no puedo comparar tu cuerpo a algo distinto a un terremoto,
hace cinco minutos mi cuerpo salió del tuyo,
y mis piernas tiemblan,
con la magnitud
exacta,
de reloj suizo,
precisa,
como el ala de un colibrí.
curioso,
la sed que los deltas no quitaron,
viene a ser saciada con el agua de tu cuerpo.
hemos hecho el amor,
siendo distinto cada día,
te he visto tierra,
tierna,
te he visto etérea,
eterna.
pero otro día fuiste tormenta,
salí de ti,
electrizado,
con el pelo revuelto y las ideas al viento,
empapado,
exhalas un día tormenta,
otro día es la tregua
y el compás,
acompañado síncope cardiáco,
taquicardia
tum-tum
del corazón,
no puedo comparar tu cuerpo con algo distinto a un terremoto,
no ahora,
aunque antier has sido torbellino,
que arrastra al infinito sintiendo la muerte
pero no,
solo quedo desnudo cubriéndome el sexo con las piernas,
con tu sonrisa
iridiscente
que ilumina todo el cuarto.
hemos hecho del amor la palabra
y de la palabra el amor,
hemos,
sido,
en tan casi nada,
un todo.
y quedo,
solo quedo,
desnudo a la palabra,
viéndote paisaje duna,
playa,
volando un papalote al viento,
sosteniendo de tu mano un hilo,
que va desdibujandome madeja,
para escribirme cariñitos en la nuca,
y verte caminar tranquila sobre arena,
de memoria.
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