miércoles, 20 de septiembre de 2023

re-cuento

 el amor cura el miedo, aunque siempre es prudente tenerlo, en algún punto de mi vida pensé que era necesario despojarse de ello, porque me tragué el cuento de que un buen guerrero debe soblegarlo para mantenerse en centro, así que viví en desafío por años, entré en guerra conmigo buscando justificaciones para tener pequeñas batallas, así se forjaron mis grandes historias, pero poco a poco, no sé ni cómo me enfermé, me fui horadando el alma, perdí muchos amigos... el amor cura el miedo, pero no lo despoja, y siempre es prudente tener un poco. Hoy tengo agradables certezas sobre ello, aunque me retumba una frase que no sé si aplica, "es mejor ser un guerrero en un jardín, que un jardinero en una guerra" yo solo sé que mis rosas son hermosas.

En el anexo existía un Haiku hermoso:

el pelo crece,
la ropa se seca,
el tiempo pasa.

claro, la connotación era distinta, porque te rapaban, te daban latigazos de agua y estabas en promedio tres meses encerrado... años después puedo ver la poesía en ello. han pasado cosas buenas éstas semanas, pocas pero valiosas, ya tengo los stickers para ir a tapizar algunos letreros random, tuve una mención honorifica en el concurso al que metí una foto, al fin me decidí y adopté a una cachorrita, Mila, ha llegado, caliope ésta un poco celosa... mi madre cumplió años, Arturo siempre me aporta, mentalmente me deja algunas cosas interesantes cada que viene, vivo entre pollos que se roban las croquetas, ya casi termina la construcción, y se han arreglado algunos descuidos de la casa, el balcón ya tiene luz.   he barrido incesante, no he rodado demasiado, aunque fui a Jalco en la bici, y dígamoslo así, una pitonisa me enseñó el valor del juego infantil, yo que he olvidado cómo es ello. Con Balam hemos llegado muy lejos, sé que no tardará mucho en estar a la par y menos en mejor lo que hago, así que hay que seguir ejercitando, para seguir siendo un buen acompañante. me di cuenta en esa lúgubre paternidad que busqué enseñarle, pero desde sitios que no eran tan sanos, ahora pienso. extraño a Kai, ya casi cumple cinco años... a veces mi corazón se empieza a enceguecer por la soledad, pero al menos intento mantener el pecho en alto... sonreír, me he hecho a ésta casa con sonido a río tan calmo, que la ciudad me aturde, aunque a veces caigo en ocio, y a algunos días tan distintamente iguales les falta sal.

no he hecho compras compulsivas, y solo debo unas cosas de la bici, Don Luis tiene a su hija enferma, está preocupado y aunque no lo digo también me preocupo y enciendo velas, porque a veces no sé hacer más que tener buenas intenciones. he apoyado a mi madre, me siento útil, ahora me entiende más y trato también de ser comprensivo, estoy viviendo, con miedos, que a veces me pasman, pero, el pelo crece, la ropa se seca, el tiempo pasa. y eso hoy significa algo distinto, porque resignificar, también es depurar la vida.

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