hay cosas que no son cuantitativas,
extrañar a alguien por ejemplo.
y tal vez no te amo,
pero quisiera cuantificarlo.
lo que te extraño es indirectamente proporcional al tiempo que no te veo,
que no te sé,
que no te huelo,
el tiempo no es la medición,
te extraño monte,
montones,
te extraño gabilan de monte,
deambulando de ciudad,
te extraño café y chocolate,
te extraño sincero,
en cliché,
en la mañana,
en la cámara y en la compañía,
perdido y encontrado,
en perder impulso,
derivar.
en mi mal canto con voz de popero noventero,
en tu frente alta,
como el cielo,
te extraño caricia breve,
pelo corto,
lunar,
lunática,
libre.
te extraño con tus tepalcates,
con signos de universo,
y joderte con que parecen galletas,
¿felicidades?
te extraño código propio,
hablando de sociedades antiguas,
del son jarocho y el pájaro cú,
te extraño desde mis idioteces
y tus fórmulas para que ría de mis desgracias,
te extraño huyendo entre la niebla,
te extraño porque sabes luchar,
alzar la voz,
buscar en rebeldía,
cuerpos y esperanza,
te extraño acción,
apoyo,
soporte.
te extraño justo,
porque eres benévola en tu andar,
en tu sabiduría pequeña,
en mi vejez prematura del alma,
en los días que lloro,
pero ahí estás,
bañada de monte y de pachuli,
joderte por jipi,
te extraño películas infantiles,
prepararte un té,
verte despertar
y solo poder sentir ternura,
palpitar,
te extraño viento,
te extraño que no sé como terminar.
te extraño miedo y esas ganas de tomar de tu cintura,
y solo reír en el mirador,
te extraño desde el patán que soy,
desde el crepúsculo,
desde la ventana y la puerta,
desde soñarte y mandarte vientos,
que te acaricien y te hagan recordarme,
pienso en ti y tu mirada café que alegra,
el tiempo no cuantifica la extrañeza de extrañarte,
yo que soy maestro del desapego,
de las huídas express,
desde el valor que me das para agarrar la carretera.
extrañarte es promesa de que no te vayas,
arraigo de tu pueblo,
que eres parte,
yo sin territorio y mucho menos patria,
desde mi ser paria,
extraño tu alimento a mi mente en cada charla,
que me compartes tu disléxia,
también somos personas y persianas,
para ver.
a las cuatro con diecinueve am,
a una eternidad de no estar cerquita,
me alegra verte bien,
también me alegra saberte poco
y un poco más
cercana.