domingo, 17 de noviembre de 2024

 


traigo en los ojos mis promesas rotas,
cortas vías ferreas donde aún troto,
pero ya no soy joven,
y el camino más corto siempre termina siendo el más largo.


traigo en las manos un par de escapularios,
de quienes se fueron a cruzar un poco antes el río,
tengo cortos los silencios,
y un embravecido mar de calma para poder empezar a arder,
para tener
ver al alba,
y decirles pronto,
aunque lo más probable sea que será un hasta nunca,
pero eso en realidad nunca se sabe.


tengo en las orejas tactos lagrimales,
mis sueños compactos son mortales,
porque no tengo en el mar más silencio que el silencio mío,
porque prefiero arder jugando a ser kamikaze,
que sentarme a recontar los daños,
a recordar los días.


apuesto que a mi  el silencio me susurró serpientes,
pero yo solo escuchaba siempre mi corazón como tambora,
como un cohete,
que ascendía esperando explotar,
pero,
implotó,
por eso nunca pude escuchar consejos,
me dediqué a poner al filo siempre el pellejo,
pero hoy mi piel está en otra piel del viento.,
y mi memoria niña que adolece no entiende porquédecir adiós,
o hasta pronto,
que siempre es un adiós aunque sea un hasta pronto.


he descubierto mi vida en la vida de mi hijo,
su terquedad,
su bondad,
su hermetismo,
necio sabio hijo de los vientos.
que equilibra siempre como yo de trapecista,
caminando sobre los rieles,
per ahora me veo en él,
él se ve en mi,
y quizá nunca hemos estado listos para aceptar ese silencio,
que en bondad,
nos acerca.


desnudánose las hojas me escupían al viento.


soy una hoja que cae a la que adormece el viento.










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