miércoles, 11 de julio de 2018

Bailar






¿porqué eres tan hermosa?
solo quiero un baile para dos,
donde la dislexia y arritmia
nos concedan esa tregua,
en la que los cuerpos,
deben tener la sincronía perfecta.

tengo ese recuerdo justo ahora,
bailamos
y por  un segundo el universo
gira alrededor.

todos los dioses nos miran complacidos.

¿cómo es que eres a medida?
hecha a mano,
delineada,
con el caos perfecto,
de las constelaciones.

podría ver el loop del universo,
podría decirle a las hilanderas
 del destino,
que me hagan inmortal,
solo por repetirlo,
podría soportar la agonía de la eternidad,
y su comienzo,
solo por verte de nuevo bailando.

ver tu rostro,
tus caderas,
ver tu pecho,
en la siniestra oscuridad
de un rizo eterno.














viernes, 6 de julio de 2018

Antes de dormir





pensé que ese día vendría, 
vestido de colores y fiesta,
creí en las flores como protesta
y fotografié marchas de estudiantes.


era 2012,
y lo admito, 
soñaba más,
tenía una firme esperanza,
de no perder la templanza,
ahora sé que esa palabra
al igual que justicia,
son más que letras fúnebres,
institucionales.


me corrieron de la jornada estatal,
y encaré a un policía,
en una marcha de los carmelitas,
y por ser un ciclista
y me decían anarquista,
mucho antes de serlo.



como todo fan,
era crédulo e ingenuo,
desafortunadamente,
 la vida me trató mal,
y se me fue quitando lo imbécil.


aunque eso se haya escribió antes


se dice que esa falsa sensación,
de tener el control
del futuro,
era el último mal arrebatado a pandora.


no sé cómo me he hecho más pragmático,
cada día más incrédulo,
supongo que fue cuando se institucionalizó la esperanza, 
que encontré la balanza,
dejé de creer,
pero no de gritar,
no de hacer,
de no saber,
que la sucesión de esos días victoriosos,
son uno a uno,
son paso a paso.


un día creí que llegaría ese día de victoria,
de colores y fiesta,
creía en salvadores,
en redentores históricos,
y te juro que quiero tragar mis palabras.

soñé,
con amaneceres fantasma,
que nadie claudicaría,
y me quedé solo,
por no callar cuando me tapaban la boca,
cuando no cerré los ojos entre el shock.

hubo fraude en ese 2012,
no es necesario decirlo,
y he fotografiado 
y he escrito,
y he hecho poemas a las balas,
y he abrazado a los que no debían morir,
hablé de sicarios y de secretarios,
y me acosaron,
me exiliaron en mi propio pueblo.


viví hambres,
pasé las duras y las maduras,
y la he librado por poco,
por el buen amor de los muchos,
que he fotografiado desde el alma
y seguiré luchando éstas luchas,
por visibilizar oprimidos,
porque creo firme y congruente,
que lo que vale la pena,
vale la vida,
que uno cree y no es por uno,
es por dos o tres,
cuatro, cinco o seis que se ama,
que mantenerse en pie ha sido mi victoria diara.


he visto llorar y caer,
claudicar,
traicionar,
pero no he dejado de creer,
que el horizonte se alcanza.


he visto morir y matar,
me redimí de un cobarde,,
y más de una vez,
 lo he sentido todo
por defender lo que creo,
por sentir en mis gritos,
por saber que mis puños,
no se pueden mantener pendulares,
aunque llegara la seca.

he dado palabras de aliento,
he creído en la gente,
a algunos que consideré mis amigos,
me fueron dando la espalda
y sigue valiendo la pena,
por dos o tres,
por cinco o seis.

no cerré los ojos cuando tenían salitre,
cuando mis lágrimas me cerraban el pecho.


hace poco me dijeron de extrema derecha,
por no creer,
en la esperanza,
institucionalizada.

por no creer en ésta democracia.

y sigo aquí,
hablando con mis muertos para que me den consejos,
y escribo porque un día voy a morir,
la vida asciende, 
y seguro nos trasciende,
ya lo dije después de leer al buen pessoa,
que somos solo un ciclo,
y se trata de quedar bien satisfechos,
porque no quiero padres nuestros,
ni rosarios en tus manos,
deja que me abracen tiernos los gusanos,
porque no lo sé,
pero quizá después de todo,
nos volvamos a reunir,
tomemos un café,
fumemos un cigarro.











jueves, 28 de junio de 2018

redención




¿cómo escribirle a la muerte?


es difícil poner un pie, escoger una bando, un lugar, mucho se habla de la valentía, poco de los cobardes, de esos que venderían a un ejercito entero y de los momentos tristes en que se elige serlo.

