he intentado despistar a la muerte,
en esos intentos, suicidas
al fin llego a una miserable conclusión,
no,
no le tengo miedo a la muerte,
le tengo miedo al amor,
y a la perdida del amor que es peor que la muerte.
no mentiré,
inconscientemente pienso,
que el amor es eso,
es la pequeña muerte,
es por añadidura la vida,
un renacer.
renacer es desconocerse,
salir del útero para empezar a entender,
día con día,
de una forma novedosa y lúgubre,
toda experiencia,
es novedosa y lúgubre,
trágica y sublime,
con toda la belleza que hay en ello.
no tengo miedo a la nueva vida que ofrece el amor,
me da miedo que implique una muerte,
totalitaria
absoluta.
ésta nueva vida,
me transforma en bebé,
inexperto a todo lo nuevo,
ésta nueva vida,
me transforma en bebé,
inexperto a todo lo nuevo,
no sé reaccionar,
ante cada suceso,
un recién nacido te digo,
que lo nuevo,
que es absoluto,
me hace desconocer al mundo.
que lo nuevo,
que es absoluto,
me hace desconocer al mundo.
me da miedo esa muerte,
me aterra,
en su más mínima manifestación esa idea.
en su más mínima manifestación esa idea.
la muerte de esa sonrisa,
íntima.
íntima.
miedo a sentir,
que en un intento
e intenso momento,
suicida,
pudiera realizar un acto,
que de fin al renacer.
te he visto hermosa desde que te asomaste,
te acercaste y me diste la carta,
"desean ordenar"
ahí estabas,
tan bella
y yo,
como un idiota que mira por primera vez a la vida,
como quien mira detrás a la muerte,
maravillado,
aterrado,
enamorado,
vamos a volar con el caminar erguido,
con las manos juntas directo al olvido,
que le dejará el tiempo al amor de éste siglo,
porque no quiero tener miedo,
nunca más,
ven,
camina conmigo.
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