lunes, 30 de diciembre de 2019

barquitos de papel






veré como se desintegran las estrellas,
desde la barranca de los años en la luna,
veré mi piel de eco flor de vainilla,
con huellas de tactos olvidados,
con cráteres,
mientras tu me buscas bordados en el pecho los lunares,
tus labios son de colibrí,
de atrapasueños,
tu piel es de canela,
yo con mares en los ojos,
canicas moldeadas por el llanto,
que contienen uni-versos,
y tu,
me tienes cautivo 
en la curvatura de tu risa.


tu voz me enerva y me endulza la ausencia,
me lanza,
como sputnik al espacio.

y yo sentado en el borde de la luna,
buscándote sirena 
queriendo cambiar mi traje cosmonauta,
por uno de escafandra.

pensando y nadando en la nada,
en un amanecer desde la playa,
prendado a una sombrilla,
 viendo como llueven las estrellas
mientras en tus dunas de arena,
se desatan tormentas,

acá hice una carta de papel para buscarte,
la hice un barco
y la mandé a saturno.












viernes, 20 de diciembre de 2019

bajo la sombra




contemplo la fotografía de un foco con humo adentro,
volutas imperceptibles,
de un universo roto.


tengo en mis manos un rosario,
casi un escapulario,
del cual fui devoto,
una bolsa de nylon,
del espíritu en humo
cada que entró en mi se escapó un estertor,
llevé entre mis manos la vida,
llevé en la llave a la nariz la cocina,
y un dolor de cabeza terrible,
enraizado en el alma,
enrarecido en la calma,
en un cuarto vacío con pipas de cristal.

lo primero en irse fueron las pastas,
una sobredosis,
 la coca después,
otra sobredosis.

no me gusta mirar esa retrospectiva a éstas alturas,
deambular de la calle a los hospitales,
buscarle poesía a la muerte  es ingrato.

solo se les puede llamar así,
procesos,
de los que muchos no salieron,
si bien argumentarás la falta de sentido a la vida,
la permanente presencia en la muerte,
morir cada día es más difícil,
que ver cada día como un renacer.

podría nombrar las muertes 
que ahora,
me parecen sin sentido,
dardos en las venas,
crudas e hipotermia,
balas,
chingo de balas,
y algunas deudores que pagaron con sus dedos.

decidí no romperme,
para no romper procesos de vida,
en las favelas en rebeldía  fomentaron el consumo,
y míranos,
puntuales,
adictos,
rotos,
sin la más mínima querella de luchar por un mundo mejor.

aquí yace un león bajó la sombra de un foco.


Y
decidí no drogarme,
por insurrecto,
por rebelde,
por cuidar y ser guardian,
de aquello que amo y en que creo,
que vale la pena éste día como un renacer.




lunes, 16 de diciembre de 2019

vivir de más I




tengo puestos los aretes de mi abuela,
y parece que tengo un trozo de su alma,
tengo los aretes de mi madre,
y cada día se hace más difícil no querer matarme,
si algo le debo,
si algo les debo es eso,
no sucumbir.

a veces escucho mi corazón retumbar en el colchón,
y no entiendo porqué estoy vivo,
a veces me dan ganas de creer en el destino,
por grande o pequeño,
luego abro las noticias
y me inunda el tiempo.

casi un año va que quiero estar muerto,
a veces por inercia me mantengo,
otros días no salgo de casa, 
me aíslo,
no contesto los mensajes,
no abro un libro.

pero el tiempo vuela,
y me hago viejo,
y resulta que no muero,
solo me abrazan las pesadillas,
el sudor frío.

despierto y me mato un poco,
fumo el primer cigarro,
caliento el café.

enciendo la compu,
miro el reloj.

me pongo los tennis,
por costumbre,
decidí no usar calcetines,
es un recordatorio,
del tiempo que no era normal,
despertar en silencio,
usarlos,
ir a conectar un churro inmenso y gordo,
que me adormeciera las ganas.


y por eso soy un kamikaze,
busco morir.


pero resulta que en contra de mi me salvo,
y salvo a otros,
y no voy a conectar un inmenso churro,
y me pongo mi traje de astronauta,
y me acribillo con ráfagas de humo,
me pongo una pielecita de jaguar,
una chamarra de cuero
y dejo que pase el tiempo.

