Nací en Xalapa, un 8 de enero, niño inquieto, desafortunadamente, me toca ser integrante de una familias desintegrada, padre ausente y violento, indiferente; madre depresiva, sobre-protectora, permisiva.
soy rebelde hermano menor,todo esto provoca en mi la gestación de mi personalidad.
Son tal vez los elementos detonantes del miedo, angustia, soledad. al suponer en ocasiones que podía lograr avenir a mis progenitores que quizá “por no ser buen niño” mi padre se marchó dejando ruptura, abandono.
La posterior violenta irrupción de artemio en la primaria, me profiere y golpea, lacera mi cuerpecillo de once años, me exhibe indefenso, ante mis amigos, maestra. me vulnera y debilita, desencadena mis dualidades, necesidad-autosuficiencia, afecto-odio, debilidad-fortaleza orgullo-humildad, nunca más se borrará mi estigma.
Quizá es en este momento cuando la soledad me aprisiona, sumada a sucesos de pérdida, en mi aislamiento trato de eludir al dolor, perdidas irrevocables, fatales, arrasadoras: la muerte de mi primera novia, el asesinato de mi amigo de la secundaria, el fallecimiento de mi tío, de la abuela, uno tras otro se van, dejan cosas, palabras, acciones pendientes.
Las siguientes relaciones significativas de pareja que no se concretizna, me muevo entre la aceptación y el rechazo, amor y desamor, encuentros y desencuentros desafortunados.
Vivir, morir, sufrir. las adicciones me hacen conocer más, más violencia, más agresión, más destrucción se agregan y restan, sin embargo salgo con el cúmulo de experiencias como sostén, un atisbo de esperanza que se refuerza con Iqui Balam, mi hijo me resucita y me ata a la vida, me permite reconocerme débil. ese niño me alienta y resarce pérdidas, en el fondo de esos pequeños ojos está todo. la vida hasta parece que vale la pena al mismo tiempo me desvela la posibilidad de acceder a un cierre paulatino del proceso de auto-devastación e irónicamente un miedo mayor.
con mala caligrafía y buena ortografía escribo, pequeñas historias y poemas, alrededor de los doce años
empiezo a descubrirme, en letras, desasosiego e impotencia, soledad eterna, belleza etérea que se percibe.
Fui un excelente alumno desde preescolar hasta secundaria y muy malo en bachillerato y licenciatura.
En el proceso de tomar fotos me veo transparente, ese liquido dolor de muerte. la muerte que identifico con la belleza del cuerpo humano, del desnudo, los rostros y el paisaje. un poema a cada cuadro..