martes, 24 de diciembre de 2013

Casa de elefante

quisiera que los muros fueran de tu piel,
éste frío sueño no lo sería,
quisiera no quererte para que no me duelas,
quisiera no te fueras.

me juré:

no ser lastre y no ser ancla,
no ser aire y no ser alma,
pero me derroto,
hoy soy  un ser tuyo
hoy a ti te lloro,
con un berrinche de ya no quiero nada,
pero solo basta saberte,
verte, olerte,
para explotar felicidad
    y
solo ser.

tengo la intensidad del café que me preparo
soy un ermitaño de ciudad,
y hoy que llegarías visita me dolió tu ausencia,
me dolió llanto,
me dolió.

nunca aprehendo y nunca aprendo,
que el desapego me desborda,
no lo contengo cuando abordan
tus ojos a la ciudad que se pinta en cantos,
llegaste
y  la ciudad es alegría,
todo néctar, ambrosía,
pero no llegaste,
y aquí,
con una taza de café cargado,
la ciudad es la de siempre.


salí bajo la lluvia en llamas,
bajo la brisa ojos,
salí como siempre,
como cuando mi padre me dejó seis años,
me dejó llorando y corriendo,
solo un golpe y caí al piso.


salí corriendo,
rehuyendo al llanto que me alcanza,
salí en la bici como cualquier niño,
buscando el bosque pa' esconderme,
salí y dejé mi temple en casa
sobre ruedas buscando adrenalina,
salí buscando flores y elefantes,
salí buscando estrellas que me alegraran ésta noche.

quisiera que las paredes fueran de tu piel,
así mis noches de total insomnio serían bellas,
tan bellas como esperarte
y no dormir de la alegría,
serían muros cobija y no concreto,
tan concreto como esperarte en paranoia,
que estuvieras bien y solo eso.

 tengo miedo y pierdo las certezas,
corteza de árbol que soy suma,
de capas que me asedian,

 espero que mis letras lleguen y que vengas,
pintando de colores la ciudad sin armonía,
sólo ahora y ahora de nuevo solo,
sólo por ésta noche solo,
sólo no quiero estar solo,
sólo no te lleves lo que devolviste,
sólo no quiero aferrarme solo,
y solo
              lloro.













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