muy a veces sigo retando a la muerte.


y creo,
que como oliverio,
la enamoré un poco,
la seduje.

y tengo puestos los quizá aretes de mi abuela y de mi madre,
y por mi fatalidad vivo,
y tengo puesto el rostro de mis abuelos,
y escucho el corazón en el colchón,
y late a veces con las pesadillas,
y debo decir,
que cuando sueño que muero,
vivo otro poco.








martes, 26 de noviembre de 2019

puto el que lo lea


puto el que lo lea

desde roma hasta méxico los muros son nuestros,
puto el que lo lea dicen los muros de mi secundaria,
puto el rey,
puto el monarca,
puto el policía,
puto el cesar,
puto el profe,
puto la que no te hace caso y por eso muy putomente la exhibes en un muro.
puto el cesar,
de nuevo,
pero eso si muy "ave césar" cuando vemos al muy puto de frente,
puto el muy puto que te enseñó que ser puto está mal,
pero más putomente me emputece ver un muro en blanco,
porque al muy puto de tu gobernante le vale padre un muro rayado,
total, 
ya te toca hacer la chamba de decir que eso está mal,
que rayar no es normal
cuando desde el inicio de la civilización los muros habla,
puto el que rayó la primera caverna,
y puto el que la destruyó.



y te quejas de un puto muro rayado,
pero no de las asesinadas,
verte putomente emputado me emputece,
me emputece tu juicio soberbio y cómodo,
porque si eres muy puto el que lo lea,
pero muy poco putomente empático,
porque esos no son modos de protestar,
pero para ella si fue el modo de morir,
de ser violada y enjuiciada,
segregada y criminalizada,
devaluada,
pero tu putomente pared privada vale más que el muerte,
puto el de la RAE,
que te dicta reglas  por las que estás dispuesto a pelear,
pero claro,
detrás de una compu,
no sea que alguno muy puto te vaya a romper el padre por hablar de más,
o de frente que es putomente lo mismo. 



nos enseñaron a respetar la propiedad privada,
y nos enseñaron a respetar la propiedad,
luego nos quitaron la propiedad,
pero si muy propios nosotros nunca rayamos muros,
no como ellas que los rayan,
con nombres de sus muertas,
de mis muertas,
porque puto el que lo lea es correcto,
pero escribir,
violador,
feminicidio,
no es el puto modo.

nos quitaron la propiedad,
esa pared que defiendes y no es tuya,
¿porque expropias la propiedad cuando es de todos'
y a los gobernantes les vale padre el puto monumento,
o le escuchaste defenderlo a capa y espada,
yo no,
no he escuchado a ningún gobernante exclamar por las paredes del pueblo,
con esos monumentos que exclaman la gloria de la patria,
ellos no se mojan,
para eso estamos nosotros,
para joder al que raya y que no raya lo que yo quiero que raye,
aquí todos somos muy puto el que lo lea,
pero muy poco puto el que no otorga la justicia
nos expropiaron los muros,
y los monumentos,
e hicimos antimonumentos y memoriales,
para hacer contrapeso
a las mentiras burocráticas
y los muy putos nunca nos contestan.

pero hay que guardar los buenos modos,
porque los muertos y las muertas ya no valen,
ni la pintura en la pared 
pero yo si soy muy puto,
muy puto cobarde para salir a rayar los muros con justicia,
exigir que regresen a mis muertos,
porque ser un nombre desaparecido en la pared está mal,
pero está bien decir puto el que lo lea,
y no quejarse,
desde roma hatsa méxico te digo,
una pared en blanco no dice nada.

puto el césar que nos quita el pan
y luego lo arroja al pueblo para bañarse de gloria,
pero el muy puto nos dice putos desde su trono,
y nosotros asentimos con la cabeza,

putos todos 
excepto a jaime de segundo "C"
porque según los otros el si era puto
y el muy puto se llenó la boca en valentía 
y se atrevio a decirlo.








ella toda




a ella la enamoraron,
desde antes de aparecer la hambruna,
desde la miseria,
y la sometieron antes,
mucho antes de atarle las manos,
a esa necesidad de amor,
y le dijeron palabras tiernas.


