bitácora de viaje.
la luz amarilla se filtra a la ventana,
el hombre de metal me invita el desayuno,
empuño un cigarro,
bebo café.
desciendo hacia el asfalto,
siempre hacía el asfalto
la casa de mi hermana es cielo,
que me cobija,
que me dibuja bocetos
de ciudad-felicidad.
que me dibuja bocetos
de ciudad-felicidad.
es curioso ser un extranjero
dónde siempre ha sido casa,
y en casa ser el extranjero.
Aves de metal en la azotea,
frágil tranquilidad escalera,
que me defiende.
cinco gatos,
en su casa de calvario
y Frida me despide,
cordial y atenta me despide,
con los dedos sucios
y costras de olvido me despido.
hallo a Marcel,
hay pocos abrazos,
tan bienvenidos,
él me ofrece más que brazos,
y no,
no hablo del café que anima,
él es la ciudad que me recibe,
con sonrisa hospitalaria,
me recibe.
te diré,
ni siquiera a Admeto,
le tengo tal cariño.
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