martes, 20 de enero de 2015

digna

Siempre hay atisbo de esperanza,
de la espera fantasma.

He esperado tan pacientemente la esperanza,
que sería irreconocible si la viera,
he esperado,
tan engreído de paciencia,
que no podría reconocerme en los espejos del alma,
fui perdiendo y fui perdido,
fui que ando cabizbajo,
fui que con la rodilla hecha pedazos,
justo como hoy.

Fui que soy un lobo en las estepas,
pero todos bajamos a beber del mismo río,
hay una especie de tregua en el agua,
hay una especie de silencio al despuntar el alba,
para conciliarse a si mismo,
decidir brincar hacia el abismo,
o golpearse en la pared.

Fui que soy seguiré llanto,
aunque siempre me recuerdes en sonrisa,
es que jamás sabré llorar,

Hoy me regresa la esperanza,
como un bumerang tirado al infinito,
que tengo y fui, que soy vacío,
que tal vez para nada, solo la nada tiene algún sentido,
tal vez no.

Quiero creer que algún escrito,
tiene tantos mundos contenidos,
en los que podamos habitar.

hoy que me jodí de nuevo la rodilla,
que me valgo del orgullo para andar,
que sé y sé que puedo andar bien solo,
sin muletillas al hablar,
en la soledad cuento con mucho,
excepto con quien la rosa de los vientos necesita,
tal vez eso si es hablar de más.


Por demás está decir que soy un precipicio,
que fui, seré un  soy siendo un todo,
y una digna nulidad.

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