No todos los muertos fueron mis amigos,
pero sé que soy amigo de todos mis muertos,
de parias,
condenados,
de mis ahorcados,
de...
porque mis ojos son tan lindos como un epitafio.
No todos los muertos fueron mis amigos,
pero sé que soy amigo de todos mis muertos,
de parias,
condenados,
de mis ahorcados,
de...
porque mis ojos son tan lindos como un epitafio.
anoche pensé en escribirte,
una oda,
una elegía,
porque si bien te he tenido en el cuerpo,
te he tenido en el alma,
en cada zurco,
en cada tacto,
en cada orgasmo,
en cada llanto.
-Hola cómo estás
Hola,Pues, me duele reír, lo cual es buen síntoma porque puedo reir... Una amiga me dijo lo siguiente "Ay, Eka. No sé qué decirte. Me llegan muchas cosas a la cabeza. Una, qué valiente. Otra: ¿De dónde surge la necesidad por la defensa? El riesgo que corres. Lo mucho que te expones."
Y sé de dónde, hace algunos años asesinaron a mi mejor amiga, la volaron, quiero creer que la. Única forma en que pudieron hacer que callara es rompiéndole la tráquea, porque vaya si gritaba...
Y te digo que me duele reír, pero es bueno, si no hubiera salido a fumar, si no hubiera escuchado a la chica corriendo y llorando o si lo hubiera hecho
Y no hubiera salido
Y no. Hubiera bajado una cuadra
No habría visto a ese we sobre su novia, ahorcándola
Y pues quizá no podría reir
Aunque eso no doliera
Duelen otras cosas, más que la risa
Duele pensar, que es necesario imaginar si hubiera habido otro modo, de convencerlo que esa mujer joven, que decía su novia y a la que el. Seguro asegura que ama hubiera podido decir algo
Que cambiara el desenlace
Que hubiera movido su eje, a un diálogo a un lugar razonable y hubiera entendido algo, que hiciese todo distinto
Y pues, duelen más cosas, el complejo de Estocolmo
Duele saber que podía haber "ganado" duele pensar que si yo "ganaba" ellos regresarían a la misma casa con un tipo aún más furibundo
Y que eso, también sería su sentencia de muerte
Duele pensar que decidir, no recurrir a la. Ira imbatible, irracional, absurda, era necesario
Duele que él no pudiese controlarse,
Duele, que sentí miedo y hace mucho nl sentía miedo, y lo curioso es, que cuando el vio esa cara, en el momento que empezaba a desvanecerme, sintió, no compasión, sintió su propia monstruosidad
Y se arrepintió, grueso
Que se asustó de si mismo y sabes, duele porque yo he visto ese rostro que yo puse en otras personas y me ha asustado ver esa sombra en mi
Y entonces, quedamos fascinados en el mismo reflejo
Sabes, duele un poco, que me haya dicho gracias, por intervenir,
Y que inmediatamente me haya abrazado en un, gracias por no dejar que la matara
Recogió mi cel, y me lo dio
Duelen muchas cosas
Pero, me gusta eso, que me duela la risa
Porque hoy puedo reir
Y sé que él no...
Je, creo que copiaré y editaré esta reflexión
Es curioso sabes, eso es bien raro, siento raro esa parte de sentir que la banda me admira, pero, quizá si no hubiera visto ese sitio en el que él y yo, coexistimos, reflejados y fascinados, quizá si aceptaría ese "reconocimiento" o "valor"
Que me dicen
Enviaste
En realidad él y yo no somos distintos, o no mucho y pues, recurro a camus
Virtud o maldad, son azar o capricho
Es monstruoso, ver ese pedo
La paradoja completa
he tenido la idea de escribirte desde hace mucho,el último mes he estado más distante que de costumbre, entre el trabajo y mis ausencias no he podido acercarme, ya tienes once años, y he pensado ésto, escribirte para decirte desde mi quién es tu padre.
Estoy en Oaxtepec, mi vida ha sido el último periodo un cúmulo de evetos azarosos que me han llevado a dar algunos saltos de fe, si yo que no creo que ningún dios creo, irreductiblemente que la fe, es un elemento salvador del sinsentido de mi vida. Fui a la ciudad de México el miércoles pasado, con algunos objetivos tangibles y algunos que voy buscando en cada viaje, siguiendo el azar y las busquedas de mi corazón me he alejado de ti, me cayó un trabajo con Karla, ella estudió teatro, pero se dedica al arte del performance, lo que eso signifique, hay ramas del arte de las que no soy muy partidario, por la falta de escrúpulos o la forma en que ese término que en mi está enfocado a explicar el acto de la creatividad humana, se vuelve en el mejor método para vender cajas chinas, el arte en las galerías entendí que es el arte del engaño, por eso me alejé de ello, la falta de ética y escrúpulos que hay en esa esfera me han alejado para hacer, las cosas en las que creo, y en las que creo con el corazón en la mano, uno de mis mayores reproches a mi mismo es no haber empezado a hacer éstas cartas antes, pero, has visito mis fotos, y algunas veces personas que otros definen en estado de locura se me acercan y me permiten retratarles, me muestran sus heridas, me comunican en el idioma que en su peculiaridad hablan algo que no logro traducir, también habité ese espacio al que por ahora llamaremos locura, y si bien no creo en el arte de galería, creo que esa conexión también la siento con Karla, por eso me gusta documentar los procesos que lleva. pude hablar con varias personas, con Álvaro, él me enseñó de la poesía la responsabilidad con la que se quiere asumir, lo que se entrega, de forma material y tangible cada letra, así empecé a escribir desde la esperanza, le agradezco, más que lo técnico la dirección a la que me llevó.
