domingo, 26 de octubre de 2014

luna de muertos



viene la luna noviembre,
para bañarnos de flores,
viene la luna de muertos,
 evitando el exceso de ropa,
azares y azahares,  
jazmines y laberintos,
sueños de opio,
y el propio signo que dibuja en los ojos,
dentro de cada uni-verso.
Vendrá con nombres y bocas,
bañados en el sudor de la fiebre,
piernas de manto enredadera,
besos de fuego,
la pasional cordura,
la infralevedad en lacura,
a los sinsabores del viento.

vendrá la luna con la lujuria de octubre,
y en diciembre el celo,
mi cuerpo no conoce el calor de la primavera,
yo vengo del invierno frío,
de la casi muerte a los veinte días nacido,
de un infierno florido,
floripondio bajo la almohada.

Solo se puede saciar la saliva con la piel,
solo se puede prendar a la cultura de miel,
para hibernar entre brazos de otoño,
buscar constelaciones con la luz en la espalda,
escribirte poemas del vientre,
besar breve tu rostro,
morder con colmillos de mar en calma.

viernes, 24 de octubre de 2014

Oda a pessoa



Empiezo a soñar que escribo un libro, 
Que alguien lo lee, 
Que vale tanto como el árbol que muere por la hojas,
Como la tinta derramada.

Empiezo y escribo, 
Y siento que en el escriben notas, 
Como yo en el de Vallejo,
Que inspira y respira,
Que hay algo que decir en esas letras muertas.

Empiezo lento a soñar,
Empiezo lento a reírme de mi mismo,
Que no he soñado más que plantar otro árbol,
Que valga más que la tinta en un libro,
Que me de más sombra que vivir de una letra,
Y me alegra por esta noche,
Despertar para soñar un poco.

viernes, 17 de octubre de 2014

a la tibia huella de las nubes



Al más salvaje de los sabios sexos,
a la savia de los tiernos deltas,
a los desplantes más tímidos,
a las declaratorias de guerra más amorosas,
a las más respetuosas difuntas de un te amo,
a las más pragmáticas soñadoras,
a ésta involución de certezas contradictorias,
a los más irrespetuosos besos de cordial cordura,
a la locura y la cura en cada brazo bajo la tinta,
a los más desgarrados versos de felicidad,
a los bosques de niebla y las velas de luto,
a los ritos de mis mañanas despertar en solitario,
a dormir con miedo
all despertar agónico de media noche,
al vómito de bilis causados por el Valium,
a las cincuenta y cinco pastillas en mi vientre que no me mataron,
a esa pistola que no se atrevió a disparar,
a los golpes cada uno bien ganados fortuitamente,
a cada caricia a la que he sobrevivido,
a cada sueño en el que he muerto.
A la dulce soledad de la muerte viva,
a todo eso y lo que falte
y
lo que falta,
Solo se le puede agradecer.
Gracias al jaguar que dejó su huella entre las nubes,
para enseñarme a amar.

la benevolencia.



Los primeros recuerdos de mi calle,
era cuando la pavimentaban,
Artemio siempre ha sido flaco y andaba sin playera,
lo veía con todos los vecinos haciendo esa talacha,
todo era un caos de lodo cuando llovía,
que entonces era muy seguido,
desenterrar años después algunos juguetes,
era una odisea paleontológica.

Sé que tu callejón es lindo Balam,
tienes cerca muchos parques
y que habitas por hoy un mundo tierno,
tus problemas son mis problemas con tu madre,
mi inconstancia que supones y no entiendes.

Le preguntaste a la abuela que si ella era feliz,
le dijiste, con una inocencia hermosa,
“mi papá siempre es feliz”
es paradójico y te entiendo,
te sabes a salvo cuando cargo,
tu cuerpo idéntico a mi cuerpo de la infancia.
Hay caminos de lodo en todos lados,
hoy recordé a Gabino,
él no tuvo la fortuna de una infancia,
benévola como de alguna forma ha sido ésta,
la nuestra.


hay dolores que son inevitables,
hay consecuencias de nuestros actos previsibles,
pero sin temor a equivocarte, debes equivocarte un poco,
aceptarlo y reconocer también todos tus aciertos,
y obtener la experiencia necesaria para levantarte,
sin temor al llanto,
éste amor a la vida, multiplica siempre una dignidad alegre,
hoy llegamos y le ganamos a la lluvia,
el trato fue jugar dos juegos, casi nada,
la resbaladilla enorme que siempre te da miedo,
te sujetaste y te soltaste de mi mano,
para saberte seguro que estaría la mía.

