jueves, 13 de julio de 2017

reducción de azar



si no fuera amante del café y la nicotina,
no habría asistido a esa cafetería,
no habrías destacado entre la gente,
y verte como una mesera no te habría otorgado ese poder
y si no fuera amante de lo amable,
de lo inefable,
del misticismo,
no te podría haber visto,
ni distinta ni única,
por entre el mar de rostros,
por entre el mar de fuegos,
si no apreciara la locura,
como aprecio la vida,
la cordura y la tierra,
al rayo que asienta,
porque yo soy la tormenta
 y tu el desierto,
que inunda de arena éste reloj,
si no fuera viento,
si tu no fueras un arrollo,
que arrulla mi insomnio,
que asusta a mis pesadillas,
sin esa reducción de azar,
de venir del abismo
y reconocer la luz,
no existiría una conjugación idónea para dos. 



si mis amores idílicos no hubieran sido tan inteligentes,
para mi no tendría poder  la palabra,
si la suavidad de un libro,
más que el brillante oro de grillete,
sin las ideas curvas,
si tu pelo no fuera curvo,
si tu cintura no fuera curva,
sin Pessoa ni Girondo,
si la tierra no fuera curva,
como las carreteras que navego,
cuando manejo solo,
cuando hablo solo,
no tendría magia la noche en tus ojos,
si hubiera aceptado a la luna compañera,
si no fuera un mendigo,
un niño,
un pedigüeño,
si no me creyera un anarquista,
si no me pensara fatalista,
optimista
pero informado,
no podría admirar tus labios cuando piensas,
si no anhelara aprender,
porque de ti aprendo de la historia y la crisis,
del arte,
del tiempo,
si todo ello no hubiera reducido el azar,
no estaría contigo.


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