entre los hilos descarriados del tejido,
he visto envejecer a mi madre,
cuando no leía,
cuando no cocinaba.
hoy me detuve a ese instante inamovible del tiempo,
en que ella teje,
y yo en el sillón sigo siendo niño.
con el tiempo la vida no se vuelve de uno, uno se devuelve a la vida a dar un poco de lo que recibe, y en ese afán de gratitud, uno se hace...
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