 A veces tras un paso no hay otro atrás, cuando te aferras a no caer al abismo después de encarrerarte hacia el, hay unos segundos de redención. en el aire, aunque haya agua abajo, aunque parezca inminente que no morirás, sabes que la salvación está en el abismo.

y te encarreras y llega el miedo, todos tus miedos, sabes que caerás, que no puedes evitarlo y  el pavor irreductible, irredimible que sientes cuando ves a la muerte de frente y sabes que no lo quieres  aún, pero si quieres ese instante, ese instante entre el puño y el celular del oreja de la ssp que está por caer. entre el decirle pendejo a cualquier pendejo y ver su cuchillo en la mano, sabes que la estas cagando pero no puedes desviar ya la fuerza, no lo harás.

saltas al abismo, sin saber si hay rocas abajo, si te alcanzará el aire y lo haces para demostrarte algo, que no eres el cobarde que has sido toda la vida, que puedes dejar de huir a la muerte, que eres distinto al día en que pudiste ayudar a vicente de ser brutalmente golpeado, cuando lo golpearon, morí un poco más que en el salto, morí de miedo "y una cosa es morirse de vergüenza y otra morir de miedo", es un reproche que no dejaré de hacerme vicente cayó al suelo y me quedé quieto.

ahora para demostrar que no eres el mismo que calló cuando culparon a otro de tu error, porque una cosa es temerle a la muerte y otra temerle a la vida, ahora que sabes no inculpar a otro y aguantar el baño en el anexo, entiendes que la existencia se hace pequeña en ese segundo de incertidumbre, en la que el rostro te cambia el pavor te cambia, y eliges saltar desde un puente de cemento al río o desde una plancha de cemento del que nadie más se atrevió, nueve, diez metros quizá y te pruebas caes, como kamikaze, caes y todos los puños pendulares, las veces que callaste, las veces que te dejaste vencer se redimen.

ya estaba en la quinta, un centro de rehabilitación a puertas abiertas, a pesar de ser tiempos bellos los recuerdo triste, porque sentía esa tristeza nostálgica de despedirme, de lo que sea que tenía que despedirme. Me costó despedirme mis amigos, de la lealtad que había con ellos, la complicidad la antiética formada, los códigos, las vestimentas. y es difícil escoger un bando.

en una leyenda, el dios más valeroso el más bello, debía saltar a la hoguera, sacrificarse para hacer la luz, el sol, pero ese instante en el que escuchas ese verdadero silencio en la pausa de el arrepentimiento y luego solo tu corazón. y no saltó, el dios paria el que no tenía nada que perder saltó sin dudar, o seguro que con la duda lo hace, cuando no tienes nada que perder existe un segundo de redención, de gloria en el salto, porque un enemigo sin nada que perder es el más peligroso.

"que importa la muerte si la muerte es la vida" y salté y no caí sobre rocas y me probé a la muerte y la he besé algunas veces más y los ríos matan, pero vives y pones un pie. "algunas veces pienso que no sientes miedo" me lo dijo Raúl un día, porque decidí ser un kamikaze un día, porque he sentido el silencio y el latir del pecho, porque no quiero morir, pero si espero mi redención.














miércoles, 27 de junio de 2018

kay




ésta noche le cocino a las estrellas para hablar de ti,
viene la luna camino de tortuga
y la noche es un poco azul a tu regazo,
mis brazos, 
de péndulo nocturno, 
caen sobre la nostalgia de tu ser,
arroyo lindo,
arroyo  cedro,
te hablo de insomnio y digo tu nombre,
en tu pecho viene fuerza en mar  y viento,



vienen tiempos difíciles para nacer kaylani,
llegas a la tierra,
muy a tiempo,
llegas a darme guía para enseñarte,
-y enseñarme-
un poco a la vida, 
un poco de vivir.

te espero desde el sueño y el insomnio,
te espero desde antes de nacer
tal vez no tenemos dinero, pero tenemos suerte,
tenemos tiempo,
tenemos viento
tal vez no tengas palabras cuando llegues,
y es probable que tampoco yo las tenga,
sé que no vienes a una vida muy sencilla,
a un lugar muy hospitalario,
pero aprenderás de la balanza a vivir con dignidad.

aprenderé canciones de cuna para apaciguar fantasmas, 
y los monstruos poco a poco llegarán,
pero tendrás la fuerza viento entre tu pecho
y la voluntad para volar.

tengo poco que decirte de momento,
mucho por sentir,
tu nacimiento,
cimiento,
que otorgará a la bondad.


miércoles, 20 de junio de 2018

siete letras



en siete letras cabe mi nombre,
-en ocho días-
de un enero,
quepo entero,
en siete letras 
y
un espacio.

mi poesía es como el perro apaleado
 -pero manso-
que iría a lamer tu mano,
por un trozo de caricia,
por un remanso de sonrisa.

mis venas
 -caudalosas-
 caben en cuatro de mis siete letras,
mi torrente,
mi sangre,
todo mi ADN cabe en cuatro letras,
pero siempre les veo bullendo,
en ese espacio.

mis venas caudalosas caben en tu desnudez,
en tu nombre,
tus espacios,
caben en tu vientre,
mi nombre y mi existencia,
mi experiencia y descendencia caben en tu piel.


