martes, 1 de diciembre de 2015

sur-real



He visto el último periodo de mi vida como una película, una chafa, donde el papel le queda grande al actor, y los efectos especiales son un incendio malogrado de telenovela en cadena nacional de cualquier televisora abierta. Me he visto enredado en la duda, casi como personaje de un país de ficción donde satiriza a los esquemas nefastos de gobiernos locales, estatales, mundiales.

ésta visión me ha hecho lograr escapar de la realidad y lo digo en un casi lapsus de lucidez, en el que llevo veintipelos de horas sin dormir, tres tazas de café y dos de chocolate, en la que lavé los trastes de mañana y tengo nueva compañera, "bonita" una gatita linda de cola anillada que me sigue más que Morfeo, ese guardián de aquellos que me cuidó cual guardaespaldas.

así pues, estoy sentado, pero podría estar en realidad en el camerino de cualquier película chafa con efectos especiales de televisora abierta. pero me descubro, abro casi los ojos para ubicarme y ver que éste personaje que he creado, se ha convertido en un silente espectador de si mismo, que apenas puede distinguirse.

entre el olor a lavanda y el olor a la-banda que me cargo son casi tres días sin bañarme, sin peinarme, preparando una exposición, "de la calle" cincuenta y cinco fotos que en sus mejores críticas (cual si fuera un puntapié en los huevos) ha sido, "están bonitas" y con su contraparte de ser un cliché identitario, que bien podría haber jalado a mediados del siglo pasado.

pero no, resulta que la realidad se congeló en las calles, que sigue existiendo (y en un número creciente) ese personaje que se vuelve parte de la arquitectura urbana (hurmana) que apenas logra distinguirse de una ficción a un pedo surrealista, tan mamón que veas a la muerte (o una estatua humana de) caminando afuera de donde sergio pitol,  (la vaca sagrada que le queda a la benemerita universidad Veracruzana) bebe un café.


ni siquiera quiero pensar o hablar mucho, donde activistas se suicidan de balazos en la nuca o hablar de mis compas de la pubertad, reclutados por el narco, enterrados como un cuchillo para la lluvia, desaparecidos, difuntos, aunque eso suena a libro de taibo II.


si bien hace poco dos galardonados personajes textoservidores al servicio de la nación, entraron en juego y me vendieron la idea de publicar un libro con mis textos.

Al hallarme en la ciudad de México los zoquetes pretendían en realidad presentarme ante dos eminencias locales de la diputación de la ciudad, ya sabes de esos que posan pa la foto entre manifestantes que se venden como pueblo mientras joden al pueblo, bueno, de esos pues.

 me querían  ofrecer protección como periodista en riesgo, Pinches monos, ya sabes te ofrecen la tierra prometida, una cámara de esas que podré comprar con otros cinco años de romperme la madre (a veces ha sido literal) trabajando, tierra prometida, chamba dinero y posar para la foto con esas eminencias, trabajando en pro de la comunidad y libertad de expresión compañeros, promesas de pre candidatura a cualquier otro puesto.

en fin, ese libro de textos se convirtió en un vil atisbo de estafa, de publicidad a base de engaños. con la verdad en la mano, me habrían evitado la imperiosa necesidad de mandarlos a la verga y tres cuartitos más allá de la chingada, no me vendo menos por migajas.

y llevo dos semanas, pensando en ese cuarto, una cámara saliendo del cuarto, dos golpes huecos retumbando con un eco, un casquillo.

llevo dos semanas negando la realidad, que es probable que me lleve la verga.












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