vi a una curadora de arte que tiene problemas en sus proceso creativos, y creo que le intrigan los míos, no entiendo bien, supongo que en su imaginario represento algo que en su bloqueo creativo le signfica algo, cené bien, caminpé mucho, me reconcilié con una ciudad que ya no anhelo como un sueño de libertad, vi a Kai, a quién amo, como a ti, tu existencia me ha hecho mantenerme sobrio, la asuencia de tu abuelo en su ir y venir, me hizo no querer darte un padre como él, es un repreoche fuerte que me tengo, así que mi vida se ha vuelto aleatoria, me he hecho de buenas amistades, que hacen en aquello que creen, y que muchas veces cuando no creo en mi, me han ayudado a mantenerme, porque han creído en mi. tengo pocas aspiraciones, materiales ninguna, una cámara, una mejor computadora, pero en éste afán poco hambriento de anhelos materiales, me he hecho de algunas certezas, mi vida tiene una premisa, el día que me encuentre de frente a la muerte si existe, aunque no exista, porque hoy existe en mi, le preguntaré, fui digno? y espero que diga que si, así que busco actuar esperando ese momento, y sentirme tranquilo, de haber vivido no recto, si curvo y flexible para entender que cada momento tiene sus peculiaridades y sus reglas, y que éstas definen que es lo correcto o no por hacer, recientemente en mis anhelos he encontrado algo, mi visión a futuro, y la certeza que quiero dejarte alguna certeza material que logre mantenerte a salvo de algunas carecncias, carencias que llevan a algunas esclavitudes, y quiero que seas libre, de hacer, decidir y ser, así que estoy aquí, sentado escribiéndote por un salto de fé, porque si bien no sé que estoy haciendo, ésto le da la existencia a mi vida, estoy en oaxtepec, en el estado de morelos, un sitio en el que se construyó el primer jardín botánico, que haya registro, incluso antes que países que llaman desarrollados, o primer mundistas, aquí estoy en la VI caravana de búsqueda de personas desaparecidas, rodeado con personas que han perdido a alguien, aquí donde se sembraron semillas para el primer jardín botánico, mañana escarbaremos la misma tierra, para buscar la esperanza de un encuentro, de un adiós, de un descanso, es muy complejo explicarlo, porqueme he cuestionado mi mayor miedo en ésta vida, que sería un día siemplemente no saber de ti, aquí entre el dolor he hallado la hermandad y un confort extraño que solo sucede entre aquellos que tenemos duelos y pérdidas que son tan absolutas, aquí estoy eligiendo mi camino, escribiéndo para ti, porque te amo, y quisiera saber cómo explicarte quien soy y porque soy y a veces porque no estoy.
te ama tu padre,
infinito es el viento.
doce de octubre día de la "raza"
vivo en una colonia con el nombre de un médico cuyo aporte fue descubrir la cura para la lepra manchada, así me digo que vivo en la ironía, entre la progreso y la revolución, si bien ya no salgo mucho a ver a la pandilla, porque la mayoría de mis compas de generación están muertos, somos una colonia de leprosos, te digo, vivo en medio de la ironía, justo en el sarcasmo. éstas calles me han forjado. por primera vez en una larga etapa dormí más de 8 horas, bebo mi café y abro la puerta para ir a la tienda, hay como seis patrullas y una ambulancia, ni un solo ruido de sirena. el pedo no iba conmigo, pero si hay algo que se aprende rápido es que la ley es algo distinto a la legalidad, acá las normas son unas que las constitución del país no conoce, aquí o en cualquier barrio, con sus distinciones y léxico distinto, así que postergo mi viaje por cigarros.
Hace una hora que estaba durmiendo a Kai, nuestro ritual de sueño cuenta con varios círculos, generalmente le pongo música y en sus caprichos aleatorios me va pidiendo que le cambie la canción, entonces me empiezo a hacer el dormido para que ella me siga, pero se ha vuelto una hábil niña en el arte de embaucarme para no dormir, me pide el brazo, el izquierdo, que secuestra indefinidamente, se acomoda, me dice, te amo, cuando más dormido me hago para corroborar que sigo despierto, me delata la sonrisa, pero antes de todo eso ella dice "había una vez" y empieza a contarme un cuento que no tiene pies ni cabeza, pero que varía de personaje, ayer fueron leones, hoy yo le conté un cuento de una nube que no hacía caso a su padre y se perdía en el bosque de nubes, hasta que su padre la encontró y se abrazaron, no le gustó, soy malo para las moralejas, así que me pidió otro cuento, le conté de una nube camaleón, que se transformaba en águila y en dragón, que se fue a la cima del mundo para ver si era redondo, éste cuento no tuvo nudo, pensé que sería mejor decirle que regresó con sus padres y les llevó regalos, que los abrazó y les trajo muchas historias, me pidió que lo contara de nuevo, detalles más, detalles menos, entre la música que empezó siendo thank you de Dido, y se siguió con un playlist de cantantes gringas de los dos miles, con Sinnead O Connor, y nothing compares to you vi tu notificación y empecé a trazar una carta para ti, que te alborotara las neuronas, pensé en mi lengua, pensé en la tuya, en tu útero... y por alguna razón me pregunté si existía un idioma universal, así va mi mente, pensé que el silencio podría ser el único idioma universal, supongo que la ausencia existe aquí o en marte, y que su forma de interpretarlo también es el modo en que interpelamos ante el mundo. pensé en tus silencios, en tu duelo, pensé en mis silencios, en los que vinieron después de la muerte de lupe, (mi primera novia) y lo desconcertante para quienes me pretendían, pensé en los miedos, y los anhelos que conllevan, también su carga volátil de imaginar posibilidades y el negarlas para que la vida no duela, la existencia no duela, para que el silencio que es esa ausencia con la que solo se pueden establecer monólogos internos y diálogos con los anhelos que se cargan y el repudio a ellos, porque también sé que guardar silencio es guardar mucho.
terminó la canción de Sinnead o connor, y kai me dijo te amo, sonreí y delaté mi habitar despierto, me volvió a pedir leche y que le picaban los mosquitos, ganaba tiempo a nuestro ritual antes de dormir, hace algunos berrinches que fui mediando, desperté con la idea de escribirte y el coro de Underneath it all.
encendí la compu mi penúltimo tabaco y me puse a escribirte, y pienso en tus silencios, y las palabras que traza tu mente y en lo embelezado que quedé a tus ojos cuando me saludaste y yo no entendía bien el articular de ningún idioma. pienso en que te ronda también una época compleja, y que solo puedo acariciarte la mente y darte cuentos sin nudos para que cuando éstas letras regresen puedan traer historias.
te escriben los ojos que encandilas.
