lunes, 13 de mayo de 2019

jamás.




escribir un poema con el último cigarro,
como un trazo de egone schiele,
un texto a la toxicidad lógica y caprichosa de no ser,
lo que querías que fuera,
que sea lo que sea,
no soy.


creo que te enamoraste,
de lo que pensaste que harías de mi,
de la ilusión que recreaste en tu mente,
de lo que esperabas que cambiara,
te enamoraste de trastocar el presente,
de armarme para ser distinto,
de amarme para un hacer distinto.



pero yo nunca te pedí que me salvaras,
solo pedí que me amaras
como soy,
con lo que doy,
porque yo nunca me entrego con máscaras,
ni vendo ilusiones,
y en ésto del amor ese es mi mayor error,
no sé mentir,
conoces mi cara,
soy transparente,
porque la vida me ha tratado mal y se me ha quitado lo ingenuo,
y aún así solo yo me entrego como el viento,
el que supo como acariciarte el rostro.


sé que sabes lo que quieres,
y aunque te engañes,
 definitivamente no me quieres,
te enamoraste,
de verme distinto,
para deshacerte de mi instinto,
para vivir.

y lo jodido es que te entiendo,
cuando juegas a pedro y el lobo,
y muero de dolor,
de preocupación,
de impotencia,
por que en el fondo quieres que estemos juntos,
incluso a pesar de ti.



 yo no te vendí mi amor como pena,
porque yo soy un poema,
y mis amigos me han enseñado a creer en mi,
que valgo más de lo que dices,
que valgo por lo que soy,
no por lo que deseas que sea,
que valgo más que el oro,
y del abandono que me despojó de mi,
de mi idea de mi,
de si valgo la pena,
de si valgo la vida,
en comunión,
en conjunción,
en justicia...   
            en justicia...

me aprisionas con la doble hélice espiral,
y solo puedo decirte sí,
que así te amo,
y que todos los días espero un mensajito tuyo,
y que así como me tratas,
así te amo,
y que cada día espero que regreses,
aunque cada día nos alejamos un poquito más.


sé que no volverás,
pero lo diré transparente,
ven,
quédate conmigo,
no te dejaré jamás.
















pero la magia se acaba cuando pierdo mi esencia,

No hay comentarios:

Publicar un comentario

 me enamoré del río y de la calma, del sudor fresco que destilan mis albañiles, del café, de la fruta, de mis hijos. me enamoré de éstas roc...