lunes, 4 de enero de 2021

hop-e


nuestras lenguas se tocaron tanto que crearon un idioma,
decías tanto mi nombre que te costaba olvidarme en hombres,
mis garras me desgarraban tu espalda de felino,
a veces era noche insomne y otras desayuno,
un día estabas contra la pared 
y otra me adornabas toda la garganta,
ahora estoy entre la espalda y el olvido,
como daga, también como crucifijo,
un día ascendía del magma a tocar tu vientre,
después tus ojos de glaciar descomponían veranos,
metí tus manos en mi pecho y terminó el invierno,
 y en otoño se quedaron siempre daños.

creamos tan pronto tan solo un idioma,
que nuestras azoteas se volvieron playas,
canciones, noches de mezcal y bromas,
tu baile se volvió mi laberinto,
y las pléyades de vernos nos pedían deseos,
y nos escondíamos en la vainilla y en las azucenas,
aunque cada cena ya era desayuno,
cada noche gritabas mi nombre,
yo no supe nunca un mar distinto,
más que el del silencio de cada sirena,
no supe más que confortar, me esconde,
el silencio como tiranía,
me hice dictador sin portar cadenas
y resulta que no siempre se puede comer mandarinas.

te diste cuenta que me acechaban los fantasmas,
y que de mi pecho solo salen torpes miasmas,
tengo un dulce dolor en cada desayuno,
y en cada letra yo escondía tu nombre,
porque todos mis espejos siempre son de humo,
y cada camino y que te acechó pierde,
todo encuentro más inoportuno,
  que tengo talento para ver y dar,
aunque no tengo nunca en que ofrecer futuro,
me hice esclavo yo ya del presente
y ahora no quiero atravesar los vientos,
para no decir que me dejaste mudo
y que en mis cuentas no me salen los cordones,
que me ahorca la mala memoria,
y que te olvido pronto solo por invocar fortuna.

ya sé que me perderé 
y que andaré desnudo,
que camino con el corazón de kamikaze
y también que es la última vez que recitaré tu nombre...


 

1 comentario:

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