Eka
"mi madre tiene 91 años y su mente no es líneal, su tiempo es libre"
cada objeto que me rodea contiene una carga o un peso, algunos lo yuxtaponen con cierta levedad. ese peso es externo y ajeno a lo que representa para mi, el primer ejercicio en el taller de Elvira Santamaría, fue exponer un objeto que nos desagradara, pero que conservamos. cada participante del laboratorio mostró su objeto, y si bien cada uno fue distinto, había constantes en su origen o significado y en que contenía para el poseedor, una tensión simbólica. mi Objeto, entre la duda, fueron las aretes de oro que pertenecieron a mi Abuela. Tensión simbólica te digo, ¿Cómo alguien que ha fotografiado desde la resistencia antiminera lo que precisamente puede dejar de existir, a causa de ese oro a veces, usa esos aretes? Me han causado infecciones y me empecino en usarlos cuando nadie me ve.
Tensión simbólica... Mi abuela murió de cáncer en la aguda carencia de éste sistema, que desecha, aquello que no produce, a aquellos que no le son útiles, que escupe a lo que no es utilitario, justo como éste sistema escupió a mi abuela, por vieja, por cancerosa, así ha escupido ese lado de mi que busca crear Arte por si mismo. Tensión, Simbólica, cómo despojarme de el único objeto de valor que poseía mi abuela y que terminó en mis manos. No, no me despojaré de esos aretes, pero a través del laboratorio entendí cómo identificar esa tensión y despojarla, entenderla, resignificarla.
Resiliencia, así, sin más el tema del laboratorio... Resiliencia y cómo los procesos creativos ayudan a forjarla, entenderla, estructurarla y reestructurarla, alimentarla y poder dotar no del poder ajeno que nos da la búsqueda de resistir para demostrar y exponernos como seres que resisten a los embates de la vida uno a uno, esperaba una fórmula, una metodología estructurada y no en la respuesta hallar, más preguntas, pero si hubo algo que entendí después de el taller, es que estoy demacrado desde la idea del goce, del disfrutar, y poder reivindicar la idea del placer es en si ya una forma de re-existir, más que de resistir.
En el tiempo de lo utilitario, en el camino que nos enseñan que todo debe tener sentido, orden, un plan, una meta, en ese discurso cuestioné en un principio la idea del performance, al sentirme inscrito en ese pensamiento, fue cuando redescubrí la rebeldía, esa, la necesaria para darle significado a todo objeto que estaba en el proceso de la pieza "macuilli" cinco veces cinco, hilos rojos, en el piso, que bien pudieron ser 25 de mis ancestros con sus destinos rotos y no los de Elvira, una mesa redonda, donde inició el mundo, un volcán de barro que se abre para contener agua y un sinfín de números, que van al infinito, en dos, tres, diez idiomas distintos, pegados por ese barro primigenio sobre una mesa redonda en una pared blanca de la facultad de danza, que atraviesa todos los números, que son cuenta en una línea, algunos desfasados, cúspides de muerte o quizá de vida, llegó un número y Elvira dice, en una sala con tres testigos "mi madre tiene 91 años y su mente no es líneal, su tiempo es libre" y todo, aunque no tenga sentido, tiene sentido.
vivo caminando una cordillera de sueños,
bordeando y sorteando aquello que no deseo,
aquello que no te deseo,
porque siempre he sido el teequivocas,
el siemprelacagas,
el buenamante de los malosmodos,
y aunque me han dicho amor,
y ha sido honesto,
a veces no he creído, a veces no he querido,
y las duras que duelen cuando maduras,
son las promesas que no supe mentener.
vivo caminando en el valle de los muertos,
de los amoresmuertos,
de los idealesmuertos,
de los asesinados,
de mis asesinadas,
y la que ya nunca apareció.
a veces me hago mi enemigo,
y en esos días es difícil abrazar
la belleza y su intermitente inmensidad,
estoy cansado de pedir disculpas,
incluso de algunas culpas que no me pertenecen,
de las cosas que no supe decir que no,
de algunas que dije, va, si.
Pero no basta con cerrar los ojos y decir, estoy cansado.
he errado en lo correcto,
mis modos nunca han sido prudentes
y mi palabra aunque afilada no siempre acertó en la diana.
dejé la pluma y la letra intacta,
para poder leerla y tragarme mis palabras,
no siempre fueron del ácido que se esperaba,
pero casi irónico que solo de las más dulces me arrepiento,
porque esos sentires eran ciertos,
y releer me hace ver que creé un panteón de palabras,
de amor,
de las que soy el único que sigue llevando flores.
también entiendo en esa parte que participo en ser constante,
porque me acerqué, y me cerqué en ideales que están dos pasos más allá,
de lo que puedo dar.
también me pude enamorar de dulces creativos fantasmas,
puse en nombres ilusiones
y me dediqué a amar.
mis amigos dejaron de creer en mis letras,
mis amantes se cansaron de esperarlas,
mis sonidos se hicieron huecos,
en los recovecos de las alcobas que habité,
de las que pude huir.
no siempre he sido un paria,
antes de abrazar ese destino en realidad tuve sueños y deseos,
de los que yo quería habitar
habité algunas felicidades propias,
me adueñé de algunas antes y hasta llegar el cansancio.
habitante pasajero,
dueño de la soledad,
caminante de brújula imantada,
sin saber adónde ir,
el intenso,
el fraterno,
el que ya no quiere discutir,
si,
a
todo.
tiempo no me falta,
vida ya me sobra,
para que siga ésta obra de vivir.