después,
mucho después
 la tiraron en el borde de la carretera,
como se tira una manzana de la ventana de un auto en movimiento,
y quedó con un vestido rojo, 
roto,
quedó con el rostro morado,
como el botón de una flor que nunca se abre,
cortaron las flores antes de llegar la primavera
y nosotros no entendemos esos nombres en los muros.

ella hermana,
enterrada en un periódico de nota roja,
ella madre,
enterrada entre los juicios de abandono,
ella hija,
lapidada por las voces de mil hombres,
ella sola,
 por los adoctrinados a hacer de sus sueños enemigo,
ella amada,
por destino ser mujer que le dictaban,
ella atada
que por ingenua  y joven justifican es castigo,
ella muerta,
con un vestido rojo en la cuneta de un camino,
ella muro,
con su nombre pintado sin justicia,
ella es todo,
lo que basta para entender que de entre mil, 
mil asesinos.

ella es todo,
lo que necesitas para entender de mil en nota roja,
la impunidad que solo ronda a la asesino.






miércoles, 20 de noviembre de 2019

para el noty 2.0



gracias por la persistencia de estar,
por tu presencia insurrecta,
por los muros rayados,
gracias a la luna compañera,
por las meadas clandestinas,
por la charla nocturna,
por la insurrección de sentimientos.


gracias por transgredir mi mundo,
por cuestionarme,
por cuestionarte,
por acompañarme a la vida,
por abrazar mis heridas,
por hablar,
por escuchar.

gracias por hacer de tu pecho una morada,
por hacerme de vestimenta palabras,
por la congruencia,
por el hallazgo,
por el hartazgo,
por el café y la noche,
por el amanecer y esperanza.

gracias por tus descubrimientos de padre,
por tu insurrecto cuidar,
por el ajedrez,
por el respeto a mi tabaquismo,
por el cuidado en mi abismo,
gracias por las gracias,
por el no abandonarte,
por la pasión al hablar, 
por la claridad.

por no doblarte,
por la compañía a veces muda,
 en que podemos andar,
sobre palabras.






domingo, 17 de noviembre de 2019

dos pasos


I

sigo siendo de un país de nostalgias,
del hubiera y del nunca,
del nunca lo di todo,
del añoro
a ese final feliz que nunca fue,
en dónde nadie salió lastimado.


y así,
de mis errores aprendí a cuidar a mis amigos,
de la injusticia diaria,
del puño ajeno,
de la bota que cercena el cuello.

y así,
aprendí a cobijarlos,
por los que no pude cobijar,
por los que ya no puedo abrazar,
por los que solo puedo recodar dándole un sorbo a la tierra.


y así
aprendí a besarlos,
por aquellos que ya no besaré,
ni cuidaré
ni amaré,
ésto no es un maldito poema,
éste es un reproche maldito.

¿qué sabrás tu de cobardía,
cuando por omisión cargas a tus amigos muertos?

y así,
porque mal lamento haber aprendido a callar,
a bajar la mirada,
a ausentarme en silencio,
a dar la razón,
a los que no tenían ninguna razón,
ni sensatez,
ni tacto.


qué sabrás tu de cobardía,
de dar el poder,
a los que tenían ira,
ningún motivo,
y la fuerza,


y acá, 
los famélicos soñadores,
con hambre de ideas,
con sed de empatía,
nos morimos de miedo.



II

anoche volví a pelear,
y me dices que solo somos jodidos jodiendo jodidos,
pobres matando pobres,
una jaula de perros peleando con perros,
pero yo,
un día,
me paralicé de ver a Vicente ser golpeado,
y no corrí como un héroe,
ni arrojé piedras,
¿tu que sabrás de cobardía,
si no has visto a tus amigos morir?

anoche volví a pelear,
lo tenían sujeto del cuello, 
ahogado por la espalda,
y la única cobardía que tengo es a ser un cobarde,
solapar el abuso,
ser cómplice silente.

y así,
anoche volví a pelear,
equilibrando balanzas,
con cinco puñetazos a un rostro,
que tampoco sabía,
que al final
somos jodidos puteando jodidos,
por un trozo de ego,
por un casco de alcohol.

