Cuando te cierran la boca te matan dos veces,
Leí,
Que a algunos les cosían la boca después de muertos,
Les rompían la traquea,
Les cortaban la lengua,
Dime si no es tan poderosa la palabra,
Para querer silenciar,
A la eternidad,
A los que tienen el don de la palabra.
Leí,
Que más poderoso que el canto de las sirenas,
Es su silencio,
Y míralos,
Matándonos,
Cosiéndonos los labios,
Rompiendo nuestra traquea,
Enmudeciéndonos de miedo,
Llorar de odio.
Cuando te cierran la boca te matan dos veces,
Te silencian el alma.
Porque ellos saben,
Que comprando las tintas,
Que sacando los ojos,
Que callando,
Haciendo ceniza la palabra,
Incineran la bondad del mundo.
Cien periodistas asesinados,
Porque si deben ser nombrados,
También los asesinos deben serlo.
Somos cien cuerpos tendidos,
Somos.
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