en tus dos ojos cabe la mía alma,
en diecisiete días de un mayo solo,
el nacer tuyo embellece al mundo
y cuando te desnudas,
y me dejas beber la palabra de tus labios,
y cuando levitas
y me abrazas
y me levantas 
y me amas
y me elevas
 me enseñas: 
que puedo llegar más lejos que la estratósfera,
pero que en ese espacio infinito,
hermoso,
solo puedo respirar de tu boca.

y entonces en siete letras cabe mi nombre
en siete letras y en tu vientre
y todo tiene sentido




martes, 12 de junio de 2018

longstory short




-carajo! si la luna fuera menos que una compañera, y ésta azotea rala llena de castillos salidos fuera más que eso.

 bajo los pinos, como pollos resguardados del frío, ya pasamos el puente naranja de la 21 de marzo, las vías del tren están a unos pasos, unos kilometros para llegar a casa, somos una sopa fría, con ésta suerte solo falta que nos requise la poli. la lluvia cesa, pero los pantalones seguirán mojados, los calcetines, con ese craquelado negro, y los agujeros en los pulgares, seguirán mojados, la peste de ellos y el partirse de las plantas de los pies. el río fue noble, es la segunda vez que pude subir a la cima de la antena, Morfeo ladraba abajo, lo até a la malla de alambre, tardó mucho en dejar de llorar, pese a ser un sonido que me enternece, debía llegar hasta arriba, las antenas, supongo que son de repetición de televisión o eso dicen todos, arriba todo está lleno de popó,  hay aves carroñeras rondando, no nos temen, pero no se acercan, hay una mutua relación de diplomacia, en realidad siento que nos ven enternecidos, sin alas, a disposición de la gravedad tan tiernos, tan sencillos a caer. en realidad nunca quise subir, pero el grillo llevaba el toque, el último, con su costumbre de fumarlo en la cima. el grillo, tiembla, tiene la mala suerte de que sus labios se amoratan, juega con el vapor mientras sus manos se frotan, con sus guantes sin dedos, su chamarra negra de algodón con gorro, su pelo siempre con una dosis exacta de gel, es raro verle despeinado incluso cuando llueve. los pantalones se detienen con un clavo en los talones, para no pisarlos, una mezclilla ancha que tras los charcos se vuelve pesada y negra, hilos después de todo, recién me corté el pelo, siento las orejas congeladas, un corte militar que me hace sentir seguro, si no tienes ese toque de rudeza el barrio te come, puedes ser presa de cualquiera si titubeas, si perciben tu miedo, pero se me congelan las orejas y ya no tengo toque, perdí mi encendedor. el feto juega a encender cerillas, masca un chicle desde hace horas, me intriga su capacidad para mantener esa cara sospechosamente feliz que te da un par de toques. yo no puedo, es bien diverso, a veces pienso mucho, pero prefiero fumar más y dejar de pensar, la existencia es algo terrible, sería bello que todos desaparecieramos, y solo quedaran vestigios de casas, pintura que va creando carreteras de paredes por caer. no puedo respirar, hace un mes que mis primos me rompieron la nariz, fui a dar la hospital, ellos campantes, se fueron en un bocho blanco, cuando saqué a Morfeo ya estaban subiendo. sin camisa, con sangre los vatillos de mi calle, mi sangre me dejaron solo, su rostro estupefacto al verme con el pecho rojo, no hicieron nada, es terrible esa sensación de descobijo, de desprotección. el feto, saca una bacha de la manga, su risa tiene sentido. la prende con ese cálculo matemático imprescindible para no quemarse la boca, me toca el último, un cacho de nada, casi papel, mis dedos se queman, y la tiro por instinto, cae como luciérnaga al piso, grillo y feto miran, en cámara lenta, como cae, en sincronía perfecta alzan la vista a mi, no lo dicen sus bocas, pero si sus ojos "que pendejo".

me asombra mi capacidad ninja para entrar a casa, para escalar la pared, deslizarme sin ruidos abrir la ventana, perdí las llaves, en algún entrar y salir de las bolsas, de taparse la fosa nasal, inhalar echar la cabeza para atrás. esos segundos, milésimas, el corazón, las gotas de sudor, la oscuridad, las viñareal de uva, me asombra como puedo trepar. hace una hora habré vomitado la chela. después de correr al ver las luces el corazón ni madres, no vuelvo a dormir en los separos. tener que mamarme las horas hasta que mi madre vaya a verme, que se lleve a Morfeo y sentir la plancha de cemento fría fría. corrí, crucé la vía me tropecé me raspé las piernas, todo gira, no tengo la más puta idea de donde estoy, me incorporo, y mis manos con sangre se aferran a la tierra, y llega, la sensación llega, mi garganta trata de retenerlo, y siento como el sabor a vómito sale por mi nariz. un ninja te digo.

si ésta azotea rala con castillos fuera menos que un refugio al insomnio. carajo!

las paredes amarillas me toca clase en la pecera, un cuarto con tres muros, y ventanas que asoman al patio, y una puerta desde un costado. la pecera me permite ver la gardenia, viernes murió por un gato cuando lo dejé sobre la gardenia, sus plumas verdes, las incisiones en su cuello, el olor de las mañanas me recuerda a viernes, era hermoso, su frente naranja.




