domingo, 10 de agosto de 2014

carta para Álvaro- 1.0





es difícil saber que soy tu amigo,
tan difícil como tu ausencia,
como tu presencia, es dificil,
con tus verdades y oquedades,
o quédate,
leal, solo,
quédate,
en presencia y no en ausencia.

me dices que la muerte no ama,
que solo la hemos visto,
que no sé hablar de otra cosa,
que deje de hablar de mi.

esa sensación comprimida,
compresa,
impresa,
que se vayan los amigos,
tú, fer, mario,
leo,
pavel,
eran buenos tiempos en tus borracheras,
que te soporté por que creo en ti,
más de lo que a veces me creía,
por que pese a ser un bobo me querías
y solo sabes querer como un maestro,
me mostraste lo que sabes al cansancio,
me hablaste de ti,
de tu pasado,
cosas que a nadie más habías contado.


yo, te conté mis historias de ese tiempo,
y pese a todo, me preparabas café,
invitabas los cigarros,
no me dejaste solo,
cuando estaba solo,
no me ofreciste, más que tu honestidad desnuda,
yo te escuchaba y a veces te daba el avión,
hoy que sé más de poesía por conocerte,
y leer las cosas con tus ojos,
que declamas peor que un analfabeta tartamudo,
que me leíste,
lo que a nadie,
como a nadie.
hoy es el cumpleaños de Balam y sé que eres feliz por mi,
por ti una tristeza,
y la enseñanza que no se pierde lo que nunca tuve,
siempre tuve miedo de decirte mis verdades,
sobre ti,
no son concretas y me pesan,
como el cemento que aplastó a rodrigo que tanto escuchas.

me niego e extrañarte y sé que es mutuo,
en ésta noche de insomnio,
de demonios y discursos,
me repites lo mismo que hace años,
yo quisiera que salieras de ese tenue abismo,
miraras al cielo con felicidad,
fueras menos tímido con las muchachas,
que te gustan y que tanto escribes,
describes de manera tan cifrada,
para que tu mismo no puedas recordarlo.

yo quisiera verte pleno,
aunque crees que es tu naturaleza,
me has visto derrotado, también 
me diste manos y una pluma,
me enseñaste a no caer en los lugares más comunes,
eras mejor que un hermano,
el mío sabes que me enferma,
y no tengo más que decir de ello,
pero hallé cosas nunca dichas,
de mi egoísmo silente,
de la palabra,
me enseñaste que no es lo mismo poeta que poesía,
poema que poesía.

quiero sigas siendo mi maestro,
eso quiero que no me dejes,
como cuando te enojabas y refunfuñabas,
como un búfalo
y así te apodo,
o no te apodo,
eres EL Búfalo. 





No hay comentarios:

Publicar un comentario

 con el tiempo la vida no se vuelve de uno, uno se devuelve a la vida a dar un poco de lo que recibe, y en ese afán de gratitud, uno se hace...