mal lamento haber aprendido a callar,
porque cruzar los brazos cansa,
mal lamento haber aprendido a luchar,
porque a veces no sabes quién es tu enemigo.

lunes, 4 de noviembre de 2019

tus ojos son dos lunas de jade



tus ojos son dos lunas de jade
cobijo en tus párpados
 mejillas de durazno,
tu voz es la caricia tersa del terciopelo,
es abrazo de viento,
río en calma

tu solo aroma enciende volcanes,
incinera ríos, 
te hablo de mi fé de manzana,
te acecho en sigilo para no asustar tu canto,
y aunque no lo digas sé que me cantas.

tus ojos plumas de quetzal nocturno,
arropo de mi brazos,
té de hierbabuena,
mi voz es camaleón que te endulza,
es río en calma,
hurto de niño.

me escupo de la tierra entre vagones,
entre ésta multitud de soledades,
mi piel huele a ceniza y lluvia ácida,
a café
y te llevo coqueteando a la vida,
en un rincón de tu voz 
me busco paciente,
eché los pies de barca 
y me dediqué a pensarte,
porque tus ojos son dos lunas de jade,
pluma de quetzal nocturno.





domingo, 20 de octubre de 2019

leyendas de fantasmas



he encontrado en la voz de mis abuelos mi voz,
en sus ojos mi risa,
en mi risa su llanto,
en el canto de cada vertiginosa arruga de sus manos,
la conjunción ciento veinte de los sexos,
y quizá más


tengo la duda de los rostros,
de como atravesar el mar.,
del saber o no saber amar,
lo veo en sus sombras,
del kamikaze,
del méndigo,
del cobarde,
del que viajó rostro negro sobre el lomo de los trenes
y más,
el que abrió caminos,
de aquél que perdí hasta las letras del río,
por no sabernos dar un nombre.

y quizá,
en cada pliegue de mis dudas,
tengo más respuestas de mi piel,
por que soy en cada yo uno de ellos.


me descubrí creando leyendas de fantasmas,
enmascarando en cada greca de mis ojos
los ojos de un extraño, que amo por ser parte mía.


reivindico el abandono,
a la vida y la muerte,
en escrutinio de mi mente lo que fueron y serán,


y quizá,
seguimos siendo nadie,
pero seguimos siendo todos,
en éste cuerpo que me habita,
para entregarte la vida,
los que somos en mi,
un mar de rostros
y rastros,

por hoy mañana te veo para decir te quiero,
hija mar,
viento,
río y arroyo,












lunes, 7 de octubre de 2019

cadáver de octubre, después de leer blanco, de Octavio Paz





con la inmensidad del mar,
con la calma del desierto.
con la intensidad del viento



en el acecho,
vil y mentiroso de la soledad
y su crueldad acompasada



 habitante pasajero,

etéreo,
 homogéneo,
 fugaz,
volátil,
 tiempo.


me aparto entre los muslos inquietos,

                                                             juego a las escondidas con la vida,


he vivido y he corrido,
como desesperado al precipicio,
que he volado, que he querido,
 he amado y me han amado,



supe que para volar había que  caer,
más de una vez
  más de cien veces,
más de eso me he levantado,



 con en el arrojo,
en el ímpetu,
en el viento.

en la fraternidad.




ésta, no es la habitual soledad que amo tanto,

una sórdida sensación de ausencia entre mi vientre,



se me acelera el pulso,
y pierdo el impulso,



es la agonía del esternón,


                                                                      Ando que busco,
no me encuentro
y mi cuerpo está cansado,
con un candado colgado en el esternón.



 en cada viaje al sur me lleva el norte,
el planeta es una esfera,
en donde los extremos se tocan.

y decidí dejar los labios intactos,
de carmín intacto,
sin tacto



ahora siento culpa de estar vivo,
yo que tengo mañana un renacer
y una noche con estrellas,
yo,
.yo, que puedo despegar de las cobijas,
yo,
en que digo que por hoy me sigo vivo,

miércoles, 2 de octubre de 2019

tenue tratado sobre el miedo




"algunas veces siento que no sientes miedo"
me dijo Raúl una noche
y quedó asestado en mi
por sentirme el niño del cuento,
de ser el príncipe caballero
que vence al dragón,
que vence a la muerte,
pero que en cada noche,
 le teme a su sombra,
a sus propios demonios,
y estupefacto,
queda fascinado, 
cómplice,
igualado a su verdugo.