ésto no es lo que quiero, pero no hay más.








sábado, 9 de junio de 2018

de ésta raza



soy de ésta raza,
de los jodidos,
de los que dentro de la casa,
cuando no nos llueve gotea.

de los que desde antes de nacer,
poseemos ya las deudas,
y que no entendemos bien de donde vienen,
donde las coronas son de espinas,
y se queman con el sol,
donde la gloria se pasa igual que la tristeza,
con unos cuantos tragos de aguardiente,
con uno pa la tierra en que florecen,
los muertos que hemos sembrado,
porque pa allá vamos y allá estaremos,
listos para descansar.

las procesiones,
 son la fina
sombra que nos cubre cuando hay viento,
acá en el silencio se nos esgrime y nos olvida,
como el rezago social yla estadística,
el vato con hambre, tiene nombre.
al que la vida se le va barata
por burlarnos de cara a la justicia,
por ser el público meta en las campañas
justicia que ésta raza.
no tiene para poder pagarla.

antes espejos y cuentitas,
ahora camisetas y banderas del color que caiga,
sor juanas con un litro de aceite,
arroz.

mientras por medio día de aplastarse en una banca,
nos de de comer,
para aceptar la sucesión de pesadillas.


nos enseñaron,
que la palabra justicia es el sinónimo de la abundancia,
la misma que nos falta,
que se nos hunde en mil espinas con la piel morena,
también tener los ojos del color de tierra,
nos aleja, de los elementos que nos faltan,
para acceder a lo necesario y más indispensable,
 así hay que vivir al día
chingarle duro,
cambiar uno,
porque así ya lo demás ya no nos falla,
ya lo dijo el cocodrilo,
 de nosotros será el reino de los suelos.

sacralizamos fiesta,
y nutrimos la indiferencia,
de la vida con la muerte.


acá, donde perro come perro,
donde las agujas pueden picarse entre ellas,
acá
solo cuando te agarran de pendejo vas y aprendes,
la raza del hoy y del mañana,
del hoy me chingan 
y mañana chingo yo.


los jodidos,
los del margen de error,
las flores en el pavimento,
en lo estéril,
los que nos quedamos con toda nuestra tierra entre las uñas
que nacimos con la cabeza abajo,
de cansancio y de hastío,
somos la servidumbre del frío,
que nos asola siempre en el desierto.
los favoritos en el alma de américa
los que hacemos una fiesta a la tragedia,
los que no nos hincamos bajo la tormenta,




ciudades y sueños



Una gitana me leía la mano, incrédulo y curioso le dejaba esbozar palabras, era un bar, o pudo serlo, qué importa si no lo era. el torrente de gente alrededor, con el rostro barrido, incinerado con la luz azul violeta y con las velas, hablaba de amor y de futuro, hablaba de males, de pasado, ¿ qué importa hablar del tiempo en un sueño?  "te van a intervenir quirúrgicamente" fue lo único en su diálogo que recuerdo, guardó el contenido en sus manos y se cubrió la frente poco después un punk me enterró un cuchillo en el brazo izquierdo, al darme cuenta que no sentía dolor, entendí que soñaba, me quedé con el ego roto, por un punk que me acuchilló en un sueño, sin poder devolverle el favor.

una cobra me mordió la espalda y la asfixié viendo sus ojos, ambos moríamos, o despertabamos, que es una forma sutil de morir.

 no me gusta sucumbir en pánico, si algo aprendí de los buenos años de las pesadillas, de despertar al borde de la muerte o ser asesinado una y otra vez, si algo aprendí de morir diez veces una noche, en cada sueño, es esa frágil entereza que se pierde con el miedo.

últimamente he soñado más seguido a mis muertos, y he soñado menos mis asesinatos, será que me hago viejo y que con ésta sentencia me doy cuenta que el tiempo en realidad me importa, más allá del presente souvenir, y del futuro, juicio inevitable que llegará, como todo buen juicio, con justicia, y equilibrio, para destrozar lo ya planteado en el confort.


no entiendo bien cómo sucede, que en mis sueños mi cuerpo es esbelto, como el de el adolescente bilioso al que le debo tantas treguas. o si no mi cuerpo si mis reflejos, que me devuelven la sonrisa segundos después de reírme, me saludan con un poco más de sarcasmo y menos alegría, esbelto, no famélico, esbelto, en mis sueños ese cuerpo posee el porte y la gracia que me aquejo no me acompaña.

sigo siendo un soñador anhelante, espectante, y hago ésta reflexión a modo de cumpleaños, la que no pude recapitular éste año, y lo hago, como suelo, como piso, como duelo, a través del insomnio y los sueños.


