lunes, 12 de marzo de 2018





¿como se invoca el azar sin  tirar los dados?
sin poner el tablero
y jugar



he estado escapando a tu memoria,
para no verte a un lado de la cama,
para no buscarte a un lado de la cama,
para no ver a caliope,
nuestra gata,
correr tras de mi para buscarte
y regresando dudosa y triste
a decirme que no has llegado.


le huyo al sueño para no esperarte,
y huyo al despertar para no verte
en tu ausencia,
intacta.

sentado,
al borde de la cama,
escarbo mi cabellera para tocar tu recuerdo,
desde los más terribles
hasta los más benévolos momentos.

y resulta que las letras no te nombran,
en tu exquisita belleza recostada,
no hay trabajo para ir a perder la vida,
no hay cafetera que me despierte,
bocado que sepa,
o llene,
ese espacio vacío.


será que es la noche y el viento que me acechan,
las dudas convenientes,
los fantasmas,
a los mismos que he decidido apagarles la luz,
para que no hallen el camino al cuarto.

y es medio día y sigo en la cama,
me encanta tu forma ígnea en que me hablas en sueños
y me prometes futuro.


había buscado como quedarme,
para no huir,
para no escapar,
del constructo que hice de una casa,
de un hogar,


ya que logré llamar hogar a un sitio,
no estás,
y solo queda la promesa de alcanzarte
para construir nuevas historias
en una nueva cocina,
bajo nuevos textos y contextos,
bajo nuevos cuentos que quedaron pendientes,
bajo un sol distinto,
que se ve al despuntar el alba















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