viernes, 17 de octubre de 2014

a la tibia huella de las nubes



Al más salvaje de los sabios sexos,
a la savia de los tiernos deltas,
a los desplantes más tímidos,
a las declaratorias de guerra más amorosas,
a las más respetuosas difuntas de un te amo,
a las más pragmáticas soñadoras,
a ésta involución de certezas contradictorias,
a los más irrespetuosos besos de cordial cordura,
a la locura y la cura en cada brazo bajo la tinta,
a los más desgarrados versos de felicidad,
a los bosques de niebla y las velas de luto,
a los ritos de mis mañanas despertar en solitario,
a dormir con miedo
all despertar agónico de media noche,
al vómito de bilis causados por el Valium,
a las cincuenta y cinco pastillas en mi vientre que no me mataron,
a esa pistola que no se atrevió a disparar,
a los golpes cada uno bien ganados fortuitamente,
a cada caricia a la que he sobrevivido,
a cada sueño en el que he muerto.
A la dulce soledad de la muerte viva,
a todo eso y lo que falte
y
lo que falta,
Solo se le puede agradecer.
Gracias al jaguar que dejó su huella entre las nubes,
para enseñarme a amar.

la benevolencia.



Los primeros recuerdos de mi calle,
era cuando la pavimentaban,
Artemio siempre ha sido flaco y andaba sin playera,
lo veía con todos los vecinos haciendo esa talacha,
todo era un caos de lodo cuando llovía,
que entonces era muy seguido,
desenterrar años después algunos juguetes,
era una odisea paleontológica.

Sé que tu callejón es lindo Balam,
tienes cerca muchos parques
y que habitas por hoy un mundo tierno,
tus problemas son mis problemas con tu madre,
mi inconstancia que supones y no entiendes.

Le preguntaste a la abuela que si ella era feliz,
le dijiste, con una inocencia hermosa,
“mi papá siempre es feliz”
es paradójico y te entiendo,
te sabes a salvo cuando cargo,
tu cuerpo idéntico a mi cuerpo de la infancia.
Hay caminos de lodo en todos lados,
hoy recordé a Gabino,
él no tuvo la fortuna de una infancia,
benévola como de alguna forma ha sido ésta,
la nuestra.


hay dolores que son inevitables,
hay consecuencias de nuestros actos previsibles,
pero sin temor a equivocarte, debes equivocarte un poco,
aceptarlo y reconocer también todos tus aciertos,
y obtener la experiencia necesaria para levantarte,
sin temor al llanto,
éste amor a la vida, multiplica siempre una dignidad alegre,
hoy llegamos y le ganamos a la lluvia,
el trato fue jugar dos juegos, casi nada,
la resbaladilla enorme que siempre te da miedo,
te sujetaste y te soltaste de mi mano,
para saberte seguro que estaría la mía.

algún día no estaré aunque eso ahora no lo sabes,
y es probable que me pierda aún sin estar muerto,
algunos momentos de tu vida,
aprenderás a soltarte también,
a improvisar y planear.

es algo que me cuesta a mí también aceptar sobremanera,
qué un día serás muy independiente,
pero es la forma en que se desarrolla el ciclo de la vida,
y  solo ten está certeza,
yo te quiero.
Solo dos juegos
y fingiste un dolor de piernas,
sabías que te cargaría,
yo que me abrazarías,
que ahora a tus veintiún kilos metro y cacho,
cuatro años,
y los sueños,
solo siguen siendo que sueñes en mis brazos,
que cuelgues tu bracito pendular cuando te duermes,
y con la voluntad de andar llegar a casa.

Gabino



Tu cuerpesillo siempre venía con cicatrices de tu casa,
siempre destacaste,
por golpear con la furia de un dios,
no hubo magia el seis de enero,
ya nadie te prestaba los juguetes,
tenías quizá dos años más que los demás,
tres más que yo,
te recuerdo gabino con la cicatriz de la frente y labios,
la de la cabeza descalabrada me contaste por tu madre,
la escuela para ti era un hotel de paso,
te llovían los borradores y los gises,
eran otros tiempos quizá más inhumanos,
me dabas un poco de miedo pero siempre me sonreías,
un poco sin malicia.

