vuelve una muleta que nos obliga a cojear emocionalmente, aunque es muy pronto para que lo entiendas, pero hay shocks de los que no salimos, y no poder salir de ello es no poder enfrentar lo que nos pasa, no aceptarlo, no abrazarlo, la tristeza poco a poco se apodera, el llanto incontrolable, el no poder darle nombre a las emociones que nos cruzan y es que son tantas, preferir que la muerte se lleve a que sigan en una agonía es difícil, porque nos hace sentir egoístas y no sabemos qué hacer con ello, queremos preservar lo que amamos, pero el costo de la felicidad de quienes amamos a veces implica el sacrificio de dejar ir, no por ello, no por darle un nombre o un significado lo hace sencillo, pero si darle el sentido lo hace un poco más ligero. sé que no recordarás lo que me decías en el auto de camino a casa, y que el tiempo borrará por necesidad tu llanto y mi mano en tu mano manejando despacio, le di un beso a doña mari y me viste y si bien es tu primer duelo, tu primera pérdida, sé que te tienes reproches, hace unos meses, no recuerdas me dijiste que tenías miedo de que le pasara algo, y sé que sientes y que te sientes, y que la vulnerabilidad que nos trae la muerte no es fácil reanimar pero nos da vida, a veces me declaro muy Ateo Anarquista, pero lo cierto es que darle una dosis poética y de esperanza a mi me ha hecho estar con la idea de que nos volveremos a reunir, y beberémos un café, estaremos. no tengo certeza de esa esperanza, tampoco importa en éste momento, porque quizá no importa si suceda, pero aquí y ahora está sucediendo. Algunos duelos son difíciles, por la forma que llegan, quizá no sea un consuelo ahora, pero Mari vivió 85 años, y eso hijo, es algo a veces que a mis 34 ni siquiera puedo vislumbrar, entiendo que hubieras querido darle más cariño, más amor, ser más amable con ella o entenderla más y si bien esos reproches no te sirven de mucho si te servirán en algún momento, me he dedicado a arder la vida, por los que no están pero están en nosotros, por mi abuela, la que te cargó una vez es que soy en ella, y ella es en mi, está en mi y en lo que vivo, y está en ti y lo que vives, somos trozos eslabonados de nuestra historia y crianza, y así, ellos, ellas, son eternos en nosotros, porque te digo, no lo sé, pero quizá nos volveremos a reunir y tomaremos un café. sé que quisieras hacer el dolor alrededeor más leve, tu que eres la ternura y la nobleza misma tampoco te das cuenta que no piensas en ti, ni pensando en ti.


y si bien no es momento de honrar a la muerte si es de amar a la vida, y sentir, arder, cuestionarte, odiar a pleno el coraje que tenemos de ésta falta de comprensión de lo que es existir y sus porqués, si bien te digo, soy un optimista patológico al que la vida ha tratado mal, y no podré protegerte de los dolores del alma, pero si mostrarte un trozo del camino andado que me ha tocado y que también vive en ti, que vivirá en ti, y aunque hoy no lo sientas, ésta vida vale la pena, y sus porqués y cómos se irán acomodando, Te amo Balam, dejo ésta capsula en el tiempo para que la neblina del olvido no nos robe la memoria.







 con el tiempo la vida no se vuelve de uno, uno se devuelve a la vida a dar un poco de lo que recibe, y en ese afán de gratitud, uno se hace...