miércoles, 28 de abril de 2021

reproche

 



hay noches que camino


hace poco descubro que siento mucho coraje de la nada,
me estorba el ladrido de mi vecino,
o la calma con que camina el de enfrente,
me estorba el sol,
me quema la sombra,


a veces me sorprende que una mujer tan bella haya decidido tener una hija conmigo.


hay días en que me quema la lluvia


escribir desde el estertor del alma,
desde el enfurecido mar en calma,
desde el viento.

escribir con la vena rota,
con la ceja corta,
el pelo largo y la ceguera,
¿para qué escribir?
perdí el sabor y el gusto,
perdí el tacto,
la fe,
la confianza,
y por más que busco en rincones lúgubres donde hallarla,
no me siento solo y más que solo cuando callo,
yo que he sido vasallo del viento,
y ahora no soy ni poca cosa.

tengo los labios cortados,
coartados de la falta de templanza,
veo mi cuerpo y me asusta,
que llegue a ser lo que busca,
para darse cuenta que la vida estaba en otra parte.

pero no llego al fondo,
en ésta alberca del alma todo es nada,
de ésta bocanada.

no busco amor para hacer el amor,
no busco ceniza para hacer fuego,
no sé,
qué
busco.

y me hago bizco,
y tonto,
y ronco a medio día.


pero no estoy aquí más que para cantar ésta poca alegría,
te veo en el pelo de tu madre,
y a mi en ciertos gestos,
te veo en tus abuelas,
en mis abuelas,
te veo en todo esa falta de esperanza que le tengo al mundo,
y pienso que puedo hacerme una pizca de una sal mejor.

veo la luna entre las nubes,
escucho entre tu pecho al mar y al viento,
me disgusta ser violento,
que llega cuando se desborda ésta ira a la que le puse límites,
pero son diques para un gran río,



si hablo de amor hablo de mis promesas rotas,
en las que fuíme rompiendo el corazón,
esternón volátil de sillón sobre la luna,
descorchar una cerveza en la vastedad del infinito,
y derramar las lágrimas,
nunca quise hacer cosas de las que pudiera arrepentirme,
pero parece que caminar lejos de mi ya no es posible.

y cómo hay cosas de las que uno no quisiera poder arrepentirse,
también hay incomodidades que no me permiten la risa en los momentos buenos,
a qué altura del vuelo destrocé otros sueños,
yo que no quería llevarme a nadie,
me he llevado más que la calma.

















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