La magia de la infancia nunca llegó a tu casa,
del baúl rescaté una foto en donde estabas,
muchos años después conocí los trazos,
como llegué y salí de ahí no lo sé,
era una vecindad donde habitabas,
ya eras un viejo lobo de ese barrio,
sonreíste y me dejaste pasar
yo estaba ebrio,
pegar en las paredes como bola de billar,
sin no  sabía volar supe caer,
quebrado por la incertidumbre de un puberto,
gracias por cuidarme en esa noche,
por el frío que me salvaste,
por no un segundo vi tu risa,
por un segundo los recuerdos en las fotos.

jueves, 16 de octubre de 2014

el tren 1.1



yo traía el barco, siempre me daban a guardar el toque, siempre llevé la buena suerte, a veces me pasaban báscula y  no me agarraban, Ermilo me había dado su hitter, un zippo que no le duró mucho y una peseta, 25 buenos baros de la golden.

Milo era un año más chico que yo, pero estaba bien domésticado el cabrón, se la sabía, iba en tercero o segundo de secundaria, yo ya por segunda vez en primero de prepa, la odise en el barrio era la fantasía pacheca de cualquier día, subirse al tren de carga, y bueno pues la vida corría entre las vías, los recorridos eran los mismos, de la estación al puente de la 21

Entre milo y yo siempre hubo un pique medio imbécil, de quién era el más verga el que la libraba más el que fumaba más el que ponchaba más rápido, el que hacía más locuras pues, yo tenía 15 años y el mundo era el barrio, la frontera las vías.

le costó ganarse su sitio entre la flota, vivía en en una casa enorme, acá acostumbrabamos las piqueras de lamina y block sin repellar, la casa del toche era el sitio por excelencia, ese día veníamos de conectarle al chinto, aún no eran tiempos tan malos.

el tren pasó y el puto me dijo "a que no te trepas" era el reto máximo, así que corrí  no sé como madres me agarré de la escalera, mis piernas querían seguir corriendo, pero ya estaban un poco en el aire, "qué vergas estoy haciendo" ni pedo, ya no es momento pa soltarse.

a huevo, ya me lo chingué pasando el puente me bajo y me quedo glorioso con el zippo y la peseta, volteo veo como se pega con la palma de la mano en la frente, empieza a correr detrás del tren, se pesca, vale verga si se trepó.





miércoles, 15 de octubre de 2014

tres pasos



I
solo sonrío,
con ocho ojos de azul cobalto,
con piel de ocelote entre los brazos,
cabalgar sobre Janto,
es sencillo el augurio desencuentro,
el descontento de recetarme soledad me gusta,
pero es la augusta vida de éstos días que me planta,
tiernamente para retomar el rumbo,
sentir la pausa y abrazar la noche con sus nubes.


II
releía los versos de mi boca,
y estoy que me doy vergüenza,
de enamorarme con intensidad de mar y calma de desierto,
después de todo lo incierto solo quedan versos,
sobrepoblados de ternura,
dejate acariciar el alma
y quizá en calma te abracen sobre el tiempo las certezas.

III
el café con la ceniza,
el frío,
volar en la infinita regresión de la pasión de tener ojos,
que esta pausa sea augurio de bellos movimientos,
la curiosidad,      
                 de volver a explorar,
observar con todos y cada uno mis mil sentidos,
cuando observas con el corazón y a veces con el odio,
la pureza de empezar a soltar el nervio y sentir propio,
el disparara del obturador ojodeviento.







domingo, 12 de octubre de 2014

el duelo



Vivo mis duelos en intensidad de fuego,
la pirotecnia del abismo suele iluminar las noches,
prometí no escribirle más que ésta última línea,
te quise y si te quise,
como solo puedo hacerlo,
con la intensidad del mar,
con la calma del desierto.


lo demás no habla más de ella,
ni de como la vi y perpetró mi pecho,
hablo del acecho,
vil y mentiroso de la soledad.

soy un habitante pasajero,
etéreo, homogéneo, fugaz volátil viento,
 ésta noche soy violento,
con cada verso que me escupe,
de la poca paciencia incierta,
sé mis recetas para condenar a los amores al olvido,
me receto besos de vez en cuando,
me aparto entre los muslos inquietos,
muslos conocidos que desconocen de mi llanto,
que en ese manto nos usamos sinceramente.

me receto horas en la bicicleta,
beber café con delicados,
humos en voluta de soledad que brota,
y suspiros,
evadir los encuentros de forzosas explicaciones,
agradecer que me regalen letras y palabras,
el aliento de reconocerme en viento,
lo que conozco de memoria,
no moriré por saborear la falta de victoria,
porque con el tiempo,
uno aprende,
a reconstruirse de memoria.