entendí que le debía poesía a la muerte,
para darle un sentido, 
su dirección, 
un camino,
y para hacerla entendible,
palpable,
amable,
la enamoré
y hoy mis ojos deslumbrados miran su belleza.


en la búsqueda el temple,
de solo gobernarme a mi mismo,
de no colonizar otro abismo,
de compartir.

porque bebí,
 para entrar en euforia,
para perder el control,
 enfrentar los demonios,
en ese entender complaciente,
pastas y coca,
peleas
y suerte.



pero por desgracia,
la suerte se hizo costumbre,
y la costumbre experiencia,
y aprendí a dominar ese miedo,
porque no siento miedo,
 yo soy el miedo encarnado.

y se siente pesada la vida,
por cruzarla de frente,
¿qué causa mi furia de asombro?
mi desatar de esperanza,
a ultranza,
de resistencia.

 por desgracia
la muerte se hizo costumbre,
y la costumbre experiencia,
aprendí a confiarme del miedo,
para poder amar al amado
mantener salvaguarda.

y  por eso me gané a mis amigos,
por mi cuidarlos un poco,
por mi lealtad decisiva,
incisiva,
por mi carencia afectiva,
y me gané a pulso varias zancadillas,
también una porción de respetos,
por quitar a golpes los puños,
por hablar claro,
cuando necesito hacerlo
 también por cuidar en concreto,
en contra de mi,
a pesar de mi,
cuando de eso se trata,
descubrí que soy el miedo encarnado.

he perdido a tantos y tanto,
por no saber expresarme en palabras,
por petrificarme,
como medusa,
al verlos morir,
al verlos callar,
al verlos partir,



he perdido chances,
por no saber explorar la palabra,
por justificar,
ideológicamente
mi empatía.

ésto no es más que un mapa,
para encontrarme a mi mismo,
un ideograma,
un idem del alma,
si bien sé y saben que los cuido,
también sé y me saben,
me cuidan.


y sucede.
que la vida me pesa,
de la buena y mala fortuna,
el que no aprendió a llorar.

entendí,
que en mi búsqueda de muerte se me hizo la vida,
y que la vida me pasa triunfante,
porque nací estando muerto,
 me sigo aferrando a la vida,
por tener la risa de instinto.







boceto sobre el miedo No. 1






soy el miedo encarnado,
hambre de miserias,
llanto impotente.


mi ejemplo no es vida,
es la búsqueda de muerte,
en la paradoja irresuelta sigo andante,
he batallado contra mi mismo,
he fracasado en mi mismo,
buscando un equilibrio.


he liberado mis demonios de pandora
y entre esos males insatisfechos,
entre la pelea diaria a la avaricia,
me he perdido en el deseo de la codicia ,
perdí el rumbo,
caminé sobre la oscuridad sabiendo que soy el miedo encarnado.


contra el tiempo,
aprendí que perdí más al no defender en violencia,
a los que eran violentados,
y me volví juez y verdugo de mi propio amor.


he buscado apuntar mi cámara,
para hallarme en ella,
reflejo tenue,
brisa del mar,
un astronauta a las estrellas,
en un mundo plano.


he buscado respuestas místicas,
en experiencias prácticas,
he caído en silencios forzosos,
en aprendizajes a medias,
he gritado en la pileta de agua,
para ahogar el dolor
he flagelado mi sangre para en descontrol entregarme,
de dulce amargo a mi bella monstruosidad,
he colocado palabras al revés,
y al derecho oprimido de causas justas,
de proteger lo que amo,
a veces desde la palabra.


he hallado en la palabra una tregua,
en los puños justicia,
en no romper el equilibrio del cielo,
en restaurar en mis duelos,
la capacidad solidaria de soportar cariátide,
en el carismático soñar un poco,
en el devolver como una acción las gracias,
he buscado dominarme,
gobernarme,
colonizarme
y descubrí que el sacrificio,
es un medio incorrecto para el fin estoico.