Jamás sentí tan dulcemente roto el pecho
y solo queda agradecer,
por las noches y la compañía,
por la claridad y por el cuerpo,
agradecer el anhelo,
agradecer al deseo,
por la sinceridad,
por el cuidado,
por el cariño,
por el nudo desnudo de mostrarme sin piel,
por la honestidad,
la disparidad,
por el cariño mutuo que no se conjuga en un nosotros,
por la templaza y la credulidad,
por la calidez,
gracias a las noches compañeras y a la escucha,
por la espasmódica verdad en que no soy lo que tu buscas,
por saber que poco busco
que poco ofrezco en ésta villa llena de pasado,
tan carente de futuro,
tan colmada de presente.
Gracias a la gracia que te colma,
al camino,
al andar.
si pudieras elegir vivir un momento de nuevo, con la piel, el tacto, lo harías? cual sería? estoy viendo una película cursi y me llegó esa pregunta al salir a fumar, el anhelo, le dicen, re gresaría al primer beso, el primero que elegí, el primero que yo decidí, y sería a Lupe, mi vecina, después de esa sabia decisipon, entiendo porque se fue aún nmás mi seguridad, se fue con las primeras paladas meses después, sobre ella, ni siquiera estuve ahí, no sé qué hubiera hecho, recuerdo poco, solo que tenía 13 años, y me dijeron saliendo de la secundaria que se había muerto, sin tacto, de golpe, certero, como debía ser... ayer cumplí 35 años, y ha sido el peor cumpleaños de mi vida, debería estar acostado con kai, mi hija, en lugar de fugarme de ello, no me atreví a hacer mi texto anual de balance, ni siquiera me atrevo a enfrentar lo que pasa, mi vida es un cagadero en lo que me importa. y lo poco que ha dependido de mi lo he llevado al límite, estoy cansado de buscar a la muerte, cansado de vivir y es justo y está bien.
para mi desgracia, ahora que tengo motivos para vivir ya no lo anhelo, me da una infinita pereza mi presente, la falta de logros tangibles, la falta de autonomía, y si pudiera evadir todo eso, regresaría al punto exacto previo a mi primer beso, al que llegué decidido, con temple, ese que yo pedí y me diría, No.
la fui cagando de forma sublime, no había gran guía, todo improvisado, todo meco, todo idiota, necesitaba pertenecer y nunca me adapté al barrio, pero quería encajar, no sentirme solo, como en la casa, como en ésta casa ahora azul llena de parches, y capas de pintura, estabamos cuarteados, cada quien se salvó como pudo y donde pudo refugiarse, mi hermano no sé, lo desconozco desde la pubertad, desde su pubertad, no sabía que a los 11 ya estaba deprimido, mi madre se enfocó en el trabajo, y está bien, yo pues, hallé las drogas y en ellas la compañía de los rechazados, nunca me sentí hasta entonces tan parte de algo, quizá despúes de golpear a mi padre y que él me golpeara y el barrio me diera la espalda, nunca volví a sentirme cobijado, me volví un despatriado, uno con suerte, tuve que dejar a los pocos amigos que hice cuando debí dejar de consumir, hubiera querido morir ahí, la agonía de vivir sin drogas es algo que no le deseo a nadie, a nadie...
dejaría mis "logros" por volver a vivir? solo hay dos, a medias y uno que no podría dejar y es ser papá de Kai, con Balam he sido ausente, omiso, casi que no soy su padre, pero está bien... si no existiera ella la responsabilidad de estar aquí sería casi nula, enamorarme de la vida y luchar por ella casi que suena a que vale la pena. he vivido de más, hay temas que no tocaré.
ni siquiera antes volvería, volvería a cuando aprendí a decir si y no... ya no quiero la sensación en el vientre que tengo después de tener relaciones, el hueco, el vacío... no sería un gran sacrificio, si lo piensas, todo sería distinto, pero, seguro habría un anhelo, del imposible, de la única persona que me hace feliz, en mi cómoda vida de mierda, de miedos... tu qué harías? de dónde reiniciarías tu vida, la reiniciarías?
quiero retomar el espacio sin prisa de la risa,
no tener que huir de mi mismo,
quiero no escapar del dolor al placer,
caer del placer al dolor,
ver la hora y salir a prisa
a aprisionarme fuera de la habitación,
porque la humedad de la ropa no es poca,
si mi cuerpo está seco,
si mi corazón de kamikaze ya no decide caer,
por voluntad,
en picada.
y éste pecho ruge,
aúlla el embrujo para partir con la luna iluminando el camino,
el sendero,
y no importa,
y mi pecho ruge,
embrujado,
para partir, lento en el tiempo
que éste no escuche.
porque cada día me cuesta más vivir,
quiero abrasar con lo que queda de éste fuego el amor que conservo,
a veces viene ese desamor en venganza a cobrarse la renta
y días como hoy que manejo bajo puentes y flores y lotos,
y veo la luna,
amarilla,
distante,
y me aíslo en el silencio,
me aisló en lo turbulento de ésta laguna,
mental,
tan cuadrada.
a veces mi pecho aún aúlla con el poco amor,
en el clamor de éste dolor ausente,
y no caen los párpados y se quedan parados al borde de éste oasis hueco del vientre,
cuna de espejismos para el que tiene sed de huracanes,
pero ya solo soy tormenta,
de arena.
tengo roto el silencio,
y el caos que me habita no halla el hilo,
para asirlo antes de que llegue el crepúsculo,
y la noche me acribilla,
con sus estrellas y ausencias,
distancias,
carencias,
y mi saliva ya no es como una bala,
mi lengua pierde el tiro de arquero
de asestar en el pecho y atravesarme en él en el lecho de un abrazo
y solo quiero cambiarme de ropa,
de ciudad y de nombre,
cambiarme de amor y abandonar lo que amo,
justo como me tocó a mi.
cambiarme de bando,
habitar una oficina y una camisa,
tener las certezas que escucho
y que nunca he tenido,
o de ser realista nunca he querido,
pero mi corazón ruge,
y me voy lento refunfuñando al abismo del tiempo,
mi corazón ruge
y me voy lento abrazando la paz del silencio a casa.
