martes, 16 de junio de 2015

Eris


No pude evitarlo,
buscar tu cuerpo en espirales,
me subí a ti, te monté de un salto, al sillón,
a veces creo que te arrepientes,
de no haber escapado a tiempo,
del tiempo.

te recuerdo llegar,
partir en llanto,
te recuerdo,
 desde mi necesidad de tu cuerpo de ceniza,
manzana-malzana,
Eris.
Nunca he tenido tiempo a agradecerte,
por soportar mis desplantes y mis despedidas,
mi ecléctico corazón de cedro,
que como lobo te persigo,
en el bosque bajo las cobijas,
me enseñaste más del tacto en la palabra,
del coito en la poesía,
de la marcha fúnebre y desplantes,
de permanecer en la tormenta.

Por sofocar tu cuello,
cargarte,
por leerme en el café.

Déjame ser la brisa que acompaña la marea,
de la perfección de tus pequeños senos,
tus piernas largas,
una enredadera,
como el caos que llega en tus ideas,
rizos en que quedé atrapado,
como dos árboles de raíz que nacen juntos,
enmarañados del invierno en primavera,
mientras llegas.

9.7

tuve la felicidad de una lágrima,
como una gota de plástico cayendo en llamas,
caía sobre arena,
amarillo olvido,
atardecer.

Supe volar,
supe caer,
observar el infinito,
renacer sobre hombres lobo de ceniza.

Señal de humo
y espejismo de desierto.
Pude haber volado,
atravesar el tiempo.

pero sé,
 ahora sé,
que si vas al norte llegaras el sur.


tenías la sencillez de decir viento
y decías todo menos viento,
tenías la sensatez en la lengua,
por eso cuando decía fuego,
se inmolaba el aire,
todo lo demás era hielo y silencio.

Pude ver a la eternidad a los ojos,
los ojos de la vida y de la muerte
 gozan una equitativa igualdad,
una bondadosa tristeza,
de un habitante pasajero.


Tengo recuerdos de cosas que aún no suceden,
puedo escuchar el eco del silencio,
pesadillas despierto,
dejavus.

tengo:

el óxido de plomo sobre la memoria,
porque todo óxido es olvido,
porque toda memoria es una dicción.


Decidí volver a la realidad,

sin cuestionarla,
fui siervo a su antojo,
más difícil que ver la llegada,
que horada,
es verla partir.



domingo, 14 de junio de 2015

con ésta rabia


¿qué se puede hacer con ésta rabia?
con todo éste dolor,
con éste ruido en el alma,
hacemos lo correcto,
creemos que un mundo mejor es posible,
¿qué se puede hacer con ésta rabia?
cuando andar con miedo se vuelve costumbre,
cuando cuidarse la espalda de la policía,
por pretender un mundo nuevo,
¿qué se puede hacer?
hay días en que me hallo exhausto,
de voltear a cada paso,
de bordear el fracaso,
por creer que un mundo sano vale la pena.


cuántos muertos van en éste estado,
lleno de pobreza,
desigualdad,
lleno de desesperanza,
por no querer que nos roben el agua,
con represas que destruyen a los pueblos,
 pretenden romper el piso,
nuestra tierra,
¿Qué se hace con tanta corrupción?
con tanto padrotazgo.
Hace días las patrullas suenan sus sirenas por la casa,
que me observan con rabia,
antenoche hablaban con las prostitutas de mi calle,
y reían,
igual que los charlatanes que usan trajes,
esos que viven a nuestras expensas,
parásitos,
pero:
¿qué se puede hacer con tanta rabia?
hoy no lo sé y estoy  confuso,
por jugarme el cuero en cada imagen,
de deambular las calles ver como un fantasma,
 ser un espectador de la miseria.

Hoy pierdo a pasos la esperanza,
y creo que un mundo mejor existe,
he visto como nos golpean,
nos tachan mientras exoneran a ladrones.


son muy buenos esos policías para meterse con el pueblo
y cazar narcotlapaleros.

Hace días hablé con los morros de mi barrio,
le dijo al poli,
“háblale a mi padrino que es fulano”
lo bajaron de la patrulla con respeto.

a mis compañeros de adicción los reclutaron por el narco,
algunos están muertos o desaparecen,
son carne de cañón,
son mano de obra
y yo aquí de espectador.

Todo lo que miras en las calles,
no es suficiente hoy para querer un mundo nuevo,
fulanos con peinados militares te siguen por la calle
y solo buscas hacer poco a poco lo correcto.

vida cotidiana


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sábado, 13 de junio de 2015

un viaje

Pude cargarte de nuevo,
la vida nos hace uno por instantes,
hay navíos hoja de árbol,
hoy que buscamos dinosaurios.