y estoy inscrito,
en pensamientos verticales,
en secretos laterales,
que rondan como manda de lobos a que mi carne se canse,
agitando una antorcha para pelear con miedo,
porque me siento herido,
quijote de demencia sobria,
con la lucidez tenue que la ráfaga le otorga al humo











jueves, 26 de septiembre de 2019

críptico




escribo sobre la tinta quemada,
sobre sangre craquelada,
escribo por mi propio indulto,
como medusa en el espacio,
como kraken,
por inercia.

escribo porque necesito decirme,
que,
no lo sé sobre mi tumba,
pero he muerto mil veces,
moriré mil veces más.

he descubierto sobre mi sangre las rosas
del jardín de adonis,
sobre la grupa de zeus un minotauro,
he descubierto mis letras nacientes como dedos que no cesan,
de caer como gotas pesadas,
sobre tierra que necesita vida.

caer sobre la tierra de espaldas,
como algo que no nace pero germina.


me mantengo más por experiencia que por voluntad,
sobre la luna oscura,
que se resiste pero regresa
a iluminar la noche,
en ese lapso frío antes del alba,
en ese humo de café,
en ese cigarro de cámara fotográfica.


la espalda caerá mirando al cielo,
pero no hoy,
porque  el sentido que le des a lo que vivas,
le dará sentido a tu huella blanda sobre la tierra.

mira el cielo,
mira las nubes,
y la brújula en el viento.

mira un corazón que duele,
y el críptico sonar de los tambores,
mira la memoria grabada,
mira el silencio,
escucha el color negro de horizontal no aparente,
mira las flores sobre mi memoria,
gata blanca 19 años que supo amar y ser amada,
los días sagaces,
las noches de insomnio,
las ruedas y el girar,
el gran acento de la fuerza de tus piernas,
y un cadáver exquisito que dicta un hoy sin hoy para mañana.

















sábado, 14 de septiembre de 2019

fantasmas de ciudad





he dejado fantasmas alrededor del camino,
y me han revolcado como una ola,
he llegado a palpar la felicidad,
y viene el miedo saboteando mis barcas de papel.


no muy en el fondo sigo siendo el niño,
que tira hojas en el río de su calle,
que camina insomne en el borde de la azotea,
pensando en saltar
 como un astronauta,
al espacio interior,
y sigo queriendo cobijo,
en un abrazo,

sigo siendo el niño que reta a la muerte,
que quitó una pistola,
que sobrevivió a cuchillos y pedradas,
a granaderos y policías,
a ladrones y ordenes de funcionarios,
el que le huyó al levantón,
el que corrió más rápido que dos machetes,
a dardos,
 a los arpones que hicieron de mis amigos esqueléticas ballenas,
el que corrió a 140,
el que chocó a 140,
el que corrió con suerte,
el que chocó hombros con suerte,
el que peleó,
peleó con suerte,
con la buena mala suerte.

ésto no es un poema de amor,
éste es el amor mismo resistiendo,
a los fantasmas que dejé en el camino,
que regresan a ponerme el pie,
para odiar mi felicidad,
la que no logré con ellos.

hoy no tengo tanto que ofrecer,
y me monto a mi bicicleta,
a falta de gasolina,
a falta de paciencia para el autobús,
hoy no tengo tanto que ofrecer,
y bebo café de la bondad ajena,
y me alimento de la bondad ajena
y apropio esa frase que me dijeron que debo decirme,
cuando las arcas del reino y los graneros estén llenos,
también cuando las vacas se llenen de hambre y mueran en sus huesos
"ésto también pasará"



y también me apropio de la bondad ajena,
hoy ante tus miedos,
ante los míos,
quizá no tenga nada en las bolsas,
una caja de cigarros, 
una cartera vacía,
pero te tengo lo que soy,
mi paciencia y mi presencia,
mi persistencia,
mis palabras,
mi valentía irreductible,
de estar.














domingo, 8 de septiembre de 2019

seguir






en la oscuridad de mi pecho llegaste como una llama,
como una vela, 
en mi esternón y sus adentros,
con sus mapas de moho y carreteras de hormigas,
sedientas de azúcar,
sedientas de luz,
llegaste,
y les acomodaste un florero,
les diste miel,
llegaste sembrando suculentas, 
aparcaste tu bicicleta,
colgaste tus piernas y tus besos,
llegaste sin prisa,
pero apresurada empezaste a acomodarlo todo,
moviendo todo,
armonizando todo,
en el preciso momento.


