he encontrado en la voz de mis abuelos mi voz,
en sus ojos mi risa,
en mi risa su llanto,
en el canto de cada vertiginosa arruga de sus manos,
la conjunción ciento veinte de los sexos,
y quizá más
tengo la duda de los rostros,
de como atravesar el mar.,
del saber o no saber amar,
lo veo en sus sombras,
del kamikaze,
del méndigo,
del cobarde,
del que viajó rostro negro sobre el lomo de los trenes
y más,
el que abrió caminos,
de aquél que perdí hasta las letras del río,
por no sabernos dar un nombre.
y quizá,
en cada pliegue de mis dudas,
tengo más respuestas de mi piel,
por que soy en cada yo uno de ellos.
me descubrí creando leyendas de fantasmas,
enmascarando en cada greca de mis ojos
los ojos de un extraño, que amo por ser parte mía.
reivindico el abandono,
a la vida y la muerte,
en escrutinio de mi mente lo que fueron y serán,
y quizá,
seguimos siendo nadie,
pero seguimos siendo todos,
en éste cuerpo que me habita,
para entregarte la vida,
los que somos en mi,
un mar de rostros
y rastros,
por hoy mañana te veo para decir te quiero,
hija mar,
viento,
río y arroyo,