soñé con héctor y su soberbia, amigo descuartizado por el narco y tirado en bolsas negras en la carretera, soñé con él después de haber brincado a una espiral que me llevaba a otor y el mismo universo, soñé, que me obligaba a sentarme en la mesa y yo no podía más que cortar el llanto, claro, el muy soberbio había driblado a la muerte, y no podía entender que su sonrisa socarrona me pendejeara para hacerme sentar a comer bofe. pero al sentarme con la falta de aire al verlo vivo, solo desperté para saber que en efecto esta muerto, sin poder respirar me senté en la cama a entrecortar el llanto.

los he soñado, a Guadalupe, a Carlos, a Vicente, a Soledad, a Alex, a Ismael a Omar, Ruben, Nadia, Héctor, a Jaibo, a éste largo etcetera y etcétera. 


cuando creí que había perdido el miedo a la muerte,
ella, 
llega,
en un carnaval de rostros conocidos en un bar,
con una serpiente en su mano, 
y una balanza en la otra,
y te hace saludar a todos, 
aquellos,
que amas,
para enseñarte a seducir más a la vida.










lunes, 4 de junio de 2018

la luz



tu consejo es de almohada,
cura de manto para el llanto,
 lágrima de ámbar,
que me enseña del amor al placer,
el placer del amor,

a tu regazo continente,
que contiene mi llanto,
y tus senos galaxias,
que detienen mi angustia,
en la noche más lúgubre.


tus senos,       
      en el éter,
 me iluminan,
atónito,
en el vacío que hay al derivar en el universo.



tus brazos,
son un arroyo que vienen de la vía láctea, 
mi cuerpo,
                  imperfecto,
ha descubierto en tus labios,
 mis dudas,
respuestas.

ondulaciones,
remolinos, 
que enraízan  constelares,
en tus ideas,
certeras,
perfectas.

mi mente de embudo,
que no solo destila palabras,
a cuentagotas.


en mis manos tengo las constelaciones,
de recorrerte de memoria,
para que llegues a la cama,
aunque no llegas,
pero en certeza,
te espero en la luz.









viernes, 1 de junio de 2018

tarde de cuerpo







yo no sabía,
 que había cuerpos que se marchitaban antes del invierno,
y se me cayó una flor en primavera.

siempre jugué con el tiempo,
padre viento,
a esconderme de momento,
ser niño en el eterno,
etéreo-estéreo.

y mi ciudad es una isla,
donde echo raíz a mis torpes ideales,
y es un parque,
con sube y bajas,
y columpios.


yo que he visto el amanecer desde nacer,
en ésta trampa donde hay cuervos,
he tan olvidado mis abismos,
que parece que dan vuelta en semi círculos.


ahora que me llega la tarde al cuerpo,
quisiera desempolvar el desayuno,
salir pateando piedras a la escuela,
negando las labores escolares,
escaparme a la azotea,
ver la luna,
y echar a andar.


brincar la barda, 
correr de los sabuesos
porque juego con el viento y la neblina,
porque juego con el fuego,
 que viene a desaparecer y se aparece.


quisiera desenmarañar éstas inseguridades de un adulto,
no haberme roto las piernas,
envejecer con otra gracia,
no quisiera perseguir autobuses,
retar la muerte,
hoy que soy más necio y más silente,
me aislo en mi isla de los cuervos.






porque la tarde no es cuando el sol se oculta,
es cuando los cuerpos se marchitan,
y un día de nostalgia en primavera,
es como un ave relegada a la parvada a contraviento.

martes, 8 de mayo de 2018

nostalgias




para sentirme más cerca de mi hogar,
he inventado que los rostros,
parecidos,
a los fantasmas de  mi ciudad,
son ellos en efecto.

y me he descubierto añorando más de un encuentro,
me he adaptado el calor,
he rodado en mi bicicleta,
buscando un café,
una librería,
compañía,
con quien hable de supuestos.



viernes, 20 de abril de 2018

lección de vuelo.








me voy,
tanto como podría,
más de lo que querría.

pero si he de contar las maletas,
acomodar el equipaje,
me llevo más que mi cámara y mi bicicleta,
mis experiencias,
un par de mudas para el viaje,
me llevo a mis amigos,
me llevo mis fantasmas,
a todos ellos,
a los que les seguiré prendiendo luces
 para que estén a gusto en casa.


he aprendido lo que soy
casi todo lo que soy,
de mi ciudad en llamas,
he visto a los habitantes pasajeros,
en el paradero de ningún lugar,
del sitio que he llamado hogar,
y no sé cómo como llamar,
a ésta pausa en carretera.

me despego del piso,
emprendo el vuelo,
cuelgo mis piernas del quicio,
recojo todo lo que recuerdo,
y por hoy,
soy.


y soy el duelo de ésta ciudad de niebla,
que me sabe nombrar en cada calle,
que me ha visto crecer,
que me ha visto jugar,
sangrar
amar.