algún día no estaré aunque eso ahora no lo sabes,
y es probable que me pierda aún sin estar muerto,
algunos momentos de tu vida,
aprenderás a soltarte también,
a improvisar y planear.

es algo que me cuesta a mí también aceptar sobremanera,
qué un día serás muy independiente,
pero es la forma en que se desarrolla el ciclo de la vida,
y  solo ten está certeza,
yo te quiero.
Solo dos juegos
y fingiste un dolor de piernas,
sabías que te cargaría,
yo que me abrazarías,
que ahora a tus veintiún kilos metro y cacho,
cuatro años,
y los sueños,
solo siguen siendo que sueñes en mis brazos,
que cuelgues tu bracito pendular cuando te duermes,
y con la voluntad de andar llegar a casa.

Gabino



Tu cuerpesillo siempre venía con cicatrices de tu casa,
siempre destacaste,
por golpear con la furia de un dios,
no hubo magia el seis de enero,
ya nadie te prestaba los juguetes,
tenías quizá dos años más que los demás,
tres más que yo,
te recuerdo gabino con la cicatriz de la frente y labios,
la de la cabeza descalabrada me contaste por tu madre,
la escuela para ti era un hotel de paso,
te llovían los borradores y los gises,
eran otros tiempos quizá más inhumanos,
me dabas un poco de miedo pero siempre me sonreías,
un poco sin malicia.

La magia de la infancia nunca llegó a tu casa,
del baúl rescaté una foto en donde estabas,
muchos años después conocí los trazos,
como llegué y salí de ahí no lo sé,
era una vecindad donde habitabas,
ya eras un viejo lobo de ese barrio,
sonreíste y me dejaste pasar
yo estaba ebrio,
pegar en las paredes como bola de billar,
sin no  sabía volar supe caer,
quebrado por la incertidumbre de un puberto,
gracias por cuidarme en esa noche,
por el frío que me salvaste,
por no un segundo vi tu risa,
por un segundo los recuerdos en las fotos.

jueves, 16 de octubre de 2014

el tren 1.1



yo traía el barco, siempre me daban a guardar el toque, siempre llevé la buena suerte, a veces me pasaban báscula y  no me agarraban, Ermilo me había dado su hitter, un zippo que no le duró mucho y una peseta, 25 buenos baros de la golden.

Milo era un año más chico que yo, pero estaba bien domésticado el cabrón, se la sabía, iba en tercero o segundo de secundaria, yo ya por segunda vez en primero de prepa, la odise en el barrio era la fantasía pacheca de cualquier día, subirse al tren de carga, y bueno pues la vida corría entre las vías, los recorridos eran los mismos, de la estación al puente de la 21

Entre milo y yo siempre hubo un pique medio imbécil, de quién era el más verga el que la libraba más el que fumaba más el que ponchaba más rápido, el que hacía más locuras pues, yo tenía 15 años y el mundo era el barrio, la frontera las vías.

le costó ganarse su sitio entre la flota, vivía en en una casa enorme, acá acostumbrabamos las piqueras de lamina y block sin repellar, la casa del toche era el sitio por excelencia, ese día veníamos de conectarle al chinto, aún no eran tiempos tan malos.

el tren pasó y el puto me dijo "a que no te trepas" era el reto máximo, así que corrí  no sé como madres me agarré de la escalera, mis piernas querían seguir corriendo, pero ya estaban un poco en el aire, "qué vergas estoy haciendo" ni pedo, ya no es momento pa soltarse.

a huevo, ya me lo chingué pasando el puente me bajo y me quedo glorioso con el zippo y la peseta, volteo veo como se pega con la palma de la mano en la frente, empieza a correr detrás del tren, se pesca, vale verga si se trepó.





miércoles, 15 de octubre de 2014

tres pasos



I
solo sonrío,
con ocho ojos de azul cobalto,
con piel de ocelote entre los brazos,
cabalgar sobre Janto,
es sencillo el augurio desencuentro,
el descontento de recetarme soledad me gusta,
pero es la augusta vida de éstos días que me planta,
tiernamente para retomar el rumbo,
sentir la pausa y abrazar la noche con sus nubes.


