viernes, 22 de julio de 2016

sin temor a...




me he dedicado al amor como en método desesperado de fuga,
caminar entre la muerte no es sencillo,
cohabitar esa suerte de sureste,
ya no sé si es paranoia o son verdades,
de cualquier lado está mal,
no siempre se puede hacer ojos ciegos a las corazonadas.


soy un caos de hace meses,
años,
vivir en el nido de la serpiente,
esperando un amanecer distinto,
he luchado por quedarme,
por ignorar el miedo,
por ver a los ojos dignos de mi hijo,
pero bien él anda mal,
hace mucho también anda mal.

me han sugerido salir de acá
y he hecho lo posible para no estar en riesgo,
para enfocar un punto cuando me despiertan las pesadillas,
hace tiempo,
que sacar mi cámara no me motiva,
no me he permitido escupir letras como balas salvajes 
que tratan de tocar las fibras del alma,
ando mal.

he caído en las contradicciones de lo que quiero,
lo que oculto quiero,
me han visto con los ojos de:
"que desperdicio sigas en la ciudad"
y siendo honesto me asusta más el riesgo,
de irme.


por mucho que pueda seguir a la rosa de los vientos,
en su giro instintivo,
sé que al final,
todo viaje al sur te hace llegar al norte,
el mundo es una esfera donde los polos terminan opuestos por encontrarse,
ando mal te digo,
parece que nada tiene sentido,
le he buscado uno a la vida,
a mi vida,
a la existencia,
todo animal busca un equlibrio,
el humano no,
somos como un virus que se expande flotando sobre una roca en el espacio,
escapando del reloj checador,
ese infierno florido como dijera cortazar.

he escapado de mi propio sentido del éxito,
laboral,
emocional,
vivencial.

trato de leer un poema cada día,
algo distinto,
escribir unas letras sobre tinta,
dibujar sombras chinescas,
ver formas en las manchas,
detonar la gota de imaginación que me queda,
he perdido la infancia al descubrir de joven la muerte,
Kundera estaría orgulloso de si mismo,
pero no,
lízano me dice que solo es posible ser un niño
y en mi caso deambulo en un limbo colorido de claro oscuros.

saberme un grano de arena en la inmensidad ya no me consuela,
no me redime.

he llegado a saber,
que he desperdiciado casi en su totalidad éstos casi treinta años que me preceden,
ahora que el cuerpo me pasa facturas,
que la vida me cobra la renta
y el reloj como a fernando paredes me ha dicho:
"te jodiste compañero"
pero no serviré un vaso de vodka sobre mi cereal de bomboncitos,
tampoco me suicidaré,
una de mis mayores frustraciones fue despertar,
después de cincuenta y cinco pastillas,
pudieron ser dos,
no importa.

la curiosidad felina me ha mantenido vivo,
sobrio,
casi entero,
¿hasta dónde puedes llegar?
me dije
y la verdad es que esa pregunta ha perdido vigencia,
sigo viendo mi rostro  en los vagabundos,
entre los los locos que me apuntan la nuca con los dedos
y bajo la lluvia,
aún clamo que llegue la falta de calma para poder tirar algunos dientes.

mi cuerpo es más frágil
y no me quiero ir,
que desperdicio,
valoro el trabajo que me cae,
entre graduaciones, bodas y sesiones de estudio,
he aprendido algo de la humildad que me faltó en la carrera de foto,
no soy un artista tocado por dios,
venido a traer verdades en la tierra,
mi trabajo no es excepcional
y si tiene un compromiso social,
algo que pretende decir,
es al final,
algo que le da sentido a mi vida,
no a la de otros.


quisiera ésto fuera un poema,
un noema,
un pornema quizá,
que me exija más,
que limpie el cuarto.

aún así me siento a la mesa y escribo,
como Gelman,
sin sentido,
sin papagayos, sin flores  ni entradas al cine,
con la lluvia que me mojará.


ésto podría ser una queja infinita,
pero de alguna forma tengo que terminar ésto
y será recordando algo que le escribí a Balam y me repito
"el sentido que le des a lo que aprendas,
será lo que le de sentido a lo que vivas"

y justo como hago antes de saltar hacia las es caleras con la bici,
contra todo panorama de que no es una buena idea
"sin  temor a equivocarte,
la decisión que vas a tomar es la correcta"



















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