domingo, 25 de enero de 2015

Descansa en Paz Moisés.

Tengo el dolor del llanto contenido en los ojos,
entre las vísceras,
tengo el dolor saberte muerto,
tendido
y que la verdad nunca terminó de callar tu boca,
tengo tanto dolor en las palmas,
que no puedo llorarte sin decir gracias,
gracias por portar la palabra,
devolver la esperanza,
hasta la tumba se gana,
seguro te veré en el Valhala.

porque así sé que hay muertes dignas,
así sé que importa algo la vida,
la esperanza,
 morir por lo que uno siente nunca cansa,
la causa de un vivir heroico,  mantenerse honesto,
y la honestidad la tenías a la vista al alma,
de las letras,  la templanza,
no te doblaste hasta el final que no lo hiciste,
no me doblaré por ti,
a tu memoria,
que falta expulsar a esa escoria,
que nos están matando de a pocos,
uno a uno en mi tierra,
gracias,
por no decir verdades a medias,
por no tener una mansa esperanza.

Te hallaron,
tampoco te hallaron vivo,
te hallaron con el cuerpo desmenuzado del alma,
ésta vez,
dicen que hallaron a los sicarios,
pero altos mandatarios seguirán hablando para ocultar tu suerte,
tu suerte fue,
como la de goyo,
que te vieron con la verdad en la boca,
en la palabra,
las palabras que tenías eran ciertas,
no incompletas,
 ni una pizca de mediocridad habitaban,
lo que hiciste fue con el corazón,
la denuncia.

sé que las palabras son la vestimenta del alma,
tu vestimenta que ahora portas en donde estés es brillante,
de creer y saber que es el manto,
con el que se escriben verdades completas,
no debías morir,
no debes estar muerto,
no por esos que comen con cubierto y cuchara de plata,
no debías morir,
 merecías la vida
y una muerte digna como los que llevan así la templanza,
que tu muerte no sea la muerte del periodismo en ésta tierra,
que vivir del miedo nunca valga la pena,
para los que sabemos que éste mundo mejor es posible,
para que nos mantenga a salvo,
 de los coyotes y los chacales,
de los halcones que portan uniforme,
de esos que vendieron el cuerpo,
 el cuero ,
                 alma.
Te mataron, no mataron la palabra,
no esta vez,
que  esta siga siendo sabia ,
que no me paralice el miedo,
que te conviertes un romántico ejemplo,
de que decir verdades valdrá la pena,
aunque se paga con piel si no nos cuidamos,
por eso:
 cuida a tu manada para que ella se cuide contigo.


hoy no estás,
te vas,
pero sigues y seguirás,
iluminándonos éste campo de la niebla,
para que andar altivo sea un buen emblema,
de que el vivir digno  no valdrá la pena,
valdrá a las mil pequeñas glorias,
que salga caro haber cortado tu piel,
que salga caro también es la mía,
yo que decía que por vivir moría,
hoy me siento tan muerto, casi exhausto,
pero me das esperanza para crear la palabra,
y si hay un valhalla seguro que allá te veo,
gracias por denunciar
y lo que falta es:
exponer a los verdaderos ladrones del alma,
a los sicarios que tejieron tu muerte,
la muerte,
que no debería ser el  tener la verdad en nuestra boca.

descansa en paz Moisés

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