La vida corre despacio cuando tengo un jaguar entre los brazos, tenemos rituales muy marcados, el abrazo inicial, como si no nos hubiéramos visto en años, cada reencuentro, cada te quiero y cada descubrimiento, a veces jugamos ¿dónde está? Y te pregunto en dónde hay una sombrilla, dónde hay una palmera, dónde un dinosaurio. Pero a veces te pregunto de algo que no tenemos cerca, solo para que observes.
Jugamos “bocho” casi siempre me ganas, y aunque no me gusta que sientas la derrota, no siempre es bueno que siempre lo hagas, algo que he encontrado trascendental ha sido aprender de la derrota, como un complemento, no quiero decirte con ello que debas perder siempre, solo que frustrarse es parte del camino, lo importante de ello es sobreponerse, a la perdida, a lo que duele, eso que nos hace fuertes, más que no tener miedo, me he considerado valiente por el simple hecho de tener miedo y no dejar que éste me pasme.
Cada día aprendemos palabras nuevas, hoy fue la palabra sinónimo, “simonimo” dijiste, te corregí con vocales, vamos deletreando las palabras, palabras distintas que significan lo mismo, entenderás que hay acciones distintas que significan lo mismo, te dije que no todo el que sonríe es bueno, tampoco lo es todo aquél que no lo hace, eres selectivo a elegir con quienes hablas, con la complejidad de éste mundo de personas.
Trato de ser cordial siempre hallamos mucha gente, te encelas un poco, no tanto como antes, ya no te escondes tras mis piernas y nos dices que corramos, seguro lo dices a seguir jugando, a seguir siendo uno por las calles, tengo marcados los silencios de la mano, ya te sueltas más de ella a explorar el mundo, eres más autónomo y me duele, perderme instantes en que me das la vida.
Así buscamos estampas para tu albúm de dinosaurios, solo pudimos comprar dos sobres, vi tu rostro de tristeza, pero vi que entendiste bien que así sería, por el parque Juárez ya sabes nuestro rumbo, el recorrido al café, cada quien lo suyo, un expreso y un jugo de naranja, jugamos lotería, inventamos un cuento con las cartas, el diablito y el valiente, la escalera y el cazo, la dama.
Jugamos lotería y marcábamos las cartas, con las piezas de ajedrez. El ímpetu del plan era por ir a los tecajetes, para mi fue un viaje largo, aún no estoy del todo bien de la rodilla, pero hallamos atajos siempre a la aventura.

Te gustan las serpientes, veo tu curiosidad en el herpetario, sabes que no debes tocar el vidrio, sé que no pasará nada si lo haces, no lo golpeas, no las molestas, mírame yo que he roto todas las reglas posibles, aquí marcando normas para convivencia.

viernes, 12 de junio de 2015

anecdotario

Encender la cuna del silencio con la punta de un lapicero.
Antenoche sufrí la peor sobredosis,
la de la realidad.

Me quejo de no tener de qué quejarme,
por no quedarme yerto,
por no saber hablar.

Estoy esperando al grillo y tengo quince años, me volé las clases, aproveché el descuido de don chava para poder Salir a hurtadillas de la escuela, regresé a casa caminando, del centro a la colonia revolución, 23 minutos a paso veloz, en chinga, pinches ganas de meterme lo que caiga, la mala fortuna de ser un yonki preparatoriano es que dependes del auspicio familiar para conseguir las dosis, solo me dan siete pesos al día para el bus de regreso a la casa, es tiempo de bonanza con eso tengo para llegar a la casa con un Flavio, tal vez alguien sacará una chela, creo que es lunes, tal vez jueves, no importa, los días transcurren iguales, clones interminables cuando solo importa tener los ojos al revés.

Ayer me robé la despensa de la casa para conseguir  un toque, hoy debo variar la técnica, ya no hay latas de atún, espero al grillo en las vías, por la curva de la 21 antes del puente, pero no llega el cabrón, es de cajón que pasará él o cualquier otro, se hará la clásica señal, la del puebla, cruzando una mano con la mano izquierda del hombro al vientre,  van tres mensos que andan en la eriza,
-qué pedo, mochilas no, o qué dónde se hace el necte.

- bien ericcson carnal, ando frío, pasé a ver al chinto pero  no estaba el culero.
El chinto, personaje salido de un mal cuento de ficción, le faltan tres dientes, los del frente, siempre sonríe con la risa pacheca de quien mira que acaba de llegar la quincena.

 a dos cuadras de mi casa estaba en las vías del tren, su oficina un cuarto de madera, adentro  pegados a una letrina, un baño seco con tablas en las que a cualquier pendejo se le caen las cosas ya con un par de toques encima, un celular, un toque, a la buena de dios sabrá que tantas cosas habría en esa caja de mierda que con el calor de medio día hervía, la primera vez que quemé ahí casi vómito, yo era fresa de barrio, me costó hallarme en el tufo inclemente del medio día, pero ya había pasado ese tiempo, ¿qué sería? ¿Un año de visitar por primera vez la oficina del chinto? No lo sé, ahora estoy en las vías y tiene tres días que solo se consigue una mota que huele a gasolina, ahí en los tres brincos por los sauces, el gallo alias el mirrey, con sus tubos de periódico, toda la mota sabe a gasolina.

 anoche sufrí la peor sobredosis, la de la realidad, una eriza de la buena, de esas que no te dejan dormir.
Solo queda encender la cuna del silencio con un lapicero, en lo que pasa el grillo, seguro a él le queda algo, compramos la peseta, veinticinco buenos baros de la del mirrey.


Pasé a la casa por Morfeo, lo tengo sin cadena y el muy culero se acaba de revolcar en un animal muerto, como le gusta hacerlo y viene hermoso corriendo a restregarse en mi, con su lengua larga y su cara de baboso, el  más leal de todos los amigos.

re cordis

 Tuve miedo, justo como debía ser, justo cómo se antepone ante todas las decisiones importantes te digo, pero también había mucho amor en la...