puedo cometer nuevos errores,
ya sin cinismo y sin balance,
puedo,
de vez en cuando permitirme,
un beso a la muerte
un día de suerte sin temores,
y los peores días de éste tiempo,
son los que duermo,
un poco de más
en esa locura,
casi fugaz
que me sostiene.
el argumento no es sensible,
si hay pretensión en ello,
en mi a veces crítico cimiento,
bueno, a veces recaigo en desdichas pendulares,
los males fractales,
lo que sé:
hoy es un buen día,
de café música y cigarros,
por hoy decido no pisar líquidos barros
de los durmientes que liquidan.
y de esas vías del tren interminables,
amantes utópicas que no se tocan,
de esos días de sombra en las piqueras,
sencillamente, sutil y drástica estocada,
que es astilla en la memoria que me soportan,
de esas vías no me sulfuro,
fueron días grises,
hoy experiencia son soporte triste
más no endeble, que me hacen hoy por hoy ya sostenerme.
y así, no me arrepiento de nada,
o casi nada,
esos días pesados de sombra,
me forjaron lo que soy
y así me gusta,
hay un algo interminable,
no escupir al cielo,
no vivir en duelo
de mi alcoholismo,
de ese abismo que engatusa,
vivir pendiente de mis males,
hoy costumbre que no cansa,
y si me alcanza mi mano esa copa
el carrujo que desboca,
al dulce monstruo que llevo,
si me toca permiteme morir
tan doloroso,
para no revivir ese pasado
prefiero ser un buen recuerdo,
a terminar por ser un derrotado.