tres brujas de oro bordaban el telar,
con el infinito fuego en la ciudad,
entre montañas,
la sangre es nueva,
para poder viajar,
y dejaban que el hambre destrozara al último titan.
el origen de los que rigen el tiempo.
el que le dio a los dioses la capacidad,
de forjar,
reglas,
y también de delegar,
lo que se haría con cada suerte,
le dieron a las hilanderas el poder crear,
el destino a cada muerte.
ellas forjaban el mundo,
y en venganza decidieron matar a sus creadores,
mandándolos al olvido en su lugar,
a un sitio circular,
que las esculturas se caerán,
no habrá sitios más para adorar,
a los creadores de su propia mente.
sus ojos miran con saña mortal,
precaria muerte,
era la noche en que los dioses me invocaron al telar,
.también me eligieron para escoger mi suerte.
ellas grababan la vida con un videotape,
una cinta a cada corazón fugaz,
las hilanderas preguntaron,
¿prefieres ser un dios a ser mortal?
les dije que no,
que no creía en tal fatalidad,
se rieron fuerte,
desperté,
con la boca seca,
con la boca seca,
cruda de tabaco,
y de insomnio.
ella,
un día me llamó
un semidiós,
viajando a oscuras.
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