He perdido el sentido, nunca he tenido rumbo, pero siempre ha sido claro a los lugares a los que no he querido ir. me fui conformando para hacer de mi palabra mi vestimenta, para que mi lengua fuera mi alma, de algún modo me cansé de hablar, de decir, de buscar en la palabra dar confort y aliento, dar.
ya no sé si son las muertes, en que cada una se ha llevado algo, ya no sé si son las mil vidas vividas en una sola que me han llevado al cansancio, al hartazgo, al hastío, a veces creo que las mujeres que más amé en esa balanza de reciprocidades se han vuelto aquellas que más me odian, y les fallé, y me fallé al no ser lo que ellas querían de mi o en el existir diario.
solía hacer recuentos alegres cada año, donde en cada pérdida retomaba algo positivo, un hálito de esperanza que me diera un espacio para soñar, para creer que la vida no nos había arrebatado nada, que la oportunidad diaria de un renacer era lo importante, viví a mi modo, lo sé. pero hoy entre las carencias de olvidos llegan a apresarme los recuerdos recrudecidos de la felicidad y poco más el contraste en el arrebato de su finitud, y mi responsabilidad en esa ausencia a lo pleno. porque sé que he perdido el tiempo tratando de olvidar, la más grande ironía de decir olvido es recordar.
no pretendo hacer un recuento de lo que me duele, eso solía ayudarme a darme la esperanza de ser un sobreviviente, de decir, he vivido y nadie podrá negarlo. Y si he sobrevivido, de tanto y tantas, incluso a pesar y en contra mía. sobreviví al frío, a veinte días de pulmonía, a otros inviernos, sobreviví al casi rapto de esa amable señora que me quería llevar a pasear, sobreviví a mis propias travesuras y gracias a otros reflejos que frenaron a tiempo, a mis escapes en bicicleta, a mis borracheras, a un pazón de coca, sobreviví a un incendio, que yo provoqué, a esa gana de niño de ver todo incendiando, sobreviví incluso a mis miedos, al amor, al desamor, a la sobredosis, a la falta de sentido, sobreviví al narco, a los policías, sobreviví fotoperiodista en un estado en guerra, sobreviví a choques, a pistolas, a asaltos, a suicidios a ausencias a saltos, sobreviví a la muerte de los que amé, de las que amé, a la muerte del amor y a mi instinto suicida, no sé cómo, pero sobreviví a 55 pastillas de medicamento controlado, sobreviví a la depresión, al alcohol, a las monas, con reflejos en la bicicleta, con calma de no huir al ver a esos tipos con machetes, a la amenaza, a lo cotidiano, siempre he sido una brasa encendida y casi siempre supe qué decir cuando alguien se iba y confortaba a los que se quedaban. sobreviví a las lenguas de serpiente y las de seda, a encontrarme en esa majestuosa monstruosidad con un espejo y ver lo sublime que es ser un monstruo, a mi rodilla jodida, al anexo, a la puñalada en el vientre, creí que esa jodida valentía de salir casi ileso, ajustar la latitud de la sonrisa y andar no se acabaría, pero siempre hay algo que apaga la sed que busca beberse todos los huracanes y hoy no sé cual fue.
el año pasado se suicidó noty, también monse, los policías mataron a jerry, varios más, así y asa.
quizá el sentido de éstas letras no es más que buscar un recuento absurdo que no abuse de la ironía del olvido, cada día más distante, cada día más incrédulo, cada día me siento más torpe en la augusta falta de sentido, porque dejé de escribir al ir siendo bloqueado de los lugares donde tenía sentido escribir, dejé de acomodar mi cámara en el cinto y salir a mirar mudo el mundo.
perdí la gratitud, en mi ingratitud, en la ciega necesidad de cuidar lo que queda del corazón, que tiene ganas de andar el camino para partir a enterrarse en el lodo, y buscar un renacer en el ser uno con la nada. pero no, el vacío ya no me atrae, y me acerco al precipicio y ya no siento la adrenalina tensa de querer saltar, y ante la vastedad y magnitud de lo infinito, solo se me ocurre escupir al infinito.
quisiera darte palabras que sanen o una carta que te entregue como solía ser un yo, la esperanza, la vida, la muerte, pero poco hallo cuando requiero ser profundo, a veces me habla el mar, a veces escucho al viento, a veces solo ponía mi mano en el pecho y cerraba los ojos, pero tiene tiempo que no me atrevo a ponerme en los rituales que me acomodaban el espíritu. solo sé que cada día que creo en menos creo en ti, y agradezco que escribas, que leas, que escuches, que estés con tu corazón roto y desmenuzando las letras precisas para buscar entender, porque tienes mucho que decir, o tengo mucho por ver, desde ti.
siento pulsiones de amor,
pero no sé hablar de amor sin ser tirano,
dictador,
esclavo,
quiero decir amor sin decir cadena,
sin decir quiero ser y poseer,
para ver,
que me he sometido a la esclavitud de las dictaduras invisibles.