II
releía los versos de mi boca,
y estoy que me doy vergüenza,
de enamorarme con intensidad de mar y calma de desierto,
después de todo lo incierto solo quedan versos,
sobrepoblados de ternura,
dejate acariciar el alma
y quizá en calma te abracen sobre el tiempo las certezas.

III
el café con la ceniza,
el frío,
volar en la infinita regresión de la pasión de tener ojos,
que esta pausa sea augurio de bellos movimientos,
la curiosidad,      
                 de volver a explorar,
observar con todos y cada uno mis mil sentidos,
cuando observas con el corazón y a veces con el odio,
la pureza de empezar a soltar el nervio y sentir propio,
el disparara del obturador ojodeviento.







domingo, 12 de octubre de 2014

el duelo



Vivo mis duelos en intensidad de fuego,
la pirotecnia del abismo suele iluminar las noches,
prometí no escribirle más que ésta última línea,
te quise y si te quise,
como solo puedo hacerlo,
con la intensidad del mar,
con la calma del desierto.


lo demás no habla más de ella,
ni de como la vi y perpetró mi pecho,
hablo del acecho,
vil y mentiroso de la soledad.

soy un habitante pasajero,
etéreo, homogéneo, fugaz volátil viento,
 ésta noche soy violento,
con cada verso que me escupe,
de la poca paciencia incierta,
sé mis recetas para condenar a los amores al olvido,
me receto besos de vez en cuando,
me aparto entre los muslos inquietos,
muslos conocidos que desconocen de mi llanto,
que en ese manto nos usamos sinceramente.

me receto horas en la bicicleta,
beber café con delicados,
humos en voluta de soledad que brota,
y suspiros,
evadir los encuentros de forzosas explicaciones,
agradecer que me regalen letras y palabras,
el aliento de reconocerme en viento,
lo que conozco de memoria,
no moriré por saborear la falta de victoria,
porque con el tiempo,
uno aprende,
a reconstruirse de memoria.

Porque no le juego a las escondidas con el tiempo,
cuando decido es un pie tras otro pie,
un día a la vez,
y como siempre antes de cometer una aberrante locura,
me digo,
hazlo sin temor a equivocarte,
cierra el puño y frente en alto,
que del digno acto de decidir la retirada,
también se han plasmado a la posteridad algunas victorias.

Me receto la tinta ésta noche,
mirar la luna que se difumina por las nubes,
respirar.

 determinar el duelo,
seguir digno el vuelo a ras de suelo, 
reconstruir,
andar.



viernes, 3 de octubre de 2014

hacer maletas



debería estar haciendo la maleta,
pero no,
estoy aquí haciendome marañas al espejo,
el breve reflejo de la pantalla, 
que me deslumbra con el sol.

con un cigarro en la mano y el tiempo encima,
estoy que me ausento y me asusto,
pues ya ves, 
siempre fui el más astuto de los cobardes,
que sé correr,
 sé volar,
fenecer y renacer,
pero en definitiva no sé amar.


no sé que mereces,
o lo que necesitas merecer,
he vuelto a casa de mi madre y he vuelto a tomar fotos,
he vuelto y devuelto las cobijas al piso,
al intentar dormir en el sillón,
no tengo una cama en el cuarto,
y la mudanza aún está un caos.

me despedí del departamento,
agradeciendo el tiempo,
y las lunas,
pocas pero bellas que habité.

descubrirse al vivir solo era el proceso,
despúes de haber germinado el presente,
de pretender cosechar un poco,
me reprocho,
no ser paciente y no estar sano,
en ninguno de mis yos epistolares.

tiré todo lo que pude a la basura,
me traje lo elemental de los recuerdos,
quería que te despidieses conmigo del balcón
y mirarte no llegar fue bello,
estabas cansada eso lo entiendo,
así entregué las llaves entregué mis rastros,
lo demás es vacío y mudanza breve,
he vuelto al barrio que me odia y ama,
nadie aclama ni reclama,
la partida ni llegada,
un hijo más que regresa a salvo.

 


self portraits






iniciar


aquí estoy guardando las letras para no encontrarlas,
borrando de la piel las palabras,
para reescribir,
 gracias,
en el libreto,
cambiar la hoja,
iniciar.


 me enamoré del río y de la calma, del sudor fresco que destilan mis albañiles, del café, de la fruta, de mis hijos. me enamoré de éstas roc...