miércoles, 15 de octubre de 2014

tres pasos



I
solo sonrío,
con ocho ojos de azul cobalto,
con piel de ocelote entre los brazos,
cabalgar sobre Janto,
es sencillo el augurio desencuentro,
el descontento de recetarme soledad me gusta,
pero es la augusta vida de éstos días que me planta,
tiernamente para retomar el rumbo,
sentir la pausa y abrazar la noche con sus nubes.


II
releía los versos de mi boca,
y estoy que me doy vergüenza,
de enamorarme con intensidad de mar y calma de desierto,
después de todo lo incierto solo quedan versos,
sobrepoblados de ternura,
dejate acariciar el alma
y quizá en calma te abracen sobre el tiempo las certezas.

III
el café con la ceniza,
el frío,
volar en la infinita regresión de la pasión de tener ojos,
que esta pausa sea augurio de bellos movimientos,
la curiosidad,      
                 de volver a explorar,
observar con todos y cada uno mis mil sentidos,
cuando observas con el corazón y a veces con el odio,
la pureza de empezar a soltar el nervio y sentir propio,
el disparara del obturador ojodeviento.







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