miércoles, 16 de marzo de 2016

C punto Final



había una nueva forma de explorar el mundo a través de tu sonrisa,
de explorar el silencio más agudo entre el ruido de los autos,
que en tu presencia era un humilde murmullo,
hay un punto en el abismo que éramos los dos,
me disculpo,
tres.

entre mis amigos te conocemos como la patana,
esa mágica forma de hacer las cosas más burdas tan sencillas,
hace un año preciso dejé de escribirte,
exiliarte para siempre de mi pecho
y si bien no ha sido la última de mis muy malas fortunas,
quizá si la más destacada.

¿pensabas en mi cuándo lo besabas?
nunca me lo pregunté 
                                      realmente.


la verdad es que hiciste las cosas de manera tan perfecta,
exquisita,
solo lo percibí al final,
entre tus teamos una dolorosa despedida.

y mencionaba no ha sido la última de mi desventuras,
pero si en realidad la más profunda,
yo estaba en desventaja,
en realidad estaba enamorado,
y me han vuelto a decir algún te amo,
y te podría decir que lo sentí honesto,
pero la perpetuidad de la palabra,
desde ti,
 no vale            
                        nada.


no he vuelto a decir un te amo,
en mi campo de concentración de nombres,
he respondido con bastante silencio,
tal que me han exiliado también de otros pechos,
de otras almas,
me he escupido de la cama antes del alba,
hacia las calles para deambular en mi tranquilo insomnio.



después de ti quedó un vacío en la palabra,
un hueco inherente de incredulidad,
después de ti no tengo muchas ganas,
pero es un buen momento para en ti pensar.

con un cigarro en mano me disculpo,
sé que no fui tampoco el más ávido de tus amantes,
cuando te he visto en la calle siempre te ignoro,
así como ignoro,
tu modus operandi,
que se repite,
que te permite,
perderte desnuda para mi perpetuidad.








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