me llevo,
en cada uno de mis amigos,
lo que me conforma,
en cada imagen de la calle,
que me transforma,
y sigo pensando que en ésta casa.




quisiera decir todos los nombres que me llevo,
de los encuentros fortuitos e imperecederos,
me gustaría llevarme mis costumbres,
a otro café, a otro librero,
pero construir un nuevo sitio para ser,
me hará tener, nuevas certezas,
de lo imperecedero






jueves, 12 de abril de 2018

la minera



cuando nos colonizaron,
se llevaron las riquezas a la nueva españa, 
y la mayoría de ese oro se fue a los banqueros alemanes,
los indios,
en Potosí, Bolivia,
derribaron un gran cerro,
y la mano de obra,
seres,
reducidos a miseria,
en un sitio,
del cual solo queda un agujero en el alma de américa,
con miles de indigenas,
enterrados,
por la ambición de unos cuantos,
que impregnaron de cáncer a los espíritus de américa.


hoy,
en ésta tierra,
viene el gavilan,
las mineras canadienses,
a seguir cambiándonos la vida por espejos,
por espejismos.

dicen que traen orden y prosperidad,
progreso.


dicen
y nos siguen mintiendo
y matando,
que destruir el río del que se vive,
el mar del que se nace,
del campo que sembramos desde ser semilla,
que el ave que pasa,
es menos importante,
que esos metales,
inertes,
que han podrido a la tierra,
que han destruido las aguas.





,Madre tierra,

Madre con tu cáncer de oro,

 en el seno de tus cerros,
que viene con los ganglios inflamados,
y su metástasis,
esa ambición maldita y miserable,
y el miedo que acompaña al que se proclama poderoso,
que baña con cianuro y 
sangre,
al que poseé la tierra.


la ley se puso blanda,
se hizo a modo,
con la institución corrupta,
quebrada,
por los que no entienden el valor de la vida.

y es que hay espíritus en la tierra,

acá las aves sangran,
 los peces flotan,
el campo,
que nos vio nacer desde semillas,
el agua vida,
será reducida,
como en potosí,
a otro agujero en el alma.


mientras,

los mineros,
los de alto rango,
En sus sillones cómodos,
En sus sofás,
Destrozan las venas de la tierra,
Envenenando con ambición de adqusición al que la tiene,
tontos,
los que siguen cambiando su riqueza por espejos.


porque ese el minero,
Que promete,
Y arremete,
Con su palabra podrida,
Vendida,
que no entiende la belleza de la vida,
de las Flores,
de sus lagos,
no sabe,
que éste cáncer maldito,
de éste ganglio inflamado,
no se cura cortando el seno.



y podemos seguir siendo los guardianes de la tierra,
los que cuidan a los espíritus ancianos,
al ave viajera,
podemos ser soldados de éste barro,
mismo que vio nacer.

pero debemos
y nos debemos 
el Doblegar la cobardía,

vencer al miedo, 
al entreguismo,
Vencer a la ambición como enemigo,

Vencer a la ignorancia
y creer que somos más que carne
que somos ríos,
 espíritus,
del que nos quieren despojar.

Minera canadiense,

mining corp,
el gavilán, 
caballo blanco, caballo de troya,
vestido de bondad como regalo,
que nos matará.


tenemos derecho a la digna rebeldía,
agacharse es sinónimo de masacre,
de Llagas cancerosas,

de agua envenenada,

y Peces boca arriba,
Aves enfermas,


acá,
o allá,
cuando nos colonizaron,

se llevaron las riquezas a la nueva españa, 
y la mayoría de ese oro se fue a los banqueros alemanes,
en Potosí, Bolivia,
derribaron un cerro,
del cual solo queda un agujero en el alma de américa,
con cientos de indigenas,
enterrados,
muertos de hambre,
por la ambición de unos cuantos,
impregnaron de cáncer a los espíritus de ésta tierra.











martes, 3 de abril de 2018

mares





I

hice un barco de papel antes de dormir,
lo puse a navegar en la almohada,
encalló entre calcetines sucios
y saturno resplandeciente,
cayó en el mar negro bajo la cama,
donde hallé tu brassiere semanas tarde
y,
una semilla de girasol.


tarde de no querer limpiar tu recuerdo,
 del espacio, de un cosmonauta.


que navega entre tu, 
y yo 
y la distancia promediable
y el cuadro cuadrado de un luchador enmascarado,
y tu ropa encajonada,


cayó bajo la ley gravitatoria,
a una cascada de costumbres, inasequibles,
en una laguna con sedimentos del extraño que te extraña,
encalló,
entre las letras que no explican éste hueco,
éste desahucio que es estar sin ti.

buscándote entre oneironautas,
preguntando en cada sueño,
en cada pesadilla,
la cosmogonía de mi cama perdió su estrella,
polar,
no hay constelaciones,
sujeto mis rodillas para ver anonadado,
el vacío del espacio vacío
de ésta cama circular.













