mi capital fue mi barrio,
cuando decidí no pisar esa patria,
me dirigí como globo,
pretendiendo,
simple,
el cielo.
hay una bella fortuna,
en tener curiosidad gato,
pero si algo entiendo,
es que los gatos se cansan,
como a mi traicionera gata alba,
que bauticé,
cual bello fantasma,
que yace cancerígena a mi lado.
nadie niega la cruz de su parroquia,
y te diré que desde hace días,
tengo hambre,
de el tornado de mi barrio,
que gritó a mi madre,
al ver a ese antiguo gallo,
tengo unas patéticas ganas
de tirarle sus dientes,
tarea sencilla,
solo conserva tres.
sé que fui,
impulsiva-mente, tempestiva-mente,
por momentos odio,
por impulsos sangre,
lo que anhelé.
(inconcluso)
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