Porque no le juego a las escondidas con el tiempo,
cuando decido es un pie tras otro pie,
un día a la vez,
y como siempre antes de cometer una aberrante locura,
me digo,
hazlo sin temor a equivocarte,
cierra el puño y frente en alto,
que del digno acto de decidir la retirada,
también se han plasmado a la posteridad algunas victorias.

Me receto la tinta ésta noche,
mirar la luna que se difumina por las nubes,
respirar.

 determinar el duelo,
seguir digno el vuelo a ras de suelo, 
reconstruir,
andar.



viernes, 3 de octubre de 2014

hacer maletas



debería estar haciendo la maleta,
pero no,
estoy aquí haciendome marañas al espejo,
el breve reflejo de la pantalla, 
que me deslumbra con el sol.

con un cigarro en la mano y el tiempo encima,
estoy que me ausento y me asusto,
pues ya ves, 
siempre fui el más astuto de los cobardes,
que sé correr,
 sé volar,
fenecer y renacer,
pero en definitiva no sé amar.


no sé que mereces,
o lo que necesitas merecer,
he vuelto a casa de mi madre y he vuelto a tomar fotos,
he vuelto y devuelto las cobijas al piso,
al intentar dormir en el sillón,
no tengo una cama en el cuarto,
y la mudanza aún está un caos.

me despedí del departamento,
agradeciendo el tiempo,
y las lunas,
pocas pero bellas que habité.

descubrirse al vivir solo era el proceso,
despúes de haber germinado el presente,
de pretender cosechar un poco,
me reprocho,
no ser paciente y no estar sano,
en ninguno de mis yos epistolares.

tiré todo lo que pude a la basura,
me traje lo elemental de los recuerdos,
quería que te despidieses conmigo del balcón
y mirarte no llegar fue bello,
estabas cansada eso lo entiendo,
así entregué las llaves entregué mis rastros,
lo demás es vacío y mudanza breve,
he vuelto al barrio que me odia y ama,
nadie aclama ni reclama,
la partida ni llegada,
un hijo más que regresa a salvo.

 


self portraits






iniciar


aquí estoy guardando las letras para no encontrarlas,
borrando de la piel las palabras,
para reescribir,
 gracias,
en el libreto,
cambiar la hoja,
iniciar.


martes, 23 de septiembre de 2014

Marañas




Ésta noche las nubes ocultan las estrellas,
Las parvadas de aviones ocultan los silencios,
Por qué el silencio siempre habla.

Ésta noche el viento me pregunta,
En alquimia claridad Los elementos,
Me dijeron que el viento viene del mar,
Pero yo sé que el viento viene de la noche,
Más lejos de la tierra,
Y siguiendo la estela
De  estrellas,
éstas  no pueden ser fugaces.

El silencioso insomnio me acompaña,
Éste frío breve del otoño,
Llega.

Llegan los ecos de las ausencias,
Una maraña tormenta,
Una desicion emblema,
Permanecer,
Ella vuela,
Sé vuelo y no es el tiempo,
Tampoco volver a casa ni seguir el viento,
Altos elementos me acompañan,
No quiero ser fuego que inmola al universo,
uni verso que sale de tu boca,
Para acertar en la palabra de mis desiciones
Certezas de duda que me acosan,
Sólo sé que hoy tengo un sitio,
Pendientes con la pluma
 y la rompiente,
Que día a día sigue esperando,
Hoy por hoy que no salto al abismo,
Que estoy bordando alas a mi espalda,
El ojo eterno en mi antebrazo,
Y los dedos de tinta que dan color a los silencios,
El blanco y negro que apodero,
No soy maestro pasajero,
Soy,
Lo poco que escribe por ésta noche ésta pluma.

lunes, 22 de septiembre de 2014

sueños y quimeras





hay un árbol seco en el cuarto,
dormí a su sombra, 
entré a una mansión persiguiendo a una niña,
un lobo de dos cabezas me quería decir algo,
pero cada cabeza decía lo contrario,
solo quedó correr al bosque.