jueves, 15 de marzo de 2018

sin sinónimos


1. el soldado

me enseñaron a jugar con soldados,
a jugar a la guerra,
porque la vida es guerra,
una sucesión de ellas,
y que la infancia era una preparación,
no una vivencia completa
y aún hoy que quiero explotar molotovs,
sé que la infancia debía ser la tregua.

cuando me sentía en desventaja,
la recurrencia era el diálogo,
me gritó, me golpeó,
invoqué respeto también gritando,
sabía que no le debía pegar,
era más fuerte,
y me sentí impotente,
en su sonrisa burlona me sentí indefenso,
tal vez fue para hacerme un hombre,
así me forjó lo que pudo,
en su ignorancia, ahora entiendo,
no me daba esa tregua,
infante,
he sentido su misma sonrisa,
cuando he sabido,
que mi oponente no tenía ventaja,
que podía romperles los dientes,
esa sonrisa de lado,
ese suspiro por la nariz,
del mismo rostro que no volví a ver en cinco años.


con la burla del amor aprendí temerle a la niña,
con quien hablaba,
con quien podía 
dejar de jugar a la guerra,
correr,
volar,
leer.
pero la burla me alejó de ella,
la burla que no entendía me dejó indefenso,
me alejé
y seguí jugando a la guerra,
entendí que el llanto 
y el canto,
te restan valor,
exploté soldados en arena
y me redimo escribiéndo poemas,
porque no debían morir así,
porque no debieron existir,
esos soldados con rebabas,
con remansos de las guerras de otros.

me quitaron un unicornio de arcoiris,
me dieron una pistola naranja
y aprendí a disparar.



me enseñaron que mi capacidad de ser amado,
era equiparable el nivel de mis músculos,
no de mi psique,
no de lo que siento.


tarde aprendí a amar distinto,
porque entendí que chocar hombros era ganarse respeto,
con otros hombres que también confundieron,
que miedo y respeto eran sinónimos,
cuántas veces morí de miedo,
cuántas deseé esa tregua a los fantasmas,
como esconderse en las cobijas.

pero me enseñaron,
que miedo y debilidad son sinónimos,
y un hombre no debe sentir eso,
que si te pegan debes pegar más fuerte,
y aquí estamos,
con las narices rotas,
con los uniformes rojos,
y sin poder llorar.

me enseñaron que el afecto es tosco,
que el amor
a otro hombre,
se delimita al propio cuerpo,
a una palmada de aliento,
pero no,
siempre quería un abrazo,
inadmisible,
de confort,
romper mi propio paradigma, 
es causa de sorpresa,
hoy que abrazo a otros hombres,
como yo,
hombres que amo,
y que me regalo el darles un beso en la sien,
porqué sé que también lo necesitan.



porque amor y poder tampoco deberían ser sinónimos,
estamos tratando de recoger los pedazos,
de lo que nos tocó


lunes, 12 de marzo de 2018





¿como se invoca el azar sin  tirar los dados?
sin poner el tablero
y jugar



he estado escapando a tu memoria,
para no verte a un lado de la cama,
para no buscarte a un lado de la cama,
para no ver a caliope,
nuestra gata,
correr tras de mi para buscarte
y regresando dudosa y triste
a decirme que no has llegado.


le huyo al sueño para no esperarte,
y huyo al despertar para no verte
en tu ausencia,
intacta.

sentado,
al borde de la cama,
escarbo mi cabellera para tocar tu recuerdo,
desde los más terribles
hasta los más benévolos momentos.

y resulta que las letras no te nombran,
en tu exquisita belleza recostada,
no hay trabajo para ir a perder la vida,
no hay cafetera que me despierte,
bocado que sepa,
o llene,
ese espacio vacío.


será que es la noche y el viento que me acechan,
las dudas convenientes,
los fantasmas,
a los mismos que he decidido apagarles la luz,
para que no hallen el camino al cuarto.

y es medio día y sigo en la cama,
me encanta tu forma ígnea en que me hablas en sueños
y me prometes futuro.


había buscado como quedarme,
para no huir,
para no escapar,
del constructo que hice de una casa,
de un hogar,


ya que logré llamar hogar a un sitio,
no estás,
y solo queda la promesa de alcanzarte
para construir nuevas historias
en una nueva cocina,
bajo nuevos textos y contextos,
bajo nuevos cuentos que quedaron pendientes,
bajo un sol distinto,
que se ve al despuntar el alba















miércoles, 21 de febrero de 2018

ley




no me gustan las leyes,
cuadradas,
que te dejan en un sitio inexpugnable,
un margen de error de la imaginación,

no me gusta la ley de gravedad,
que no me permite volar,
pero si caer,
tampoco me gustan las leyes blandas,
esas que son flexibles al dinero,
al amiguismo,
las que le permiten al asesino,
ser policía,

y al juez tu verdugo,
no me gusta la ley inerte,
como cuerpo disecado,
echa a modo,
donde se permite saquear,
pero no defender,
donde se permite matar,
pero no defender,
donde se obliga a callar
y no a proteger.


