jueves, 7 de enero de 2021

La mala suerte soy yo



Me ha venido la mala racha, con sus costumbres,
y he decidido,
esparcirme el polvo,
y devolverle 
una
 sonrisa.

 vino la grúa,
vino cáncer,
vino sombra de la risa,
vino lluvia y vino niebla,
vino el vino 
y me esparcí el rocío,
para devolverle la sonrisa.


vino la gota que colma,
el charco profundo,
el zapato roto,
la muerte indiscreta,
vino a darme un jaque mate,
yo que soy artífice de esperanzas,
del tiempo y sus venganzas,
vine vestido de luto,
me puse en pie,
enderecé la espalda,
acomodé la rectitud de la risa,
y me devolví a mirar.

Vino por costumbre,
a doblarme la rodilla,
mientras cargaba a mi niña,
pero,
pero me encontró,
apretando músculo,
apretando el pulso,
sin perder impulso,
sin dolor, repudios,
y me aventé a correr,
yo que decía que era muy cobarde para luchar,
y muy gordo pa correr,
me le aventé de frente,
le bese la frente
y la mala suerte que nunca espera nada,
me escupió un poco más.

vino riendo la mala racha,
pidiendo la dádiva de malestares,
mostrando los colmillos en la espalda,
vino de la leyenda del viento,
delo que es y no siempre cierto,
vino cargado,
de duelos,
de anhelos,
rotos y por romper,
vino con flemas,
vino a pedir apapacho y ternura,
afecto de nostalgia madura,
pero me he hecho rudo,
y puse el peso en el centro,
y equilibré los pesares,
acomodé la latitud horizontal de los ojos,
y me eché a mirar.

vino a buscarme en una curva,
en un acelrar,
en parpadear,
vino ahogándose de llanto,
pero me agarró aferrado a la vida,
a mantener el temple,
a no perder estribos,
y supe virar,
vino buscándome líquido que liquida,
vino en rebaja,
robando mi cámara,
y la cartera,
echando a perder el disco duro,
donde resguardaba mi memoria,
rompiendo mis chapas,
y solo queda retar,
yo que soy la mala suerte,
me vas a venir a contar.

llegó casi de cumpleaños,
de comida y saborear,
vino sabotaje en cada viaje,
vino con muchos dientes,
pero no los suficientes,
para hacerme gritar.

vino a acosarme en mi cumpleaños,
joder que si me quieres ver jodido,
pero tengo el corazón más ancho,
y la voluntad más quieta,
para poder burlar,
de mi y a mi mismo,
que la mala suerte se eche andar.




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