quiero decir amor,
no ser omiso,
quiero sentir amor
y no ir a las charlas,
y grandes cátedras de poesía,
a escuchar en las tertulias,
como dicen ambrosía con la seductora voz de la alegría,
inocente, de esa misma alma mía que me guía
a hacer lo mismo,
ser uno hegemonía,
privilegio,
pero,
tampoco quiero ser esclavo u oprimido,
por ese dual camino he decidido no decir amor.
hoy que me reprocho,
rechazo y me río,
y que la culpa de la libertad,
de manejarme en la otredad de no decir amor,
poesía,
tertulia o ambrosía,
que mi mente me guía para no saber decir amor,
sin ser dictador,
esclavo.
perdí mis límites y cedí a caprichos,
me olvidé de mi estando en par,
me puse en un mal lugar,
después,
se me culpó de todo
y yo me tragué las culpas,
algunas que no entendía,
otras que no debía,
y ahora solo me reprocho de las que no me pertenecen,
y parece que perecen en la aliteración de mis patrones,
que me provocan rebeliones,
que me provocan.
la vida me ha guiñado el ojo,
la disciplina me ha venido bien,
me recuperé de la rodilla,
he vuelto a saltar,
a reír,
a no prestarle atención a las malas lenguas,
y aprender de nuevo a no tomarme tan enserio,
a abrazarme en soledad,
decir criterio,
a dejar lejos a quienes quieren obligarme a ser,
a hacer,
a tomar partido,
fracturar lo herido,
he decidido tomar café,
fumarme mil tabacos,
roncar como león sin que nadie me moleste,
dormir solo.
después de decir amor me lavé los dientes,
acaricié mi frente,
me toqué mi vientre.
I
EL SEMIDIOS
Entrar a ese cuarto era la prueba final, las hilanderas tejían en videotape, tenían sus gorros negros con los que no se podía ver sus rostros, con su dedo índice y medio cortó una cinta, la que veía atenta y consternada, solo podía intuir su expresión, la primer hilandera gira, y me mira, ¿quieres ser un dios o un mortal? justo con la expresión protocolaria de quien está a punto de conceder un honor, el máximo supongo, ser un dios, o un mortal.
pero yo, rechacé ambas, saco el aire soberbio de nariz, ella exhala, decepcionada y me sopló polvo al rostro.
¿Qué se espera de un ser en rebeldía?
Desperté.
II
ESTADÍSTICA
La primera hilandera con un giro del cuello advierte mi presencia, siguen de espaldas, la segunda observa, asombrada un videotape, saca un aire de su nariz y ríe apenada, asombrada, sorprendida "a veces nos equivocamos", me mira con la cinta en sus dedos, y con movimiento de tijera, percibo sus dientes asomarse.
desperté.
"a veces nos equivocamos"
En ese asombro, en ese punto en el que nuestras decisiones son nuestras, podemos escapar de las estadísticas de quienes dictan el destino desde el inicio, pero en ese punto ciego, en que tomamos decisiones bajo las que no estábamos determinados a ser, seres limitados, predecibles. Si, escapé del destino
¿escapé a otro?
III
DESTINO
Entro al cuarto, la tercera hilandera no ve ningún videotape, sostiene una cinta en su mano, me la ofrece "Puedes empezar desde el principio", la oportunidad de cambiar todo, "no es lo que siempre habías deseado" en su otra mano tiene un muñeco, exhalo ese aire soberbio de la nariz, ella sonríe.
despierto
sin saber si soy dueño de nada, tampoco sin saber si soy un dios o un mortal, sin saber si escapé de mi destino, o pude crear otro, no importa, acomodo el muñeco en los brazos de mi hija.
y la arropo.
los días lóbregos,
labriegos y sordos ocultan sus silencios,
pero algún día vuelven a brillar
y es necesario recordar,
porque la vida es así
y ésta, mi mala memoria necesita me-morar
viene la lluvia memoria niña,
es hora de ir a la cuna,
es hora de decir amor para no decir tu nombre,
y apagar la luz,
encender el espejo,
cepillarte los dientes.
viene la noche pasos de tigrillo,
es hora de ir a la mar,
en un abrazo de amar,
arropar el silencio para que duermas,
si digo tu nombre es la sonrisa,
si digo brisa es encender el alba
y la rosa de los vientos que te arrulla en calma,
amar de nuevo al despertar éste horizonte,
para verte renacer,
abrir los párpados,
sonreír,
recargarte en mi.
y viene el sueño a veces pesadilla,
me cuentas que te perseguían unos tigrillos,
¿de dónde sacaste esa tortura?
hoy que tu sueño es mi cordura,
pero otro día me despertaste,
me dijiste que bailabas con leones,
sonreíste y devoraste,
como nunca el desayuno,
el desatino en mi dislexia me hace que corrijas mis errores,
mis horrores,
que sanes los colores que han sido tanto gris,
y con tu risa tanta luz es mi contraste.
viene la tarde llega el hambre,
y el sigilo de la luz que enternece a la oscuridad,
porque la sombra no es mala,
y siempre existe,
porque la luz también ciega
aunque persiste,
y sin su policroma majestad no entenderíamos los colores,
ni su ausencia.
vienen los números y palabras desfilando,
afinando el pulso,
cabalgando,
viene mi hija,
viene niebla,
dulce susurro de la selva,
vienen ríos, ella es viento,
eres el mar en su inmensidad,
que me hace ver que todo infinito es pequeñito,
viene la parvada que anuncia la mañana,
viene tu pelo ondulando el mundo,
dando la ternura de tu boca a la palabra,
viene mi nombre papá eka,
viene la mágica continuación de mi, éstos días,
vienes en tus ojos diminutos,
vienes en tus aprendizajes infinitos,
a resarcir el miedo,
a quitarme la angustiante soledad.