esa ley lúgubre en que se te permite el silencio
y hasta ese está en tu contra,
con tehuacan en la nariz,
con látigos de agua,
con electroshock entre las uñas,
esa ley,
blanda,
que desaparece con el muerto
a una fosa clandestina.


esa ley donde 

miércoles, 7 de febrero de 2018

Ostuta, Ojito de agua


llegué meses después del temblor,
a una tierra donde el sol le da un descanso al tiempo,
puede descansar,
un sitio,
un sitio de dónde los empresarios se lamen los labios,
para saquear,
el lugar,
donde está la vida.


cerca de dónde se compró la tierra del viento
y las eólicas destruyeron al ciento,
de aves que surcaban el tiempo.

de la abundancia,
he caído,
en una preparatoria derruida,
hecha escombros,
y he visto niños reconstruyendo salones,
creando el presente,
para cosecharse futuro,
organizando la mente,
para llevar un poco de paz,
paz rebelde
y me ha hecho creer que justicia es más que unas letras.


caí con niños que me han enseñado más,
que lo que los libros,
los estadistas,
los doctores,
los pastores,
los burócratas, 
los acratas,
los ingenieros,
he caído en la sonrisa de jaasani,
para entender que el mundo es más que cemento
y títulos de nobleza.

y aprendí de el ritual de la fiesta,
cómo se borda la vida.

yo que siempre me he quejado
y he buscado
dónde está la vida,
ahora que sé que entiendo menos,
me siento un poco más en paz.


he caído en tu agua,
en tus hilos Ostuta
y no podría decirle al viento,
al ciento de aves,
no podría explicarte la risa y el mar,
la calma,
del sitio donde mi ojo de viento,
encontró en el río un ojo de agua,
y aprendió a amar la vida
y tiene sentido por segundos,
que viajo en la risa del río.


soy un errabundo de ciudad
y en la mía,
los ríos son cloacas,
venas muertas bajo el cemento.

¿cómo explicar la vida?
y el alma,
cuando el alba me salva,
y me arrepiento,
de no saber construir un salón,
de no tener como.

el ojo de viento se enamora del río
y mi vida tiene sentido por segundos.

yo que vengo de ciudad,
que no tengo un arraigo,
yo que vengo de donde nadie debería,
y que regreso,
sin regresar a Xalapa







domingo, 28 de enero de 2018

Pre data, te amo



A Veces te pienso como un adicto,
Y odiarte y amarte de la misma manera me ensordece,
A veces eres un jilguero,
Y tu canto matinal puede ser una sinfonía de mozart,
O una rafaga de balas,
A veces,
Voy adoptando formas,
Colores,
Besos,
Nombres,
Costumbres de otros amantes
Que te hicieron amar la vida,
Una noche puedo ser el perro que te ladra
Para que despiertes a las 3 de la mañana en diciembre,
Y amarte como solo yo puedo amarte.

Y otras noches no quiero llegar a casa,
Con el pretexto que necesito tiempo,
Que necesito ser yo y no hay de otra manera,
Y entonces te hablo en otros idiomas,
Digo que te odio cuando quiero decir te quiero,
Digo invierno y estoy hirviendo en ganas de sentirte,
Y me escondo en la nostalgia,
Me escondo en el fracaso.


Cuando te digo que mis padres me enseñaron el amor
Entre un terremoto y un tsunami,
Y que no sé amar distinto,
Quisiera decirte que me cago de celos,
Que soñé que un amiguito tuyo,
Que es más listo que yo,
Más carismático,
Más guapo y más bueno,
Que ese amigo tuyo me tiene en jaque,
Porque mereces a alguien,
Que te ame así,
Como imagino que debe ser el amor
Y no éste remiendo triste que sé darte.

Y quisiera darte calma,
La que te arrebato
Y decirte más.


Decir que nunca me he sentido tan amado
Y qué no sé qué se hace con ello,
Que estoy listo al fracaso,
Que estoy listo a caer en la rompiente,
Pero nadie me enseñó que eso que se siente así,
Tan pleno
Es real.

Y que no es normal vivir acorralado entre el amor y el miedo


Porque te amo
Y no entiendo esa palabra.

miércoles, 10 de enero de 2018

necedarme




siempre he necesitado saber de dónde vengo,
si soy hijo de los dioses
o parido por mil putas,
saber,
cómo lo sacro y lo profano,
hacen esa distopía adentro.


si soy constelación en la espalda,
si mis ojos vencidos,
esconden historias más allá de mis historias,
o si la nulidad de construirme,
reinventarme,
necesitarme,
necedarme,
viene de otro sitio.

de dónde viene la tristeza absoluta,
y su afinidad al abismo,
la necesidad de construir paisajes,
de destruir algo hermoso,
de dónde es éste soplo,
al humo,
de dónde éste coraje innecesario.












 con el tiempo la vida no se vuelve de uno, uno se devuelve a la vida a dar un poco de lo que recibe, y en ese afán de gratitud, uno se hace...