me he preguntado si podría narrar desde otra voz,
desde la asimetría de otro rostro.
si podría hablar de otro amor que no fuera el mío
y por ende,
el tuyo.
preguntas,
fotos,
letras,
irredentas e irredimibles,
Y
silencios.
la cálida luz de los cuerpos irradia en el atardecer,
y voy atardeciendo en la voz,
en mis letras
y resulta que irradia las calles,
las sombras,
y las perfectas volutas de humo en que se me escapa el tiempo,
ese que decido perder,
a quemarropa,
para hablar conmigo.
y mi voz no cambia,
y mi luz no cambia
y mi cuerpo,
cambia.
me he preguntado si podría sentir más,
querer más,
pensar más
y si, perder a quemarropa
intencionalmente,
el tiempo que me separa de los hechos.
siempre trato de llegar temprano,
adónde voy casi siempre ya llegué,
a veces la curiosidad de un suceso,
me emociona más que el suceso,
por eso siempre estoy esperando,
aspirando momentos,
que no llegarán,
expectante sin expectativas.
y no sé porque,
aquí,
entre todo lo inmundo y banal,
la vida se respira y se goza.
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