del mundo que conozco,
quedan ventanas empañadas,
un par de cisnes,
y un par de lobos,
un par de todos
los mundos imposibles
que siempre quise.
en el mundo,
no sé,
si aun vuelan cisnes,
o como yo,
solo tienen migajas
de mundos imposibles
apacibles sueños
que me esfuman,
tal vez,
siempre fui muy pretencioso,
bosquejaba la fuerza,
de oso,
pero solo queda
sabor a llanto,
y un manto,
de nubes
que me cobijan sin estrellas.
y hoy siento
que el dolor no es fatal,
el amor tampoco,
me sofoco en descifrarme
y esos labios tiernos tan palpables.
hoy pude sostener
una mirada a los ojos,
que me petrifican,
y me encantan,
como flauta a la serpiente.
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