cuándo cesará mi ausencia,
augusta silente demencia de paradojas,
ya me cansé de la ironía,
de ésta falta de sincronía vengativa,
que pone en renta mi vida,
o mi alma,
pero sobran almas,
y del profundo mar en calma no surgen para mi las espirales.
no sé que me falta para creer en mi,
o quizá si,
solo soy asintomático.
así que es buen momento para retomar la creencia
y credulidades,
me diré qué creo,
o en qué creo.
creo en el silencio que acompaña,
que hace de una maraña de hilos las palabras,
creo que la belleza y su fealdad,
en la mística maldad que me acompaña,
en la ternura lúgubre de los gatos,
creo que cada perro tiene porte,
y es distinto el distintivo membrete que lleva cada carta,
creo que me he faltado
me he fallado,
que creo que por no creer he descreído a muchos
y muchas,
que me dejaron dos gramos de fé,
creo que puedo hacer poesía,
no sé porqué tengo ese don,
que si bien he cultivado,
he podido desperdiciar sobremanera,
creo en el acto sobrevaluado de sucumbir de la templanza,
y creo que he aprendido más de mis cobardías que de anversos,
creo en universos,
y en pensamientos circulares,
creo,
que en ese 3.141516 está el círculo que no se cierra,
y que ahí habita mi cambiar éste destino,
creo en mis piernas cortas,
mi torso largo,
creo en mi hija y la esperanza,
en la fé y no creo en ningún dios,
no creo en la policía,
y a veces si en la poesía,
creo en la libertad de cada ave,
que se condiciona para el calor del sur,
creo en la armonía,
posibildad escondida de entopía,
y que la palabrería solo se esconde en los discursos,
creo en mi vejez prematura,
y en la confianza en unos pocos amigos,
creo que crear es un acto de magia,
y que en ese acto de prestidigitación
se sucumbe a la ambición,
o la falta de sentido,
creo en la sincronía,
aunque venga san judas tadeo a enseñarme las causas perdidas,
creo que cada día me asusta abrir los ojos,
y no tener más éste sueño,
de volver a renacer,
creo en el revolver que no me escupió el plomo en la cara,
pero no creo que mi mano blanda un cuchillo nunca,
como el que me rosó la piel,
creo que las preguntas pueden ser respuestas,
muy profundas e imprudentes,
creo que mi memoria es ciega,
y que me acomodo en los olores y el tacto,
los sabores y el acto,
de poder decir amor con la boca llena,
sé que dicen que tengo un don,
pero solo siento un deber,
y para crear y creer,
que no lo quiero poseer,
no quiero ser la pose que sostenga esa incongruencia,
pero no sé cómo vivir,
malvivir,
malparir la responsabilidad sin firmar la responsiva,
que me diga que todo paisaje tiende a desaparecer.
creo que nunca es suficiente,
pero a veces es demasiado,
creo en la cuerda floja,
y en la llama de las hilanderas,
creo que a veces se equivocan,
y se ríen agradecidas con una forma socarrona,
creo en la muerte,
que es la vida,
y la salida,
a nuevos universos
hay noches que camino
hace poco descubro que siento mucho coraje de la nada,
me estorba el ladrido de mi vecino,
o la calma con que camina el de enfrente,
me estorba el sol,
me quema la sombra,
a veces me sorprende que una mujer tan bella haya decidido tener una hija conmigo.
hay días en que me quema la lluvia
escribir desde el estertor del alma,
desde el enfurecido mar en calma,
desde el viento.
escribir con la vena rota,
con la ceja corta,
el pelo largo y la ceguera,
¿para qué escribir?
perdí el sabor y el gusto,
perdí el tacto,
la fe,
la confianza,
y por más que busco en rincones lúgubres donde hallarla,
no me siento solo y más que solo cuando callo,
yo que he sido vasallo del viento,
y ahora no soy ni poca cosa.
tengo los labios cortados,
coartados de la falta de templanza,
veo mi cuerpo y me asusta,
que llegue a ser lo que busca,
para darse cuenta que la vida estaba en otra parte.
pero no llego al fondo,
en ésta alberca del alma todo es nada,
de ésta bocanada.
no busco amor para hacer el amor,
no busco ceniza para hacer fuego,
no sé,
qué
busco.
y me hago bizco,
y tonto,
y ronco a medio día.
pero no estoy aquí más que para cantar ésta poca alegría,
te veo en el pelo de tu madre,
y a mi en ciertos gestos,
te veo en tus abuelas,
en mis abuelas,
te veo en todo esa falta de esperanza que le tengo al mundo,
y pienso que puedo hacerme una pizca de una sal mejor.
veo la luna entre las nubes,
escucho entre tu pecho al mar y al viento,
me disgusta ser violento,
que llega cuando se desborda ésta ira a la que le puse límites,
pero son diques para un gran río,
si hablo de amor hablo de mis promesas rotas,
en las que fuíme rompiendo el corazón,
esternón volátil de sillón sobre la luna,
descorchar una cerveza en la vastedad del infinito,
y derramar las lágrimas,
nunca quise hacer cosas de las que pudiera arrepentirme,
pero parece que caminar lejos de mi ya no es posible.
y cómo hay cosas de las que uno no quisiera poder arrepentirse,
también hay incomodidades que no me permiten la risa en los momentos buenos,
a qué altura del vuelo destrocé otros sueños,
yo que no quería llevarme a nadie,
me he llevado más que la calma.
la derrota sabe a promesa rota,
a fotos,
lotos
y pocos silencios incómodos que no expresan,
los silencios,
me sabe a tabaco,
a ron prohibido,
a llenarme la boca de palabras
de saberme tantas
para no usar ninguna ,
siempre nunca por no saber decir adiós,
o decir, quédate,
la cagué.
