viernes, 27 de noviembre de 2015

in post-humo



es curioso,
ahora que estoy en mayor riesgo,
que presiento no llegaré a escribir un libro,
y en realidad me lamento poco.


creo,
que libertad y muerte es casi redundante,
no es que no me importe ya la vida,
pero dejé de temerle a la muerte,
siempre la he visto cerca,
muy de cerca,
últimamente que no la veo,
me intriga ésta ausencia.

amo la vida
y he vivido al borde,
derrapando,
he perdido a tanta gente que amo,
que aún amo tanto,
pero quizá hablo de más.

no temas viento,
ya no temes,
te preocupa esa carencia,
trato de seguir
 y son tiempos oscuros,
para hacer soñado con ser soñador no basta,
pero lo cierto es que no pretendo despertar,
que ésto haya sido un parpadeo.

no quiero despertar
y éste sueño es lindo,
aunque sueñe con lobos de dos cabezas,
con el jaguar acompañándome hasta el puente,
para de ahí cruzar el río,
soñar con brazos de mar mirando el viento,
con la gente que aún no conozco.


he soñado tantas veces que me han pegado un tiro,
esa tarde iba con Balam sobre la playa,
cuatro tipos se acercaron,
me cocieron a balazos.

la siguiente estaba solo,
en una habitación tan conocida,
sé que había visto antes al que me encañonaba,
solo dije
"me haces un favor"


pero sé que ya hablo de más,
que me falta conocer el mundo,
que tengo el síndrome del condenado a muerte,
como si no fuera nunca a cruzar el corredor,
pero resulta,
que estoy ya caminando
y nunca había estado en tanto riesgo,
por exponer ciertas verdades,
por ya no hablar a medias tintas.

pero:
cuando muera,
no quiero padres nuestros,
ni rosarios en tus manos,
solo deja que me abracen tiernos los gusanos,
porque no lo sé,
pero quizá nos volvamos a reunir,
tomemos un café,
fumemos un cigarro.



es curioso,
ahora que me gusta la vida,
que presiento mi suerte,
que tengo una nostalgia tan comprimida,
que no duermo para recitar del vientre,
que sé que el gordo me mira feo,
que me ve inclemente,
pero tengo a mi verdugo en el alma,
y no callaré mi boca,
ni por estar ya en el corredor.




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