jueves, 30 de mayo de 2019

que ese día sea una fiesta





la luna trae silencios de huracán,
el sol sale con la lluvia estalactita de tornado,
y yo moriré algún día.

cuando muera no quiero padres nuestros,
ni rosarios en tus manos,
quiero que me abracen tiernos los gusanos,
no quiero cánticos de luto,
pero quiero que mi muerte sea una fiesta.

quiero que bailen sobre mi tumba,
que haya caña y mezcal,
que me entierren con mi cámara y la pluma,
una libreta y un libro,
una caja de cigarros.

para fumar tranquilo en la eternidad,
es cierto que uno solo se lleva su memoria,
pero quiero irme con música,
irme en soledad,
pero sentirme acompañado,
dormir en un baño de flores,
llevarme una taza para el café,
para convivir con mis muertos,
un caballo de ajedrez,
para saber brincar en el tablero,
quiero que mi muerte sea una fiesta.

porque no lo sé,
pero quizá nos volvemos a reunir,
tomamos un café,
fumamos un cigarro,
nos aventamos esa plática pendiente,
y hablamos de ese futuro que se negó a nacer.


porque mi mente es una caja de pandora,
que se encierra en la esperanza,
de que habré vivido,
que nadie podrá negarlo,
y podrá ocupar,
ese sitio lindo que construí para habitar.


el hogar del viento y las palabras es mi sitio,
el hablar será mi oficio,
y si existe ese nolugar de almas,
quiero ganarme un trocito de Vallhala,
poder hablar con grandes visionarios,
que tampoco pudieron escapar a la muerte,
deja que mi muerte sea una fiesta,
sé que con el tiempo seré olvidado,
pero en mi funeral,
en el que pueda por fin besar la muerte,
déjame decirte lo siguiente:

"el hogar delas palabras es mi hogar,
dar es mi forma de lucha,
mi resistencia es la escucha,
mi arte fue andar"











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