llegaste despacio, por la puerta principal,
dispuesta a darlo todo,
a amarlo todo,
motivarlo todo,
me regalaste dos grullas que cuelgan del espejo,
y me enseñas a ver mi rostro en reflejo,
el que nunca podré ver de frente.


me regalaste la calma,
de saber,
de creer,
que puedo ser,
que puedo amar.


en un abrazo me diste la calma de mis miedos,
porque uno puede ser muy valiente ante la muerte,
pero en tus brazos hallo la calma ante la vida,
y por hoy gracias al asaltante de plástico,
y gracias por no haberle roto el brazo,
por darme la calma de cuidarte,
por darme entre tus brazos el conocimiento de un mundo bello,
al reconocer mis miedos,
entendí esa primera noche,
que caería,
irreductiblemente a amarte.

llegaste a acomodar mi cuarto de esperanza,
le pusiste flores,
desempolvaste mi bicicleta,
y me dejaste acompañarte a volar,
me abriste la puerta principal de tu alma,
me dejaste acariciarte,
¿cómo no querer amarte en tan poco tiempo,
si la brevedad del cielo nos cobija inmortales?

y vamos volando sobre montes y sobre la ciudad de los fantasmas
sobre noches vienes a mi,
me llevas a casa,
hallo en tu cuerpo el amor,
en el sexo la palabra,
hallo en ti, mi dulce esternón,
hallo esperanza.


y cuando siento que la cuesta es imposible, 
y te veo más adelante,
dando todo,
me motivas a seguirte en vuelo a ras de suelo,
a seguir rodando.















jueves, 15 de agosto de 2019

para Raul Talamantes




a modo de carta no te he dado el espacio en mi letra,
pero en mi mente te tengo siempre,
si he de reconocer,
en tu temple,
en lo mucho que la vida te ha jodido,
en lo que has hecho con ello,
en lo que ni te das cuenta,
si te reconozco me reconozco en ti como un espejo,
en tu enseñanza de maestro.


no te das cuenta,
lo triste es que no te das cuenta,
de tu propio andar,
de tu búsqueda de soledades
y tu aprender a cohabitar el tiempo,
de lo que has roto con lo que forjaron de ti,
de lo que has sembrado en esas rupturas en que te permites,
creer,
crecer,
volar,
no te das cuenta en mi que me permites,
en que te prometí no abandonarme
en momentos quebrados,
pero sin fisuras.


en momentos que estabas quebrado,
que no te hallabas
y quizá no ta halles aún,
pero me enseñaste del odio y del llanto,
a transformar en canto el dolor,
un espacio de libertad,
apara gobernar sobre mi.

me enseñaste a besar a mis amigos,
a romper mis paradigmas de ser un hombre,
a cuestionarme,
sin entenderlo y no lo sabes,
me permites un espacio fuera de juicios,
de fraternidad,
de solidaridad,
sin entenderlo y no lo sabes,
me enseñas con tu sola presencia,
lo que es mantenerse en pie,
quizá más por costumbre que por voluntad,
pero esa pequeña costumbre es necesaria,
para voltear la moneda
y leer,
que ésto también pasará.


sé que son momentos duros,
que la vida nos jodió,
y vaya que si supo como,
te tengo tierno cocinando,
en casa de Shan con amor para nosotros,
y te conservo,
como un mantra
y te deseo,
que llegue la calma,
que esa libertad del alba,
te encuentre el respirar en cada renacer,
porque mereces bella vida,
descansar de tus castigos autoimpuestos,
de tu exiliarte de tu verso,
porque mereces la tranquilidad de éste día que me regalas,
al prometerte el nunca abandonarme.

gracias por el amor compañero,
por el abrazo que es un pasajero,
por dedicarme adoraciones,
y porque yo te adoro,
de ese dorado en aura que si vale,
el espacio en libertad que es amarte,
con tu delicada imperfección de lo perfecto que es tu ser.

























 me enamoré del río y de la calma, del sudor fresco que destilan mis albañiles, del café, de la fruta, de mis hijos. me enamoré de éstas roc...