ésta tarde tengo las manos frías,
olvidé la chamarra en casa,
espero que llegue el león a la casa,
ésta pausa de encuentros,
solo quiero aclarar a los lobos,
"no olvides que no existo"
cada fracaso te recuerdo,
cada día perdido,
de la catrina que se asomaba en mi cuarto.

tengo tanto y pocas desiciones,
nadie pretende quitarlas,
tengo el tiempo en contra y la vida a favor,
la bendita mala suerte de fabricar quimeras
y la tinta que no tocaré,
hasta que valga más que el árbol que mato.





miércoles, 17 de septiembre de 2014

another goobye



sigo contando con la suerte de viento,
y dar dos trompos en carretera,
ese día gané la pelea,
¿gané qué?

te dije que la vida suele arrebatarme lo que amo,
y valió la pena,
o mejor dicho la alegría,
solo puedo decir gracias,
disculpa haberte buscado,
necesitaba verte,
ando que compro un boleto,
fue tan breve el encuentro,
los traumas corpóreos regresan,
oler tu cuello,
sentir un palpitar cansado,
de casi treinta horas sin dormir,
tal vez ésta vez si buscaba la muerte,
cuídate de los lobos,
y de los pocos, 
mundos que tocas.

es la ciudad nos vemos pronto,
te veré llegando en sonrisa,
bajo una tenue lluvia
 y tomarte por un paranoico segundo la mano,
gracias por las gracias que te colman, 
por darme vida un segundo
y crecerás.

no desperdicies el tiempo,
te lo dice una pequeña experiencia,
ahora que soy más viejo,
simple y sin complejos,
toma cada oportunidad.

ésto no lo esperaba lo sé de cierto,
no es como un cáncer que avisa,
fue un golpe certero en un trazo,
después de un quédate,
uno no espera ésto.

sé consecuente a palabras, 
y nunca más prometas nada,
con los ojos.


me quedo sin palabras.







lunes, 15 de septiembre de 2014

éter



gracias por dormir conmigo,
por soñar conmigo,
 por no odiar al mundo,
 por enseñarme el vuelo.

gracias por las gracias que te colman,
por quitarme las ganas de fumar,
incluso ahora que escribo,
por estar cuando tengo hambre,
y por robarme el hambre.

gracias por ser tan tu,
por permitirme ser tan yo,
por hacerme libre,
gracias hoy, mañana,
mi pasado monolito te agradece,
que me haces ligero,
me haces primero lo que el amor una mirada.

por la autenticidad y pasión,
por derramar el llanto y conocer el canto,
por darme tranquilidad en la locura,
por que todos mis yos te necesiten,
y tan me admito que te necesitan,
que no tengo miedo corazón ya no lo tengo.


por cuestionarme y enseñarme,
sutilmente,
(por invitarme)
gradualmente,
a ver el universo desde otro sitio.

por el amor 
y tolerarme los desplantes,
por ahogar mis gritos,
por enseñarme a no salir corriendo,
por el no querer dañarte,
por que no mereces daño,
y te amo
y tan necesito de éste día tan nada más,
gracias vida,
por salvarme de la muerte,
darme significados y matices,
por mover mi eje,
por hacerme sentir viento,
por tu entrega y lo que llevas,
sin darte cuenta cuando andas.

gracias por mi cuerpo y aprenderme,
por leerme y dejarme leerte de memoria,
por el tacto,
que no hay pactos,
todo es nuevo día y un renacer.

por el finito infinito,
por hacerme 
ser del éter.












 con el tiempo la vida no se vuelve de uno, uno se devuelve a la vida a dar un poco de lo que recibe, y en ese afán de gratitud, uno se hace...