viernes, 22 de marzo de 2013

bítacora 2



bitácora de viaje.

la luz amarilla se filtra a la ventana,
el hombre de metal me invita el desayuno,
empuño un cigarro,
bebo café.

desciendo hacia el  asfalto, 
siempre hacía el asfalto

la casa de mi hermana es cielo, 
que me cobija,
que me dibuja bocetos
de ciudad-felicidad.

es curioso ser un extranjero
dónde siempre ha sido casa,
y en casa ser el extranjero.

Aves de metal en la azotea,
frágil tranquilidad escalera,
que me defiende.

cinco gatos, 
en su casa de calvario
y Frida me despide, 
cordial y atenta me despide,
con los dedos sucios 
y costras de olvido me despido.



hallo a Marcel, 
hay pocos abrazos, 
tan bienvenidos,
él me ofrece más que brazos,
y no,
  no hablo del café que anima,
él es la ciudad que me recibe,
con sonrisa hospitalaria,
me recibe.


te diré, 
ni siquiera a Admeto,
le tengo tal cariño.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

 con el tiempo la vida no se vuelve de uno, uno se devuelve a la vida a dar un poco de lo que recibe, y en ese afán de gratitud, uno se hace...