dije que no quería volver a escribir poesía,
y yo que sigo siendo el paria,
que paría con la punta de la lengua un universo,
pero ya no me creo,
ni un diez por ciento,
perdí la ambición absurda de un espacio mejor para soñar,
para rodar, andar, caminar silencios
la derrota sabe a llanto,
que me rompe el canto,
y a éste tabaco lánguido que no me quiero acabar,
me levanto con el vacío del espejo,
sin el ánimo de renacer.
mi rostro sigue siendo un diario,
de asesinatos,
estadísticas,
promesas electorales.
una coche bomba explota,
dos albañiles evitan un asalto,
una vacuna que ha fallado,
y el sistema de castas sigue haciendo prioridades,
y yo,
¿yo qué?
pero la realidad es que mi irrealidad nada lee,
nada sabe,
nada existe sin final,
y todo final es previsible.
pienso que no me mataré,
que me falta valentía,
y me sobra insomnio,
que seme acaba la paciencia,
que me explota éste demonio,
que soy,
por eso quiero ser cada vez más humano
para ser más raciocinio, menos sueño,
y poder volarme el seso,
poder explotar en sexo,
pero no.
pero,
humano al fin,
sigo sueño, sigo roto,
sigo poco a poco buscando fotos,
archivos, otros,
mundos posibles en los que existí.
me falta un lente y una calle,
una media noche pa jugarle al kamikaze y terminar abrazado a un poste
con un vato fumando crico y dándome un coaching del fracaso,
y creer que también como él sigo siendo afortunado,
acá ya todo está muerto,
donde nunca pasa nada.
siempre quise dejar éste traje sin arrugas,
sin un polvo extra,
sin una pelusa en la solapa,
pero me fui entregando tanto a la muerte,
que me quedé sin vida,
y solo se me frunció el ceño.
quise,
dejar mis ojos estériles con los estoperoles francos de la juventud,
el oropel de los dientes, y su brillante lustre,
dejar,
la sedosa suavidad de mi piel sin escamas,
te digo,
siempre me he querido morir,
aunque muy pocas veces me he intentado matar,
y resulta que cuando eso pasa solo pesa
y me estresa que en realidad,
no pasa y me caga,
despertar,
con dolor de cabeza y una cruda de realidad,
de haber hecho un desmadre,
de haberme llevado al taxista,
al optimista,
o al que creía en mi entre las patas,
o no, también quedarme un poco ahí cada que no me voy,
pocas veces he buscado matarme,
pero varias si he buscado morir,
para mi desgracia kamikaze, la suerte se hizo costumbre
y la costumbre experiencia,
y a veces cuando veo los guiños en las películas,
adivino los finales,
y me ahorro las historias
y las histerias,
y me pasa que me cansa,
el conocer a las moiras
y las alcurnias,
los ghettos y los panfletos,
y leo todo entre líneas,
las líneas más crueles de éste imperceptible imperfecto,
y me alejo de algunos quienes fueron amigos,
y me acerco un cigarro,
y brindo por los cariños fraternos que conservo,
es curioso,
la ironía que fue de verme siempre en las calles,
es ahora que si me ves seré tan fugaz que vas a pedir un deseo.
y despierto desierto, después
de no morir o no matarme,
triste y crudo de realidad,
y solo,
y me lavo los dientes y tiendo la cama,
me busco en las endorfinas tétricas del nihilismo,
y me aviento a valer verga o a dormir,
lo que me de la gana,
me aviento a callar y fallar,
pero para entonces mi cuerpo me pesa,
y el sexo,
y los párpados,
y los sueños,
la imaginación,
y me pesa que se me pase la vida en un cigarro,
tanto que ya ni reto al policía ni al taxista,
que me cansé de putear muros,
duros rostros bastante inmaduros reflejados en mi ira de risa,
porque me cansé de ir tumbando dientes,
porque nunca se me acabó la suerte,
pero entendí en el hartazgo a verme en el ejecutado,
porque quizá,
en el fondo,
aunque me veo en él,
quisiera yo jalar mi gatillo y escupir mi cien al pavimento,
con una velocidad en el vacío de 9.8 metros sobre segundo,
pero no se me cae la cabeza a explotar como fuego artificial en el pavimento,
y solo se me cae el lapicero,
o el vaso de agua,
y en mi descuido dejo caer mi esperanza,
y no,
no ejecuto,
porque en realidad el que busca motivos para vivir soy yo.
siempre quise dejar mi cadaver,
exquisito,
jugoso,
radiante,
lutroso,
siempre me gustó jugar a la suerte o a seductor con la muerte,
para quejarme por costumbre,
reírme con cara de viento en la lumbre,
pero ya de seducir a la muerte me salieron llagas,
y muchos cansancios,
porque la vida me ha sorprendido tanto y tantas veces,
que se me apagó el fuego y la gana, me salieron canas,
y dejé de pelear,
con el taxista y con el microbusero,
porque a mi el punk me falló primero,
antes que la rodilla,
y mi mayor anarquía se volvió no matarme,
y en mi entrega involuntaria,
me mantiene la experiencia más que la voluntad,
porque la mayor pérdida no es para mi lo que venga,
es para otros que yo me vaya,
dejando pendientes,
de oro,
diamantes de ojos,
si algo entendí con mis muertos,
es a no querer dejar los pendientes,
si no muero o no me mato,
no es por mi,
es por mi madre,
por mis hijos,
si no me mato,
es porque aún hay quien me ama,
y me calma y me abraza,
y me siente con fe,
porque yo dejé dejé de tener en mi,
y les creo un poco,
y quizá aún tengo mucho por hacer,
y vivir,
resisitir,
y sigo escribiendo en contra mía,
para entender la alegría,
que me colma,
por ir sonriente abrazando ésta ironía,
de seguir,
intensa y jodidamente vivo,
Tuve miedo, justo como debía ser, justo cómo se antepone ante todas las decisiones importantes te digo, pero también había mucho amor en la...